La elección de jefe es la oportunidad para el BEI de seguir siendo relevante
Puede asumir más riesgos sin temor a quedarse sin financiación, aunque tampoco debe ser una hucha sin fondo
El Banco Europeo de Inversiones tiene la oportunidad de rehacerse cuando asuma un nuevo liderazgo el año que viene. En 12 años bajo la presidencia de Werner Hoyer, el banco luxemburgués se ha forjado una reputación de inflexible y cauto. Su sucesor tendrá que asumir más riesgos y encontrar nuevas formas de financiar la transición climática.
Cinco candidatos se presentan para tomar las riendas del banco europeo de infraestructuras el 1 de enero. La ...
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El Banco Europeo de Inversiones tiene la oportunidad de rehacerse cuando asuma un nuevo liderazgo el año que viene. En 12 años bajo la presidencia de Werner Hoyer, el banco luxemburgués se ha forjado una reputación de inflexible y cauto. Su sucesor tendrá que asumir más riesgos y encontrar nuevas formas de financiar la transición climática.
Cinco candidatos se presentan para tomar las riendas del banco europeo de infraestructuras el 1 de enero. La vicepresidenta del Gobierno español, Nadia Calviño, y la danesa Margrethe Vestager, comisaria de Competencia de la UE, que se ha tomado una excedencia no retribuida para el proceso. Pero los 27 Estados miembros de la UE podrían elegir al banquero central italiano Daniele Franco, o a expertos del BEI como la polaca Teresa Czerwińska o el sueco Thomas Östros.
Está previsto que se tome una decisión antes de finales de año. Los candidatos se debatirán en una reunión informal de ministros de Economía que se celebrará en Santiago de Compostela a mediados de este mes.
El nombramiento se producirá en un momento crítico para el mayor prestamista multilateral del mundo. El BEI lleva concediendo préstamos para infraestructuras desde 1958, y en la actualidad canaliza unos 65.000 millones de euros anuales en financiación de la economía. Cuenta con unos 435.000 millones de euros en préstamos pendientes; para comparar, los del Banco Mundial alcanzan los 240.000 millones de dólares.
Pero el modelo tradicional del BEI parece insuficiente al lado de los retos a los que se enfrenta Europa hoy en día, con un déficit de financiación de 700.000 millones anuales para financiar la transición ecológica, así como la probable reconstrucción de Ucrania. Al igual que ocurre con el Banco Mundial, hay presión para que el BEI desempeñe un papel más importante.
Para ello, el próximo jefe del BEI tendrá que dejar que el banco asuma más riesgos, como sugirió Vestager el jueves en el Financial Times; también tratará de captar más fondos, dijo. Los préstamos dudosos representan menos del 0,5% del balance del BEI, lo que da la razón a los críticos que afirman que concede préstamos o respalda proyectos que podrían ser financiados fácilmente por bancos del sector privado. El BEI sacaría más provecho de su dinero si incrementara sus inversiones en deuda o participaciones de menor rango, donde el capital privado abunda menos. El BEI ha empezado a proporcionar este tipo de financiación, incluso durante la pandemia, con garantías de la UE.
Históricamente, el banco ha evitado asumir muchos más riesgos por temor a dañar su calificación AAA, alegando que de otro modo se quedaría sin financiación asequible. Durante la crisis del euro, convenció a los Estados miembros para que hicieran una ampliación de capital, pero puede que sea difícil repetirlo, dados los problemas de liquidez de los presupuestos públicos.
Sin embargo, el paso de la UE al endeudamiento público a gran escala a través del fondo NextGenerationEU puede ser un ejemplo útil. El bloque tiene una calificación AA+, por lo que se considera menos solvente que el BEI, que tiene rating AAA. Sin embargo, ambos obtienen préstamos a niveles muy similares, con rendimientos a 10 años de alrededor del 3,2%, según datos de LSEG. Ello sugiere que el BEI no tiene por qué temer quedar fuera de los mercados si su calificación baja.
Al mismo tiempo, el BEI no puede ser una hucha sin fondo. A medida que la carrera por la sucesión se calienta, Francia está presionando al banco para que financie la reparación de centrales nucleares, y los expansionistas en política exterior ven la oportunidad de desafiar las inversiones de China en el mundo en desarrollo mediante la Nueva Ruta de la Seda, dando al banco un mandato más amplio. Esto podría ser una distracción o dejar el BEI expuesto a pérdidas inesperadas. El próximo presidente tendrá que elegir entre asumir más riesgos y mantener al BEI centrado en su misión principal.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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