Irlanda se convierte en el conejillo de indias de la prohibición del alcohol

El impacto de un etiquetado disuasorio parece limitado, pero Europa y Estados Unidos miran de cerca

Irlanda pone en marcha una normativa de etiquetado disuasorio en las bebidas alcohólicasEUROPA PRESS (Europa Press)

Una de las campañas publicitarias más famosas de Guinness mostraba a un hombre corpulento levantando por encima de su cabeza una viga gigante con la leyenda Guinness for strength (Guinness para la fuerza). Ahora, el Gobierno irlandés adopta una postura diferente con respecto a las cervezas negras, pero también a los vinos y licores, tras aprobar una ley que obliga a los fabricantes de bebidas como Diageo a incluir en sus etiquetas una advertencia sobre el cáncer y otros riesgos para la salud derivados del alcohol. Si la medida consigue reducir el consumo de alcohol y Estados Unidos y Eu...

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Una de las campañas publicitarias más famosas de Guinness mostraba a un hombre corpulento levantando por encima de su cabeza una viga gigante con la leyenda Guinness for strength (Guinness para la fuerza). Ahora, el Gobierno irlandés adopta una postura diferente con respecto a las cervezas negras, pero también a los vinos y licores, tras aprobar una ley que obliga a los fabricantes de bebidas como Diageo a incluir en sus etiquetas una advertencia sobre el cáncer y otros riesgos para la salud derivados del alcohol. Si la medida consigue reducir el consumo de alcohol y Estados Unidos y Europa siguen su ejemplo, las halagüeñas previsiones para el sector pueden acabar provocando una resaca.

Irlanda no es el primer país que intenta frenar el consumo de alcohol. En la década de 1920, el Gobierno estadounidense prohibió la producción y el consumo de alcohol. Islandia aplicó una prohibición similar en 1915. Ambas medidas extremas fueron finalmente revocadas. Pero la preocupación por los riesgos para la salud está dando pie a una nueva forma de pensar sobre el alcohol.

La falta de conocimiento entre los consumidores en general sobre los peligros del consumo de bebidas alcohólicas, aunque sea moderado, ha llevado a Dublín a tomar medidas. En mayo, el Gobierno aprobó una ley que obliga a los fabricantes de bebidas alcohólicas como Campari a incluir, de aquí a 2026, una etiqueta grande con letras rojas en las botellas que advierta de los riesgos de cáncer y de enfermedades hepáticas, además del riesgo de beber estando embarazada. También alertará a los consumidores sobre el contenido tanto calórico como alcohólico de la bebida.

Esta nueva normativa entrará en vigor dentro de tres años para dar tiempo a las empresas a prepararse para el cambio. Claro que esta medida ya ha llevado a varios socios comerciales de Irlanda a plantear sus dudas ante la Comisión Europea. También ha pasado entre países: nueve miembros de la UE, entre ellos Francia, ya han presentado dictámenes desfavorables en respuesta a los planes de Irlanda.

El impacto potencial de la pequeña Irlanda en el consumo mundial de bebidas puede parecer limitado. Pero estos actores son conscientes de que Europa y Estados Unidos los miran de cerca. Como parte del Plan para vencer al cáncer de la Comisión Europea, el bloque está estudiando un etiquetado más amplio de los alimentos y el alcohol para garantizar que los consumidores sean conscientes de los riesgos para la salud. En otro plan independiente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se propone reducir el consumo nocivo de alcohol en un 20% de aquí a 2030.

El cambio de actitud hacia los licores, la cerveza y el vino tiene algunas de las características del tabaco. En la década de 1940, el fumar estaba de moda y los fabricantes de cigarrillos como Reynolds contrataban a médicos para que defendieran sus beneficios para la salud. Pero una vez demostrada la relación entre los cigarrillos y el cáncer, los gobiernos empezaron a aplicar diversos etiquetados, desde simples advertencias hasta imágenes de pulmones plagados de tumores. También aumentaron los impuestos e impusieron restricciones al consumo de tabaco y a los anuncios de cigarrillos. En Philip Morris International, el volumen de ventas de cigarrillos ha disminuido un 25% desde 2015.

Si bien es cierto que países como Brasil y Grecia incluyen advertencias en los productos alcohólicos, la normativa irlandesa pretende ser más exhaustiva. Eso sí, los ingresos derivados de las bebidas alcohólicas muestran pocos signos de decaimiento. Se espera que las ventas de Diageo crezcan una media del 7% anual en los próximos cinco años, según datos de Refinitiv. A escala mundial, se prevé que el mercado pase de 1.600 billones de dólares en ventas anuales en 2022 a 2.000 billones en 2030. Sin embargo, el ebitda de muchos grandes fabricantes de bebidas, como Anheuser-Busch InBev, Pernod Ricard y Diageo, cotiza con descuento respecto a sus medias de la última década. La cautela de los inversores puede deberse a que los jóvenes beben menos. Pero si la política de etiquetado irlandesa se impone, el sector de las bebidas se enfrentará a un nuevo motivo de preocupación.

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