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Las Bolsas recortan las caídas tras los mensajes conciliadores de Trump sobre China

El Ibex se aferra a los 15.600 puntos y sube un 0,8% en una semana de alta volatilidad

Gema Escribano

A los inversores se les acumulan los frentes. Con los mercados todavía digiriendo el nubarrón que se cierne sobre la banca regional estadounidense, las palabras del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, actúan como un bálsamo pasajero. Una semana después de haber amenazado con nuevos aranceles a China en respuesta a los controles sobre las tierras raras y la tecnología, el republicano admite ahora que los gravámenes “no son sostenibles”.

Las Bolsas, que durante la jornada llegaron a registrar caídas del 2%, logran contener las pérdidas y recuperar parte del terreno perdido. El Ibex 35 no escapa a ese vaivén. En una sesión marcada por el reajuste de carteras tras el rechazo de los accionistas del Sabadell a la opa del BBVA, el índice español limita los recortes al 0,3%. A pesar de la volatilidad que impera en las Bolsas, el selectivo español aguanta el tipo y en la semana se anota un 0,81% y se mantiene por encima de los 15.600 puntos.

La teoría TACO (Trump Always Chickens Out), acuñada por un columnista del Financial Times, vuelve a estar de plena actualidad. Después de asustar a los mercados, el mandatario modula su mensaje y contribuye a frenar la sangría. “Una reescalada no es nuestro escenario base. Esperamos que la incertidumbre comercial se disipe de nuevo junto con la disminución de la presión arancelaria”, apuntan los analistas de Bank of America.

Tensiones comerciales, expectativas de recorte de tipos en EE UU, buen arranque de la temporada de resultados, mayor estabilidad política en Francia y, en las últimas horas, nuevas dudas sobre la salud del crédito son el cóctel que mantiene a los inversores en guardia, atentos a cualquier señal que anticipe el próximo movimiento del mercado. Detrás de esta aparente calma, Benjamin Melman, gestor de Edmond de Rothschild AM, advierte que “empiezan a abrirse las primeras grietas”. Entre ellas, menciona la desaceleración del mercado laboral estadounidense, el recrudecimiento de las tensiones comerciales y la expansión del crédito privado al margen del sistema bancario tradicional.

Un día después de que Zions Bancorp y Western Alliance Bancorp desvelaran fuertes provisiones para cubrir pérdidas en sus carteras de crédito, los sólidos resultados de sus competidores (Truist Financial, Regions Financial y Fifth Third Bancorp) ayudan a calmar los ánimos. La banca regional de EE UU, que el jueves corrigió un 3,6%, sube hoy un 0,5% a media sesión. El repunte del sector y los mensajes conciliadores de Trump se traducen en ganancias del 0,5% para Wall Street. Los analistas ya lo advertían: con las Bolsas en zona de máximos cualquier pequeño error puede servir de excusa para acelerar la recogida de beneficios.

Aunque los nervios siguen a flor de piel, en ING tratan de rebajar la tensión y recuerdan que, a diferencia de 2023 —cuando la quiebra de Silicon Valley Bank tuvo un efecto dominó—, ahora los riesgos parecen más aislados. Los expertos advierten, no obstante, de que el mercado crediticio opera con unos diferenciales excesivamente ajustados. Las quiebras de Tricolor y First Brands en septiembre son interpretadas como una señal de que la calidad crediticia en EE UU se encuentra en peores condiciones de lo que reflejan los datos.

La recuperación de la banca regional estadounidense no bastó para borrar las pérdidas en el sector europeo. En una jornada en la que el Sabadell ha corregido parte de las fuertes ganancias de los últimos meses, la banca europea ha encajado descensos del 2,5%. Mientras la entidad catalana retrocede un 6,8%, el BBVA se dispara un 6%. Muchos analistas ya lo habían señalado: la cotización de la entidad vasca estaba penalizada por las dudas en torno a la operación. El fin de la incertidumbre y las promesas de más dividendos a corto y medio plazo permiten al BBVA revalidar los máximos de 2007. Las caídas de la banca europea no empañan el buen hacer en el año. Con una subida del 41,2% el sector financiero sigue liderando las ganancias en el Viejo Continente.

Más allá del ruido arancelario y de las expectativas de recortes de tipos en EE UU, la semana ha estado marcada por el respiro de los socialistas franceses al ejecutivo de Sébastien Lecornu. La decisión del primer ministro de suspender la aplicación de la reforma de las pensiones le permitió salvar las dos mociones presentadas por la izquierda de Mélenchon y la ultraderecha de Le Pen. La disminución de la inestabilidad política a corto plazo provocó un ligero descenso de la prima de riesgo de la deuda francesa, que cae hasta los 80 puntos básicos. Mientras baja la presión sobre la deuda, la Bolsa encuentra respiro: la continuidad de Lecornu, unida a resultados mucho mejores de lo esperado entre las firmas del lujo, permitió al Cac francés avanzar un 3,2% en la semana, su mejor balance desde abril.

A medida que la volatilidad repuntaba —el índice Vix roza máximos de abril— los inversores han ido acelerando la compra de activos refugio. Aquí el oro no encuentra rival alguno. Pese a corregir un 2% el viernes, en la semana avanza más de un 5%, su novena semana consecutiva al alza. Se trata de la mejor racha desde agosto de 2020 cuando las variantes del Covid ponían en jaque a la economía y los inversores huían de todo aquello que llevara la etiqueta de riesgo.

“Fed, no nos falles ahora”. El título del informe de Bank of America ejemplifica muy bien el entusiasmo del mercado ante la perspectiva de una flexibilización monetaria. Las dudas que sobrevuelan a la banca regional en EE UU dan gasolina a las expectativas de recorte de tipos. Tras las declaraciones del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, señalando que la debilidad del mercado laboral sienta las bases para una rebaja de tipos en las próximas dos semanas, los futuros de los fondos federales otorgan una probabilidad cercana al 100% a una reducción de tasas en estas reuniones y elevan a más del 55% la probabilidad de nuevos recortes en enero. Las expectativas de tipos más bajos, junto con la búsqueda de refugio por parte de los inversores, permitieron que el bono a dos años cayera hasta el 4,5%, mientras la deuda a 10 años se mantiene al filo del 4%.

A pesar de esta aparente calma, los mercados siguen extremadamente sensibles. Con las Bolsas en máximos, los diferenciales de crédito ajustados y la volatilidad aún latente, cualquier mínima señal adversa —ya sea un dato económico inesperado, un tropiezo en la política comercial o un error de comunicación de la Fed— podría desencadenar una nueva sacudida. La tranquilidad actual es frágil, y los inversores lo saben.

Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.
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