La ‘economía Barbie’: ¿burbuja pasajera o cambio de paradigma?
Las mujeres reclaman contenidos diseñados específicamente para ellas, en música, películas y otros ámbitos
En las últimas décadas, los países occidentales han aplicado medidas para compensar la discriminación que sufrieron las mujeres durante gran parte de la historia. Partidos políticos, empresas públicas y privadas y centros de educación han fomentado la mayor participación de las mujeres, incluso recurriendo a sistemas de cuotas. Gobiernos con paridad de ministros masculinos y femeninos son comunes.
El Covid y las duras restricciones entre 2020 y 2022 a la práctica de la mayoría de actividades que efectúa la población afectaron el comportamiento de las personas. Durante bastante tiempo, ú...
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En las últimas décadas, los países occidentales han aplicado medidas para compensar la discriminación que sufrieron las mujeres durante gran parte de la historia. Partidos políticos, empresas públicas y privadas y centros de educación han fomentado la mayor participación de las mujeres, incluso recurriendo a sistemas de cuotas. Gobiernos con paridad de ministros masculinos y femeninos son comunes.
El Covid y las duras restricciones entre 2020 y 2022 a la práctica de la mayoría de actividades que efectúa la población afectaron el comportamiento de las personas. Durante bastante tiempo, únicamente se podía abandonar la vivienda para desplazarse al trabajo o comprar alimentos y medicamentos. Se tuvo que pagar este precio para que no fuera mayor el número de fallecimientos. A principios de agosto, la Organización Mundial de la Salud había registrado 6.955.141 muertes causadas por la pandemia a nivel global.
En este segundo verano post-Covid, se ha acentuado el deseo de la población de viajar y disfrutar. En EE UU se está viviendo la denominada economía Barbie. No se trata únicamente de la película Barbie, cuyo estrenó fue el 21 de julio. Su recaudación de casi 600 millones de dólares en EE UU la ha convertido en la película de mayor éxito comercial del estudio Warner Brothers en el país. A nivel internacional sobrepasa los 1.300 millones de recaudación. Greta Gerwig ha superado a todas las mujeres directoras en la taquilla.
Las mujeres reclaman contenidos diseñados específicamente para ellas, en películas, música y otros ámbitos. No se trata de que Hollywood o las productoras de música creen contenidos que les gusten a sus maridos, novios, padres u otros familiares masculinos. Deben realzar la total independencia de la mujer. Muchas emprenden viajes únicamente con sus amigas (y también hijas, hermanas o madres) y asisten a actividades de ocio en grupo. Dos ejemplos paradigmáticos de esta economía Barbie son las asombrosas giras mundiales que están protagonizando Taylor Swift y Beyoncé.
La cantautora Taylor Swift, de 33 años, efectúa su sexto tour mundial. Se convirtió en 2022, según Forbes, en la superestrella femenina mejor remunerada del mundo. Desde 2007 ha recibido 592 premios, incluyendo 12 Grammys, 40 American Music Awards y 14 de vídeos musicales de la MTV. Ha superado 101 récords mundiales Guinness. En menos de cinco meses, en EE UU, hizo 60 conciertos de tres horas y más de 40 canciones en 20 ciudades. Batió récords de asistencia en numerosos estadios. Logró 100.000 millones únicamente en venta de entradas. Al acudir muchas de sus fieles seguidoras a las ciudades que se disputaban acoger sus conciertos, aumentó la ocupación hotelera y consumo en restaurantes, bares y adquisición de productos. Philadelphia registró su mayor ocupación hotelera posterior al Covid. Acudió a ciudades medianas y pequeñas. Generó 130 millones de dólares para la ciudad de Denver y 92 millones para Cincinnati. Al igual que otras estrellas, Swift destaca por sus generosas donaciones millonarias para la Cruz Roja y otras ONG, y durante el Covid. Entregó un bonus 100.000 dólares a los conductores de camiones de su gira en EE UU.
Swift y su tour Eras continuarán este increíble ritmo en los próximos meses en América Latina, Asia, Australia, Europa (30 de mayo en Madrid) y nuevamente EE UU en otoño de 2024. Se convertirá en la gira musical con mayores ingresos de la historia. El gasto de sus seguidoras, sumando la compra de entradas, desplazamiento, comida y ropa, promedia 1.300 dólares. Los tours de Swift y Beyoncé también mantienen o generan muchos empleos: personal de los hoteles y restaurantes, técnicos de música y sonido de los estadios, seguridad privada y personal de transporte. Los economistas analizan la Taylornomics. El profesor de Finanzas Sanjay Sharma, de la Universidad de California del Sur calcula que los conciertos y la actividad económica adicional de la gira de Swift en EE UU ascenderán a 5.000 millones. Forbes proyecta que el tour World Rennaissance, de Beyoncé (32 Grammys), recaudará 2.000 millones en 57 conciertos.
La pregunta clave es si este ritmo de consumo, inversión y generación de empleo para acontecimientos enfocados básicamente a las mujeres es sostenible a medio plazo. Se consolidan las altas audiencias para los campeonatos mundiales, regionales y nacionales de deporte femenino. La victoria de la selección española de fútbol en el Mundial es el último ejemplo.
Las diez cantantes con mayor patrimonio del mundo son Rihanna (1.400 millones), Madonna (850 millones), Céline Dion (800), Beyoncé (500), Jennifer López (400), Taylor Swift (400), Katy Perry (330), Lady Gaga (320), Mariah Carey (320) y Shakira (300). Son además inteligentes inversoras. Los únicos hombres que las adelantan (Jay-Z, Paul McCartney) o se intercalan entre ellas (Andrew Lloyd Webber, Herp Albert) son mayores y no están en la cúspide de sus carreras. La expectativa de vida de las mujeres en el mundo desarrollado sigue aumentando. En 2020 la esperanza de vida de una niña en los países de la OCDE era de 83,2 años, casi 13 más respecto a los 71 de 1960. Al vivir más que los hombres, las mujeres en sus jubilaciones absorben muchos contenidos.
Probablemente, disminuirían las guerras si más mujeres gobernaran países. Actualmente, solo hay 17 mujeres jefas de Estado y 19 de Gobierno. La geopolítica puede ralentizar la economía Barbie. Quizás la mejor respuesta sea la actitud adoptada por Taylor Swift. Cuando su discográfica vendió los derechos de sus diez álbumes, decidió recuperarlos volviendo a grabar todas sus canciones. Swift, Beyoncé y Gerwig ejemplifican la capacidad de las mujeres superestrellas de controlar su narrativa y su marketing. No ceden ante los hombres ejecutivos que han dominado el sector. Su capacidad de trabajo, superación y empatía es un ejemplo que muchos deberían seguir.
Alexandre Muns Rubiol es profesor, EAE Business School
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