Alarma por la omisión de los factores de riesgo de las salidas a Bolsa en China
Al tiempo que los gestores de fondos extranjeros buscan garantías, el país da un paso atrás e insta a ocultar datos
Los mensajes contradictorios procedentes de Pekín están provocando un latigazo a los inversores de todo el mundo. El organismo de control de valores del país se reunió la semana pasada con bufetes de abogados locales y les pidió que suavizaran las descripciones negativas de las políticas chinas en los prospectos de las empresas que salen a Bolsa fuera de la China continental en mercados como Hong Kong y Estados Unidos, según informó Reuters el lunes, citando fuentes. Esta última medida represiva es otra advertencia en contra de hacer negocios en China.
Como parte de las nuevas normas qu...
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Los mensajes contradictorios procedentes de Pekín están provocando un latigazo a los inversores de todo el mundo. El organismo de control de valores del país se reunió la semana pasada con bufetes de abogados locales y les pidió que suavizaran las descripciones negativas de las políticas chinas en los prospectos de las empresas que salen a Bolsa fuera de la China continental en mercados como Hong Kong y Estados Unidos, según informó Reuters el lunes, citando fuentes. Esta última medida represiva es otra advertencia en contra de hacer negocios en China.
Como parte de las nuevas normas que rigen las ofertas públicas iniciales en el extranjero, en vigor desde el 31 de marzo, se prohíbe cualquier comentario en los documentos de cotización que “tergiverse o menosprecie las leyes y políticas, el entorno empresarial y la situación judicial” del país. Los factores de riesgo suelen señalar incertidumbres en la interpretación y aplicación de las leyes chinas, así como la “considerable supervisión e influencia” del gobierno sobre las empresas. Las autoridades reguladoras chinas quieren que se supriman estos requisitos; de lo contrario, podrían denegar la aprobación de las solicitudes de cotización en el extranjero.
Esto deja a los aspirantes al mercado público entre la espada y la pared. La Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos, por ejemplo, exige más información a las empresas chinas de su jurisdicción, incluido el papel de Pekín en sus operaciones en el continente. Intentar apaciguar tanto a los reguladores estadounidenses como a los chinos será cada vez más difícil. Subestimar los riesgos de hacer negocios también expondrá a muchas empresas a demandas colectivas e investigaciones. Tras su desastrosa salida a Bolsa en Nueva York en 2021, Didi Global, sus directivos y los suscriptores Goldman Sachs, Morgan Stanley y JP Morgan Chase fueron demandados por los accionistas por engañar a los inversores.
Esta última directiva puede no ser más que otro obstáculo normativo para los equipos de cumplimiento y los abogados. Añadirá un cuello de botella a un atasco de empresas que intentan obtener la aprobación de una OPV en el extranjero: a finales de junio, ninguna empresa había superado con éxito el nuevo proceso de cotización. El riesgo es que los asesores y bancos de todo el mundo se vean disuadidos de trabajar en este tipo de operaciones, lo que acabaría con las grandes OPV chinas en mercados como Estados Unidos. El impacto puede ser menos doloroso en Hong Kong, donde las demandas de los accionistas son poco frecuentes y los bancos chinos obtienen más mandatos.
Quizá lo peor de este último acontecimiento sea el momento elegido. Los gestores de fondos extranjeros buscan signos de mejora en la segunda mayor economía del mundo y garantías de que el país está abierto a los negocios. El viernes, los reguladores chinos celebraron una reunión poco habitual con KKR, Blackstone, Carlyle y otros para asegurarse de que pueden seguir invirtiendo en el país. Una de las peticiones fue que Pekín agilizara los trámites para las OPV en el extranjero, según Bloomberg. El lunes fue aún mejor, cuando el Politburó, máximo órgano decisorio del Partido Comunista en el poder, se comprometió a intensificar el apoyo a la economía y señaló que la llegada de más estímulos era inminente. Obligar a las empresas a ocultar los riesgos de China es un paso atrás en demasiados sentidos.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Lucía Manchón Cabrera, es responsabilidad de CincoDías
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