Credit Suisse hace mella en la armadura de la banca suiza

El rescate es un golpe a la reputación de solidez financiera del país, y se suma al final del secreto bancario

Sucursal de Credit Suisse en Ginebra.DENIS BALIBOUSE (Reuters)

En la exitosa campaña turística de Suiza para 2021, la estrella del tenis Roger Federer promocionab el país alpino como un lugar de vacaciones sin dramas. La intervención del Banco Nacional Suizo (BNS) esta semana para apuntalar a Credit Suisse ha sido de todo menos tranquila. 15 años después del rescate de su rival UBS, las nuevas turbulencias han hecho mella en la armadura suiza de estabilidad financiera.

Las dos crisis bancarias recientes del país son muy diferentes. Durante el colapso mundial de 2008, UBS acumulaba decenas de miles de millones de dólares en bonos respaldados por hipotecas de alto riesgo y otros activos ilíquidos. Su entonces jefe, Marcel Rohner, se vio obligado a depreciarlos, lo que provocó un enorme agujero en los fondos propios del banco. Para rescatar la mayor entidad del país, el Gobierno de Berna inyectó 6.000 millones de francos suizos en capital, mientras que el banco central se deshizo de unos 40.000 millones de francos suizos de activos tóxicos en un vehículo de propósito especial.

La cartera de préstamos de Credit Suisse está en mejor forma. Pero años de mala gestión han provocado una crisis de confianza en el banco dirigido por Ulrich Körner, que se aceleró tras el colapso la semana pasada del Silicon Valley Bank. Para evitar el desastre financiero, el banco central suizo tuvo que intervenir de nuevo, esta vez con una línea de crédito de 50.000 millones de francos suizos. Esto puede ser un parche para medidas más radicales.

Pero apoyar a los grandes bancos tambaleantes no está exento de riesgos. Los activos bancarios suizos son los más altos en relación con el PIB de cualquier país desarrollado; los balances combinados de Credit Suisse y UBS valían alrededor del 260% de la producción económica en 2020, según los datos del banco central.

A finales de 2021, los activos totales del sector bancario en Suiza ascendían a 3,9 billones de francos suizos, equivalentes al 520% del PIB suizo, según el Informe de Estabilidad Financiera Suiza 2022 del BNS. La ratio era del 800% al comienzo de la crisis financiera de 2007-08.

Puede que la intervención no cueste dinero a los contribuyentes. El BNS ganó más de 5.000 millones de francos suizos con la liquidación del banco malo de UBS y el Estado obtuvo más de 1.000 millones de ganancias por su participación en el capital. Credit Suisse pagará intereses por sus fondos del banco central. No obstante, la última intervención reavivará el debate sobre si Suiza puede permitirse respaldar a las grandes instituciones financieras.

El rescate es también otro golpe a la reputación bancaria internacional de Suiza. Antes de la crisis financiera, el secreto bancario era sin duda el principal atractivo para los clientes de banca privada. Después de que una disputa fiscal con Estados Unidos en 2009 provocara su desaparición, la solidez percibida de Suiza se convirtió en su principal argumento de venta financiero. En 2021, los clientes bancarios habían depositado 2,4 billones de dólares en paraísos fiscales en bancos suizos.

Los problemas de Credit Suisse vuelven a socavar este mensaje. Clientes nerviosos retiraron más de 100.000 millones de francos suizos del banco con sede en Zúrich en el cuarto trimestre del año pasado y podrían dudar en volver. Las autoridades no han tenido más remedio que apuntalar el banco y el sistema financiero en general. Pero presentar a Suiza como un país sin dramas bancarios se ha vuelto más difícil.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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