La discreción de los depósitos y el pulso de Grífols

El ahorro bancario se mueve en un estrepitoso silencio

Billetes de euro.EUROPA PRESS (EUROPA PRESS)

Como sea que los usuarios de banca recurren cada vez más a las aplicaciones de móvil o al navegador para operar, se han perdido las clásicas fotos de grandes colas de clientes para contratar productos o, sobre todo, para sacar su dinero, en pleno pánico bancario. No se han visto en EE UU en la quiebra de Silicon Valley Bank (solo faltaría que los emprendedores tecnológicos fueran a recuperar su capital in situ) y otros bancos; ya solo se dan cuando el portal del Banco de España se satura, y los jubilados (sobre todo jubilados) van en masa a comprar letras del Tesoro. Por eso es difícil saber los motivos exactos por los que cayeron en un 2,9% los depósitos de los seis grandes bancos españoles en los primeros tres meses del año. Habrá un efecto estacional, por el cierre del año; habrá ido en parte a productos de inversión, desde luego, así como a amortizaciones de créditos, y otras situaciones. Dado que los bancos suben solo tímidamente la remuneración de los depósitos, lo lógico es que no haya mucho más. En junio, cuando venza la línea TLTRO del BCE, será otra historia. Pero la calma tensa prosigue en el ahorro.

Grífols sigue sin recuperar el pulso prepandémico, pese a todos los cambios

El movimiento de fichas en la cúpula de Grífols parece no tener fin, aunque esta vez debería de ser la definitiva. Thomas Glanzmann ha asumido el cargo de CEO, además de la presidencia, de modo que la familia propietaria deja los principales puestos. La idea es recuperar la confianza del mercado, que desde la pandemia sigue sin ver claro que la compañía recupere el nivel de negocio anterior. Los centros de plasma de EE UU están volviendo a abrir, y con ellos la oferta del fluido, por lo que el coste está bajando; eso dice la empresa, al menos. Los confinamientos provocaron un shock en la compañía, y todavía no ha recuperado el pulso.

Cuando ya todo el mundo habla bien de BYD, Berkshire vende la mitad de sus acciones

Cuando todo el mundo empieza a hablar bien de una empresa, es que es hora de vender. Eso es lo que ha hecho, una vez más, Berkshire Hathaway, que invirtió en la automotriz eléctrica china BYD en 2008, y que en los últimos meses ha reducido a la mitad su participación, hasta por debajo del 10%. Charlie Munger, socio de Warren Buffett, decía en febrero que hay algo de suerte en su inversión, puesto que intentaron convencer a los jefes de BYD de que cambiaran de estrategia.

El de los automóviles es un negocio fácil de entender, como le gustan a Buffett, pero también, según este, uno con mucha competencia, en el que el dominador del mercado cambia muy deprisa. La apuesta por BYD, pues, fue una ocasión especial.

La frase del día

“Pensar que la IA provocará una ola global y sin precedentes de despidos es un gran error. Pero vamos a ver un cambio importante en el poder y cambios estratégicos en muchos sectores. Es una cuestión de adaptación más que de destrucción”

John Plassard, especialista en inversión de Mirabaud

Tiempos nuevos para la telerrealidad y otros contenidos baratos de hacer

Corren tiempos nuevos, tiempos salvajes, como cantaban Los ilegales, al menos para la televisión. La de pago, la que emite en abierto: la fórmula que ha dado la vida a Telecinco durante los últimos 15 años, Sálvame, llega a su fin. La competencia en los medios es enorme, con la explosión de internet; también en la telerrealidad, en los contenidos basados de no ficción. Plataformas como TikTok o YouTube capturan el interés de los espectadores que quieren personas más o menos reales al otro lado de la pantalla. Son modelos baratos de hacer, que no requieren mucha producción de decorados ni de invitados. Ahora Mediaset España tendrá que reinventarse, ya sin Paolo Vasile, en una TDT que va perdiendo espectadores a toda velocidad.

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