La relativa gravedad de la crisis económica, y el choque de Roomba con Bruselas

El auge del turismo refleja que los problemas de Occidente son los propios del primer mundo

Turistas en la playa de Alicante, en septiembre pasado.MORELL (EFE)

No es de extrañar que los alquileres vacacionales sigan viento en popa, pese a las restricciones regulatorias, ni que surjan plataformas para compartir habitación de hotel con desconocidos: los precios se dispararon el año pasado hasta los 145,5 euros de media en España. Se comprende, cierto es, que las empresas quisieran recuperar lo perdido durante la pandemia, y lo invertido en compras y en reformas; y mientras la demanda responda, no hay más que hablar. De hecho, estas subidas de precios pueden ayudar un poco a limitar la saturación turística de algunas zonas.

Sirven los datos de oc...

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No es de extrañar que los alquileres vacacionales sigan viento en popa, pese a las restricciones regulatorias, ni que surjan plataformas para compartir habitación de hotel con desconocidos: los precios se dispararon el año pasado hasta los 145,5 euros de media en España. Se comprende, cierto es, que las empresas quisieran recuperar lo perdido durante la pandemia, y lo invertido en compras y en reformas; y mientras la demanda responda, no hay más que hablar. De hecho, estas subidas de precios pueden ayudar un poco a limitar la saturación turística de algunas zonas.

Sirven los datos de ocupación, además, para confirmar que la crisis económica de Occidente, que la hay, es en todo caso un problema del primer mundo, porque sigue habiendo una enorme cantidad de consumidores con capacidad para viajar, aunque sea en vuelos de bajo coste y alojándose en un Airbnb en las afueras de las grandes ciudades. Constatan las cifras también que las subidas de las temperaturas provocadas por el calentamiento global, por ahora, no dañan al turismo, sino más bien al contrario, en la medida en que amplían la duración de los periodos templados.

El apoyo al coche eléctrico supone también apoyar a los bolsillos más pudientes

Los coches de lujo son menos de lujo si son eléctricos. Es lo que se deduce de la exención del impuesto de matriculación para estos vehículos, sea cual sea su precio; debido a ello, aunque cada vez se compran modelos más caros, la recaudación fiscal no aumenta en consonancia. A eso se suman las subvenciones públicas a la compra.

Hay motivos para apoyar a los adquirentes de estos coches, aunque suponga favorecer a los bolsillos más pudientes: es una forma de promover su desarrollo, a fin de que las economías de escala los abaraten en general. Pero hay que ser conscientes de cómo y a quién se beneficia.

Roomba topa con los antimonopolio de Bruselas en su trayecto de innovación

Con Bruselas hemos dado. Amazon e iRobot han acordado romper el acuerdo por el que la primera compraría la segunda, por la posibilidad cierta de que la Comisión Europea lo vetara. Los inversores lo han pagado ya, con un nuevo desplome del valor, que cotiza un 70% por debajo del nivel de julio. Y el fabricante del robot aspirador Roomba despedirá al 31% de la plantilla.

La idea de los antimonopolio es evitar que el gigante online favorezca en las búsquedas a sus propias compañías en perjuicio del resto. El coste de esa buena voluntad es que una de las compañías más avanzadas en robots andarines, si no la que más, tendrá que recortar costes y verá frenada su capacidad de innovación. Ojalá, al menos, lo aprovechen sus competidoras.

La frase del día

“Si ganase Trump en EE UU, [yo] reaccionaría de forma normal, porque contamos con el apoyo de ambos partidos. Es improbable que la política estadounidense dependa de una sola persona. No lo creo o al menos no quiero creerlo”

Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania

Las guitarras que compró Mark Knopfler con el ‘dinero ganado por nada’

En la canción Money for nothing, los Dire Straits se ponían en el lugar de los dependientes de una tienda de electrodomésticos que criticaban a los músicos que aparecían en los televisores, a los cuales acusaban de ganar dinero por nada. Ese nada es, básicamente, llegar al corazón de la gente.

Con lo ganado con su música, la banda salió de su desesperada situación (que es lo que significa dire straits), y Mark Knopfler, su líder, pudo comprar montones de guitarras. Un centenar de ellas saldrán ahora a subasta por entre 350 y 586.000 euros. Un cuarto de los beneficios irán destinadas a causas benéficas. Como escribió Jorge Luis Borges, un símbolo, una rosa, te desgarra / y te puede matar una guitarra.


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