El cuidado que deben tener las alimentarias, y lo que hay que hacer para fomentar el transporte público
Hasta empresas como Pepsico han de medir las subidas de precios
Puede que a Pepsico se le haya ido la mano con las subidas de precios. Aunque las empresas de alimentos y de bienes de consumo suelen tener bastante poder para fijarlos, las elevadas alzas de los últimos años, junto con unos bolsillos cada vez más agotados por la inflación acumulada, se reflejan ya en los resultados como el de la citada compañía. También en cadenas de comida rápida, como McDonald’s. Procter&Gamble aguanta aún sin que sus beneficios se vean afectados, quizá porque ha encontrado el punto justo para no forzar a sus clientes a cambiarse a marcas más baratas.
...
Regístrate gratis para seguir leyendo en Cinco Días
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Puede que a Pepsico se le haya ido la mano con las subidas de precios. Aunque las empresas de alimentos y de bienes de consumo suelen tener bastante poder para fijarlos, las elevadas alzas de los últimos años, junto con unos bolsillos cada vez más agotados por la inflación acumulada, se reflejan ya en los resultados como el de la citada compañía. También en cadenas de comida rápida, como McDonald’s. Procter&Gamble aguanta aún sin que sus beneficios se vean afectados, quizá porque ha encontrado el punto justo para no forzar a sus clientes a cambiarse a marcas más baratas.
En su informe, Pepsico señala el peligro que supone para ella la fuerza creciente de las empresas de distribución, que, como Carrefour, pueden vetar sus productos, pero cree que le beneficiará el retorno paulatino a la cotidianeidad prepandémica, con la vuelta a las oficinas (en perjuicio del teletrabajo), más viajes, y más comidas fuera de casa. Para que así sea hará falta una recuperación económica general que por ahora es más que incierta. Quizá el sector de la alimentación deba apretarse el cinturón.
Los sindicatos de Telefónica jugaron bien sus cartas, incluso demasiado
Las solicitudes de bajas voluntarias en el ERE de Telefónica, que han superado a las acordadas por la empresa y los sindicatos, pero son inferiores a las propuestas inicialmente, revelan que los representantes de los trabajadores, al conseguir unas condiciones extraordinarias para las salidas, jugaron muy bien sus cartas en la negociación: tan bien, que se pasaron, y 220 personas se quedarán en la empresa sin desearlo. Siempre pueden esperar al siguiente ERE, aunque será difícil que consigan de nuevo, por ejemplo, que los que se marchen con 56 años cobren un 68% del sueldo hasta cumplir 63.
Para fomentar el transporte público hay que mejorar, sobre todo, su calidad
El transporte público batió en 2023 su récord absoluto de viajeros, un 3% por encima del nivel de 2019, antes de la pandemia. Es muy probable que contribuyeran a ello los subsidios de los Gobiernos central y autonómicos, de hasta el 60% para autobuses y metro, y totales para los Cercanías. En realidad, no es una subida muy grande, dado lo elevado de los descuentos, y tampoco ha contribuido a reducir de forma notable el uso del vehículo privado (lo cual agradecerán los fabricantes de coches, por otro lado). Es loable incentivar el uso del transporte público abaratando los precios (aunque dejarlos a cero los devalúa), pero a los usuarios suelen importarles más los horarios y la frecuencia: la calidad del servicio, en definitiva.
La frase del día
Hay un hombre en Europa que ha unido a todos los agricultores europeos y polacos contra su propuesta de reforma. Se trata de Janusz Wojciechowski [comisario europeo de Agricultura, también polaco] ¡Dimita!
Władysław Kosiniak-Kamysz, viceprimer ministro de Polonia y ministro de Defensa
Nadie es imprescindible... y tampoco los que avisan de que se irán
Dicen que cuando alguien anuncia que se va a ir, es que ya se ha ido. Otra forma de verlo es que, liberada de la presión, la persona sacará lo mejor de sí misma. Se supone que es eso lo que pretende Xavi, entrenador del Barcelona, al adelantar que dejará el club al final de la temporada. Siempre cabe la posibilidad, aparte, de que dé marcha atrás si las cosas salen bien, siempre y cuando su empresa no le haya encontrado sustituto.
Alguien que hizo eso mismo –y le salió más que bien– fue Luis Aragonés, seleccionador de España de fútbol en la Eurocopa 2008. Como ya había decidido marcharse antes de empezar, ni siquiera la victoria impidió que le sustituyera Vicente del Bosque. Los éxitos de este demostraron que, de todos modos, nadie es imprescindible.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días