Las narrativas del mercado y el ‘efecto enero’ en las bolsas

¿Se cumplen siempre las predicciones y las teorías?

primeimages (Getty Images/iStockphoto)

¿Será 2025 el año de la bolsa europea? ¿Se mantendrá la tendencia de estos primeros días de enero en los mercados el resto del ejercicio? Como es habitual, al mercado le gusta hacer predicciones, intentar adivinar qué índices, sectores y acciones se comportarán mejor y jugar con la estacionalidad.

Como ya sabemos, el mercado se mueve por expectativas y, también, por emocionalidad. Las predicciones sobre cuántas bajadas de tipos veremos este año por parte de los bancos centrales ya están sobre la mesa, pero, en este inicio de año de más cambios y algo más de volatilidad, hay quienes se están acordando del ‘Barómetro de enero’.

Este indicador o teoría dice que lo que sucede en los mercados en los primeros cinco días de enero es lo que acabará pasando en el conjunto del año. Y, viendo cómo se están comportando los índices en lo que llevamos de enero, resulta tentador imaginarse que en 2025 será la bolsa europea la que lo haga mejor que la estadounidense. ¿Y por qué no?

De momento, en estas pocas sesiones de bolsa que llevamos, ya podemos decir que Europa ha comenzado el nuevo año como la mejor bolsa mundial. A 9 de enero, el Euro Stoxx 50 sube un 2,50%, frente al 0,62% y el 0,87% que se anotan el S&P 500 y el Nasdaq 100, respectivamente. ¿Podemos fiarnos de que se vaya a mantener en los próximos meses?

Lógicamente, no tenemos la bola de cristal para poder adivinar qué va a hacer el mercado y, como toda teoría, a veces se cumple y a veces, no. El año pasado, los primeros días de enero Wall Street se mantenía prácticamente plano, mientras que Europa caía cerca de un punto porcentual y a cierre de mes era el Euro Stoxx 50 el índice que más subía. Y lo que pasó finalmente es que Europa subió cerca de un 6%, a mucha distancia de Estados Unidos, que se anotó un 23%, abriendo una de las brechas más notables entre ambas bolsas de los últimos 40 años.

Como suele suceder, detrás de cada teoría está el comportamiento de los seres humanos. El ‘efecto enero’ puede darse porque los inversores tienen ánimo y ganas de invertir por diversos motivos: por haber cobrado el bonus anual del trabajo a finales de año o la paga extra de diciembre, por haber gastado menos de lo previsto en las navidades, por volver a entrar en el mercado si vendieron únicamente para hacer ajustes de cara a la declaración de la renta, etc. Las razones a favor pueden ser muchas, al igual que las contrarias, pero ¿debemos fiarnos de estas teorías?

En diciembre hablábamos del ‘rally de Santa Claus’ y en mayo volveremos a hablar del ‘sell in may and go away’, pero más allá de estas teorías, hay ciertas narrativas que se van instalando en el mercado, que no son estacionales y que tienen más o menos impacto.

En una reciente entrevista en Finect, Ángel Olea, director de inversiones de Abante, reflexionaba sobre si ahora la fuerza del mercado con las narrativas es mayor que antes y explicaba que va por momentos. “El último momento anterior a este de una fuerza narrativa y de un consenso muy amplio fue a finales del 2020 y principios del 2021 cuando todos los inversores querían temáticas de salud y stay at home, unos sectores que, a partir de febrero, empezaron a comportarse peor porque cambió completamente la dinámica”, detallaba Olea.

En este sentido, el director de inversiones de Abante añadía que el problema que hay con estas dinámicas tan fuertes es que “pueden permanecer mucho más tiempo de lo previsto”. Y, en su última tribuna para Cinco Días, reflexionaba sobre el problema de intentar hacer predicciones, ya que lo más normal es que fallen porque hay muchas más cosas que pueden pasar que las que realmente pasan.

“Parte del problema al que nos enfrentamos a la hora de tomar decisiones es que, a posteriori, un resultado nos parece evidente, lo explicamos bastante bien y analizamos sus causas. Y eso nos hace pensar que, a priori, tenemos más capacidad para predecir el futuro”, escribía.

Las teorías, las predicciones y las narrativas del mercado pueden llevarnos a tomar decisiones equivocadas. Por eso, como recuerda Olea en su tribuna, podemos quedarnos con la frase de Warren Buffett y enfocarnos en tener una cartera de inversión sensata y bien diversificada ante lo que pueda pasar: “Predecir la lluvia no sale a cuenta, construir el arca sí”.

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