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Valores para exprimir en Bolsa el nuevo capitalismo

Empresas dedicadas a la transición energética, infraestructuras, defensa y tecnología, entre las apuestas de Bank of America. Iberdrola, la única cotizada española

La economía mundial está en plena transición. El golpe dado por Donald Trump al tablero geopolítico y la batalla cuasi permanente entre Estados Unidos y China están acelerando la transición de la economía global. A la transformación del comercio mundial, se suma el empuje de la inteligencia artificial, la apuesta por la defensa y la seguridad, así como por las infraestructuras y las energías limpias, elementos que están reconfigurando el escenario económico actual y que se están convirtiendo en los catalizadores de los ascensos de la renta variable en los últimos meses.

Bank of America resume el momento actual como “inversión en transición”, concepto bajo el que aglutina las diferentes oportunidades y riesgos que, según sus cálculos, precisan de una inversión de más de 30 billones de dólares hasta 2030 y que vienen a diseñar la economía de las próximas décadas. Se trata de “la mayor historia de crecimiento económico de nuestro tiempo” que pasa por el desarrollo de sectores como la defensa y la seguridad, las redes energéticas, la energía nuclear y la inteligencia artificial. Sectores, todos ellos, convertidos ya en grandes tendencias de inversión y que han logrado además acumular fuertes revalorizaciones en Bolsa en lo que va de año.

El interés del mercado por estos negocios se refleja en el dinero que ha entrado este año en vehículos ligados a estas actividades. Los fondos cotizados (ETF) centrados en defensa, ciberseguridad, IA e infraestructuras registran entradas de más de 12.000 millones de dólares, más que cualquier otra temática de inversión. Una apuesta que está ligada a los planes de la Unión Europea y Estados Unidos de incrementar su inversión en defensa e infraestructuras pero también a las ingentes inversiones que vienen anunciando las grandes tecnológicas en IA. El banco de inversión estadounidense cuantifica en entre 9 y 13 billones de dólares la inversión anual para 2030 precisa para acometer los grandes retos que precisa la economía mundial, pese a que, comenta, en la actualidad el gasto es de solo una cuarta parte.

¿Dónde invertir entonces? Bank of America resalta un total de 37 valores ligados a este nuevo capitalismo, que cubren sus analistas y a los que otorgan una calificación de compra. Si bien, recalca, no constituye una recomendación de inversión y recuerda que cada inversor debe analizar los fundamentales de cada empresa y estudiar sus circunstancias personales. Entre ellos, el único valor español es Iberdrola.

Microsoft, Alphabet, Cisco, IBM, Qualcomm o Uber son algunas de las tecnológicas por las que apuesta Bank of America por su capacidad para desarrollar aplicaciones de IA que favorezcan a industrias como la de bienes de consumo, el comercio minorista, la automoción o el sector energético.

La creciente demanda energética de estos gigantes tecnológicos precisa de grandes inversiones en redes para que aumenten su capacidad, elemento que según detalla Bank of America se ha convertido en un cuello de botella importante. A esto se suma la necesidad de avanzar en la descarbonización y en el desarrollo de los hiperescaladores. Según el informe, la necesidad de inversión en redes se eleva a 700.000 millones al año más allá de 2030 y está justificada, principalmente, por “la naturaleza cambiante de la generación de electricidad, impulsada por el crecimiento de la generación de electricidad renovable, especialmente la eólica y la solar. Esto marca un cambio desde un modelo con un pequeño número de grandes centrales eléctricas de carbón o gas hacia un modelo con un gran número de activos renovables que necesitan estar conectados a la red” y justifica cerca del 60% de las inversiones anunciadas por los operadores de red en Francia y Alemania para las dos próximas décadas.

Dentro de las empresas con exposición elevada a las redes eléctricas que cubre Bank of America, el informe cita a un buen puñado de utilities europeas, como la española Iberdrola —que alcanzó ayer nuevos máximos en Bolsa—, la británica National Grid o las alemanas Eon y Siemens, junto a empresas como la tecnológica holandesa ASML, Schneider o Siemens Energy. Junto a ellas también incide en otras como la energética estadounidense Constellation Energy y la china Yangtze Power o en los conglomerados industriales Honeywell e Hitachi. A estos valores suman otros con un papel relevante en el tratamiento de agua o en la energía nuclear, donde incluye a la estadounidense Vistra o a Kazatomprom, el principal exportador de Kazajistán de uranio, metales raros y combustible nuclear y que cotiza en la Bolsa de Fráncfort.

A ellas suma otras empresas ligadas al agua como las estadounidenses Ecolab o Crane y la finlandesa Metso. “Si no se toman medidas, la escasez de agua se traducirá en una caída del 6% del PIB regional para 2050″, lamenta para añadir después que la necesidad de refrigeración de los centros de datos, la fabricación avanzada o la energía nuclear elevan la demanda de agua dulce y presionan aún más a un recurso natural cada vez más limitado.

También apunta a valores ligados a la industria aeroespacial y a la defensa están General Dynamics —matriz de Santa Bárbara—, Northrop Grumman o Teledyne. Junto a ellas hay valores europeos como la inglesa BAE Systems, la francesa Thales o la italiana Leonardo.

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