La falta de sentido común de Amazon y el balance de la experiencia valenciana con la F1

El gigante de EE UU lleva al límite el control a los empleados

Local de Amazon en Francia.Reuters

La tecnología que permite medir con un aparatito las pulsaciones, y que tan de moda está entre los aficionados al ejercicio físico, se parece mucho a la que usa Amazon para controlar hasta el milímetro el trabajo de sus empleados de almacén (se supone que no hace lo mismo con sus ingenieros). Tanto es así que la agencia francesa de protección de datos (que parece que tiene más competencias, o más iniciativa, que la inspección laboral) ha sancionado al gigante tecnológico con 32 millones de euros. La presión de la empresa llega al punto de avisar cuando el trabajador escanea un artículo demasia...

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La tecnología que permite medir con un aparatito las pulsaciones, y que tan de moda está entre los aficionados al ejercicio físico, se parece mucho a la que usa Amazon para controlar hasta el milímetro el trabajo de sus empleados de almacén (se supone que no hace lo mismo con sus ingenieros). Tanto es así que la agencia francesa de protección de datos (que parece que tiene más competencias, o más iniciativa, que la inspección laboral) ha sancionado al gigante tecnológico con 32 millones de euros. La presión de la empresa llega al punto de avisar cuando el trabajador escanea un artículo demasiado deprisa, en menos de 1,25 segundos.

Amazon, lejos de admitir que quizá se le ha ido un poco la mano, se ha reafirmado en sus prácticas, que considera habituales en la industria. Es posible que este método haya ayudado a la rentabilidad del negocio, pero también que sea a costa de la salud mental y física de los empleados. Hasta el año pasado, no hubo presencia sindical en la empresa en EE UU. Los sistemas de registro horario y similares pueden ser una protección para los asalariados y para la empresa, pero usados en exceso, se vuelven opresivos.

Los cuellos de botella de la sanidad castigan la paciencia de los pacientes

El sistema sanitario público tiene una importante carencia de personal, aunque en los últimos años se esté haciendo un esfuerzo para aliviarla. El dese­quilibrio de la pirámide poblacional provoca que haya una gran proporción de población mayor, que también tiene más enfermedades, y las plantillas de médicos y enfermeras no crecen en consonancia.

Esa presión asistencial repercute a su vez en la sanidad privada, que está diseñada para cubrir a sus usuarios solo de forma excepcional. Así que se forman sucesivos cuellos de botella que castigan la paciencia de los pacientes.

Lagarde, una jefa peor vista en el propio BCE que sus predecesores

Si se preguntara en una empresa al azar la opinión que tienen del jefe, tanto sobre su gestión interna como sobre la externa, es probable que hubiera resultados encontrados, o más bien negativos. Así que no es tan raro que los trabajadores del BCE, según un sondeo del sindicato IPSO, tengan una pobre impresión sobre su presidenta, Christine Lagarde, aunque sí es llamativo que sea claramente peor que la que les generaban sus predecesores, Mario Draghi y Jean-Claude Trichet, en lo relativo a las decisiones del Banco en sí.

Lo cierto es que la entidad falló, al igual que la Fed, en prevenir que la inflación sería tan intensa y duradera. Había incentivos para la inacción, puesto que a los Estados de la eurozona les viene muy bien para reducir el valor real de la deuda soberana.

La frase del día

Un ‘Dexit’ [salida de Alemania de la UE] como el que propone Alternativa para Alemania amenazaría los pilares del bienestar del país. El mercado europeo es básico para nuestro éxito económico como nación exportadora

Franziska Brantner, secretaria de Estado de economía de Alemania

La experiencia valenciana con la Fórmula 1, diez años después

El Gran Premio de Europa de Fórmula 1, que se celebró en Valencia entre 2008 y 2012 (el contrato era hasta 2014), en plena crisis y generó una deuda para el Ayuntamiento de 7,5 millones anuales durante una década (en gran medida por el canon que había que pagar a los organizadores). En total, costó 308 millones al erario, que se pretendían compensar con la exposición internacional y el turismo. El circuito está ahora abandonado. El contrato madrileño será de 10 años, y, según Ifema, el capital invertido será exclusivamente privado.

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