EE UU se lleva las bombas de calor europeas

La alemana Viessmann vende su negocio principal a la estadounidense Carrier

Fábrica de bombas de calor de Viessmann, en Allendorf (Alemania).FABIAN BIMMER (REUTERS)

Saber cuándo vender es un dilema habitual entre las empresas familiares. En el caso de Viessmann, fabricante alemán de bombas de calor con 106 años de historia, parece un movimiento extraño, dada la demanda de su tecnología. Pero la venta de su negocio principal por 12.000 millones de euros al grupo de EE UU de refrigeración y aire acondicionado Carrier Global, valorado en 35.000 millones de dólares, parece necesario para seguir en cabeza. Es una lección para los políticos alemanes y de la UE.

Puede que las bombas de calor no sean el sector más obvio para liderar una reactivación de las fusiones transatlánticas, que caen un 31% en 2023. Puede ayudar a reducir las emisiones sustituyendo a las calderas de gas, y ha sido identificada por la UE como una industria crucial, al igual que las turbinas eólicas y las baterías. Bruselas está aplicando normas de subvenciones públicas más laxas para no perder terreno frente a EE UU. La no cotizada Viessmann está aprovechándolo: sus ventas han crecido un 15% anual desde 2020.

Pero crear paladines continentales es más fácil de decir que de hacer. Asiáticos como Daikin, Samsung y Mitsubishi se están expandiendo deprisa en Europa y a firmas como Viessmann les cuesta mantener su mercado local. Asociarse Carrier le permite acceder mejor a EE UU y beneficiarse de la experiencia de su socio en aire acondicionado. Le ayudará a seguir el ritmo de la demanda de bombas, que se disparará en Alemania gracias a los incentivos.

El giro ecológico de Carrier no es barato. Paga 17 veces el ebitda de la unidad de Viessmann, mucho más que su propio múltiplo a plazo de 11 veces. Aun así, no es escandaloso: Nibe Industrier, la empresa sueca de Viessmann, está valorada en 25 veces el ebitda, incluida la deuda. Y Carrier calcula que puede conseguir ahorros de costes equivalentes a 200 millones de dólares. Tras impuestos, y capitalizados en un múltiplo de 10, podrían valer unos 1.400 millones en moneda de hoy.

La valoración también puede reflejar las condiciones del acuerdo. Viessmann se ha asegurado la protección de los empleos en Alemania y un puesto en el consejo para el CEO actual, Max Viessmann. Pero dado que el 80% de la compra es en efectivo, supone la entrega de un valioso activo de futuro al control de EE UU. Para prosperar, en vez de solo sobrevivir, parece necesario.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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