La innegable utilidad del ir y venir de la financiación autonómica, y la mancha del caso EiDF

Los vaivenes del sistema administrativo español sirven al menos para eludir responsabilidades

El líder de Junts, Carles Puigdemon, en Bruselas el 5 de julio pasado.Europa Press

Al contrario de lo que se dice, los partidos españoles de índole regional no están sobrerrepresentados en el Parlamento en relación con su número de votos; sí lo están los mayoritarios (PP y PSOE), mientras que los de alcance nacional, pero más pequeños, como Sumar y Vox (antes también Ciudadanos) tienen menos peso del que les correspondería. Eso explica que, dada la irreductible división en bloques del panorama político, los grupos nacionalistas e independentistas acaben teniendo la sartén por el mango en la formación de Gobierno. Cabría preguntarse qué les falta por conseguir tras décadas de...

Regístrate gratis para seguir leyendo en Cinco Días

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte


Al contrario de lo que se dice, los partidos españoles de índole regional no están sobrerrepresentados en el Parlamento en relación con su número de votos; sí lo están los mayoritarios (PP y PSOE), mientras que los de alcance nacional, pero más pequeños, como Sumar y Vox (antes también Ciudadanos) tienen menos peso del que les correspondería. Eso explica que, dada la irreductible división en bloques del panorama político, los grupos nacionalistas e independentistas acaben teniendo la sartén por el mango en la formación de Gobierno. Cabría preguntarse qué les falta por conseguir tras décadas de sostener Ejecutivos a cambio de sucesivas transferencias de competencias, pero siempre queda algo.

La financiación autonómica es la clave de bóveda de la negociación. Si bien hay motivos para dudar que los sucesivos cambios de sistema hayan mejorado o empeorado la gestión pública, hay una utilidad innegable en este ir y venir de fondos entre la Administración central y las autonomías: permite despejar al tejado ajeno la responsabilidad sobre el elevado endeudamiento soberano.

La mancha del duradero caso EiDF será difícil de borrar del todo

La suspensión de la cotización de la energética EiDF (por no presentar sus cuentas anuales), que cumple hoy cuatro meses, pretende proteger a los accionistas minoritarios, pero este duradero suspense va acumulando inquietud en el espíritu de estos pequeños inversores. La empresa dice que la auditoría de Deloitte ya está lista, y que la explicación que debe la dará cuando se levante la suspensión. Tiempo habrá de analizar esas aclaraciones y de buscar responsabilidades, si las hubiere, pero va a ser difícil borrar del todo esta mancha en el buen funcionamiento de los mercados de inversión españoles.

Que inventen fármacos ellos... y los subcontraten a los españoles

Que inventen ellos... y subcontraten la producción a los españoles. La creciente importancia de la fabricación en España de fármacos para empresas multinacionales explica que el sector superara al del automóvil en exportaciones en 2022. Habrá que esperar para comprobar que ese sorpasso se consolida, puesto que la manufactura de vacunas para el Covid distorsiona los datos; también habrá que ver si la industria del motor remonta el decaimiento de la pandemia, la crisis de suministro de chips, y la incertidumbre regulatoria. El éxito de la industria farmacéutica española revela, en todo caso, que no hace falta ser los números 1 en I+D para tener una presencia fundamental en los desarrollos científicos más avanzados y cruciales para la sociedad.

Los dividendos retrotraen a la ansiada alegría de la paga

El dividendo es una forma cómoda y poco imaginativa de obtener una rentabilidad recurrente con la renta variable. El inversor no tiene que hacer nada, ni siquiera mirar las cotizaciones, solo mantener las acciones en cartera. Tampoco exigen gran imaginación a los ejecutivos corporativos, que podrían buscar usos más complejos para el capital, o incluso recomprar acciones, dejando que los inversores que quieran mantener sus participaciones así lo hagan. Pero son un acontecimiento feliz, la paga trimestral o semestral que retrotrae a los tiempos en los que se esperaba con ansia el dinerillo de los padres o los abuelos para comprarse chucherías. Algunos inversores, eso sí, optarán por usarlos para comprar nuevas acciones, de esa u otra compañía.

Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días

Más información

Archivado En