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Renacimiento en Europa

Replanteamiento de la seguridad

Desde la introducción del euro en 1999 la euro zona necesita crisis para dar pasos en su arquitectura institucional. Así, la invasión rusa de Ucrania hizo añicos el supuesto de paz, exponiendo profundas vulnerabilidades de seguridad, energéticas y de defensa. La dependencia de Europa del gas ruso provocó aumento de los precios de la energía y debilitó la competitividad industrial, especialmente en Alemania. Ahora, las amenazas del presidente Trump de retirarse de la OTAN han dejado al descubierto nuevas vulnerabilidades. Además, la incertidumbre geopolítica del Gobierno de EE. UU. y el aumento de aranceles desafían la orientación exportadora europea.

El caso es que Europa lidia con estancamiento de la productividad, disminución de competitividad y tensión de finanzas públicas. De hecho, la UE, las últimas dos décadas ha mostrado una persistente desaceleración del aumento de la productividad, con ampliada brecha de crecimiento de su PIB respecto de EE. UU.

No es de extrañar que el “informe Draghi” subraye que la principal causa de esa menor productividad en la Euro Zona hay sido el fracaso en capitalizar la primera ola de la revolución digital, al no haber escalado empresas o creado campeones globales. Según el Fondo Monetaria Internacional la productividad de las tecnológicas cotizadas en EE. UU. ha crecido alrededor de 40 % los últimos 20 años, pero apenas ha habido mejora en las europeas. Por su parte la I+D, 2,2 % del PIB en 2023 entre las empresas europeas, es relativamente baja respecto a 3,6 % en EE. UU. El resultado es que las empresas de alto crecimiento en el Viejo Continente son escasas, a menudo pequeñas y maduras. La fragmentación de los mercados de consumo y trabajo, limitaciones de capital y escasas cualificaciones limitan aún más su capacidad de expansión internacional.

Replanteamiento de la seguridad

A ello se añade la falta de inversión en defensa. Algunos Estados ya han comenzado a aumentar sus presupuestos al respecto. Aunque la mayoría no alcanza el antiguo punto de referencia de la OTAN de 2 % del PIB, el nuevo objetivo, al menos 3,5 % en capacidades básicas y 1,5 % relacionado con defensa y seguridad, tras décadas de declive, requiere un aumento histórico de la inversión. En conjunto las estimaciones del “informe Draghi” sugieren que la UE precisa entre 750.000 y 800.00 millones de euros adicionales anuales hasta 2030 para los objetivos estratégicos de digitalización, transición energética y modernización de la defensa, es decir un aumento de la inversión en la UE desde 22 al 27 % del PIB.

Una cuestión más polémica es cómo financiarlo. Los Estados de la UE tienen capacidades presupuestarias muy diferentes y muchos tienen que decidir entre invertir en resiliencia o mantener los compromisos de gasto social.

Así que la iniciativa “ReArm Europe” de la Comisión Europea ha propuesto flexibilizar las reglas fiscales para financiación de la defensa. De todas formas, algunos Gobiernos desconfían de la reacción del mercado a un aumento de la deuda. Efectivamente, la región sufre de un sistema financiero fragmentado, que depende en gran medida de préstamos bancarios y no es adecuado para proyectos de alto riesgo impulsados por la innovación. A nivel UE el presupuesto es poco más de 1 % del PIB, demasiado pequeño. Otros países en Europa, como Reino Unido, tienen restricciones fiscales que pueden limitar sus presupuestos de defensa.

Una política fiscal más activa

Pero una política fiscal más activa en la Euro Zona puede impulsar el crecimiento del PIB en la región hasta 1,5 % la próxima década en comparación con menos de 1 % los últimos diez años. Aunque pocos países cuenten con espacio fiscal, se pueden ver favorecidos por los planes para reconstruir las capacidades de defensa del bloque y en su caso la emisión conjunta de deuda mediante una interpretación más flexible de las normas fiscales.

En todo caso, el Plan ReArm Europe, junto con un histórico estímulo fiscal de Alemania pueden marcar un punto de inflexión. El gasto en defensa en Alemania ahora está exento del freno constitucional de la deuda. El Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento alemán, ha aprobado presupuestos generales para 2025 con una partida de 502.550 millones de euros, 5,4% más en comparación con los del año pasado para infraestructuras, lo que ha comenzado con un plan para que los ferrocarriles reciban aproximadamente la mitad de los fondos este año. Además, sus 16 estados Federales pueden tener déficits de hasta 0,35 % del PIB en lugar de equilibrar presupuestos, lo que equivale a alrededor de 16.000 millones de euros anuales. Este estímulo en Alemania puede respaldar una cierta mejora de la productividad, con beneficios indirectos para la Euro Zona en general.

Impulso a la productividad

Efectivamente, las innovaciones militares a menudo encuentran aplicaciones de doble uso en los sectores civiles y pueden impulsar la productividad y prosperidad económica. La afluencia de capital puede estimular las industrias nacionales y aumentar la demanda de mano de obra cualificada. Aunque la rápida adopción de tecnologías militares avanzadas plantea cuestiones éticas y regulatorias, la defensa y tecnologías relacionadas pueden ser motores críticos de crecimiento e innovación la próxima década. Los Estados que inviertan sabiamente en estas capacidades de vanguardia y profundicen en la cooperación internacional podrán reforzar su seguridad y desbloquear oportunidades económicas.

Con todo, aunque es probable que la Euro Zona siga en una senda de crecimiento más lento que muchas economías mundiales, sus perspectivas están mejorando. El previsible mayor gasto en I+D e inversión en infraestructuras pueden amplificar los efectos para un renacimiento europeo la próxima década.

Luis Sánchez de Lamadrid, managing director, Pictet Wealth Management en España

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