Lo que cambia y lo que no con el ETF del bitcóin

Mientras encuentra su lugar en el mundo, será solo, y de momento, un activo volátil más

Representación del bitcóin.DADO RUVIC (REUTERS)

La autorización en EE UU del primer ETF o fondo cotizado respaldado por criptodivisas, en este caso bitcóin, es un punto de inflexión para el sector, y quizás para una tecnología cuya ventaja competitiva siempre estuvo ofuscada por la indefinición sobre sus utilidades. No sabemos si el hito actual (que llega tras una severa purga del sector) es la mayoría de edad o la adolescencia, el principio de la infancia o de la vejez. Por más que los ETF de futuros sobre criptodivisas ya estuvieran permitidos por la SEC, el cambio actual es relevante. Pero no tanto como para terminar con la controversia.

Sobre el papel, el cambio es el paso definitivo hacia la inclusión de los criptoactivos como una categoría más en la cartera de inversiones. Los grandes nombres de la industria se subieron desde el primer día al carro (Fidelity, BlackRock o Ark) y los inversores de a pie podrán ganar exposición a este activo a través de un vehículo conocido y testado, como son los fondos cotizados. Justo han pasado 20 años desde que State Street creó el ETF de oro, que llegó a ser el mayor fondo cotizado del mundo al llevar a los hogares una forma sencilla la inversión en este metal. Un caso de éxito que buena parte de la industria extrapola al bitcóin.

Pero hay argumentos al contrario. Invertir en criptos no es difícil. Quiebras o desfalcos pueden haber ahuyentado a los inversores, pero no es un activo para elegidos. Hay cajeros automáticos. Y el oro (de utilidad real dudosa) llegó a las carteras de los pequeños inversores, pero después de ser adorado por la humanidad durante milenios. No sabemos si estos ETF de bitcóin traerán más inversores o solo facilitarán las cosas a los actuales. Si el oro funciona como cobertura ante la inflación, los bonos dan estabilidad y la Bolsa, o bien plusvalías o bien dividendos. Del bitcóin solo sabemos que sube y baja a velocidad cósmica. Y, lo que es más relevante, opera bajo las mismas claves que el resto del mercado. Cual ETF del Nasdaq turboalimentado, es una función de la liquidez del sistema. No sabemos qué será en un futuro.

Esta indefinición ha sido su premio y su condena. El bitcóin quiso ser medio de pago, mecanismo para acabar con el sistema bancario, fue reserva de valor y, en ocasiones, un meme. Siempre bajo una volatilidad capaz de asustar al inversor más curtido. Lo único que sí han sido las criptodivisas es un activo de inversión: inestable, expuesto a fraudes y rechazado por los supervisores. Con el ETF, y mientras encuentra su lugar en el mundo, será solo, y de momento, un activo volátil más.

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