La extraña incursión saudí en Telefónica es una imitación con lógica

Si consigue hacerse con una participación en la teleco, es posible que los Gobiernos de toda Europa se muestren más dispuestos a permitir a Riad entrar en otros activos clave

Sede de Telefónica, en Madrid.VIOLETA SANTOS MOURA (REUTERS)

Arabia Saudí está plantando su tienda de campaña en el panorama empresarial europeo. El grupo de telecomunicaciones STC, respaldado por el Estado, ha comprado cerca del 10% de Telefónica por 2.100 millones de euros, convirtiéndose así en el primer accionista, e imitando la participación de su rival de Abu Dabi, e&, en Vodafone. El grupo español no es barato y ofrece un margen limitado para desbloquea...

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Arabia Saudí está plantando su tienda de campaña en el panorama empresarial europeo. El grupo de telecomunicaciones STC, respaldado por el Estado, ha comprado cerca del 10% de Telefónica por 2.100 millones de euros, convirtiéndose así en el primer accionista, e imitando la participación de su rival de Abu Dabi, e&, en Vodafone. El grupo español no es barato y ofrece un margen limitado para desbloquear valor. Para Riad puede haber otros beneficios.

El jefe de STC, Olayan Alwetaid, parece estar copiando el manual del consejero delegado de e&, Hatem Dowidar. El grupo de Abu Dabi compró inicialmente una participación del 9,8% en la británica Vodafone en mayo de 2022, que ahora planea elevar al 20%. Al igual que su rival del Golfo, STC parece estar actuando como inversor financiero, en lugar de intentar lanzar una adquisición total de Telefónica.

Pero comprar incluso una participación minoritaria en el mayor operador de España no es nada fácil: Madrid aprobó en julio un nuevo proyecto de ley para disuadir a los compradores extranjeros de apuntar a sus industrias críticas, y tendrá que decidir si concede derechos de voto a la participación de STC por encima de un umbral del 5%.

La operación de Vodafone no es un precedente alentador. Las acciones de la empresa británica han caído un 39% desde que e& invirtió por primera vez. Obtener valor de Telefónica puede ser aún más difícil. El grupo español tiene una deuda de 34.000 millones de euros –equivalente a 2,6 veces el ebitda a fecha de junio– y se enfrenta a sus propios desafíos.

En agosto, su principal cliente de telefonía móvil en Alemania, 1&1, de United Internet, se pasó a Vodafone, lo que podría privar a la unidad alemana de Telefónica de casi el 40% de su flujo de caja libre. Por otra parte, el grupo español no es barato: cotiza a 11 veces los beneficios acumulados, frente a las 9 veces de Vodafone, según datos de LSEG. Su condición de paladín nacional significa que sería difícil crear valor mediante ventas de activos o fusiones y adquisiciones.

A pesar de la incertidumbre de los rendimientos, la cruzada española aún puede merecer la pena. El Fondo de Inversión Pública de Riad, que posee el 64% de STC, está lleno de efectivo y ha estado comprando activos en toda Europa, incluido el Newcastle United. Pero adquirir una participación en la infraestructura de telecomunicaciones clave de un país es un paso adelante respecto a un club de fútbol.

El momento elegido por Riad parece inteligente: España se encuentra actualmente en un vacío de poder, después de que las elecciones generales de julio dejaran al país sin un ganador claro. Si consigue hacerse con una participación en Telefónica, es posible que los Gobiernos de toda Europa se muestren más dispuestos a permitirle entrar en otros activos clave.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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