Bessent invita a Powell a completar su mandato al frente de la Fed “si quiere”
El secretario del Tesoro pide revisar de forma íntegra el papel de la institución e insta a examinar la reforma de la sede de Washington
La campaña de acoso del Gobierno de Donald Trump contra el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha entrado en una nueva fase de su ciclotimia. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha optado dar una de cal y otra de arena. Por un lado, ha mostrado su apoyo al responsable de la política monetaria de EE UU al asegurar que “no hay nada que me indique que deba dimitir en este momento” y abrirle la puerta a quedarse hasta el final de su mandato si así lo considera adecuado: “Su mandato termina en mayo. Si quiere cumplirlo, creo que debería hacerlo. Si quiere marcharse antes, creo que debería hacerlo”.
Ahora bien, poco antes había urgido a realizar “un examen a toda la institución”, que incluya una revisión del proyecto de renovación de la sede de la Reserva Federal en Washington. “Aquí tiene una oportunidad real para él para su legado: ajustar las funciones no monetarias de la Fed”, ha señalado. En su opinión, la institución “no ha parado de crecer y crecer. Y esto ocurre cuando no hay supervisión: no están sujetos a asignaciones presupuestarias”. Al mismo tiempo, Bessent aclaró que “la gestión de la política monetaria de la Fed es un tesoro que debería ser protegido para preservar su independencia”, y que la independencia de la Fed “es una piedra angular del continuo crecimiento y la estabilidad económica de Estados Unidos”. Unas declaraciones que se producen justo después de que Trump desmintiera a Wall Street Journal por un artículo que sugería que Bessent había convencido al presidente estadounidense para no despedir a Powell.
Pese a la presión a la que está siendo sometido Powell en la última semana —hoy mismo Trump ha vuelto a pedir una fuerte bajada de tipos y asegurar que el presidente de la Fed los mantiene altos “probablemente” por cuestiones políticas—, el presidente de la Fed ha optado por la prudencia y ha evitado realizar cualquier comentario al respecto este martes en la inauguración de unas jornadas sobre banca realizadas por la institución. “La Fed es una institución dinámica. Estamos abiertos a escuchar nuevas ideas y comentarios sobre cómo mejorar el marco de capital para los grandes bancos”, se ha limitado a apuntar para recordar además la importancia de contar con grandes entidades que compitan unas con otras, así como con la llamada banca en la sombra y con entidades de otros países para proporcionar financiación y apoyar el crecimiento económico.
Sin embargo, la gobernadora de la Fed Michelle Bowman sí ha defendido la independencia de la institución aunque haya reconocido la importancia de que la institución “rinda cuentas”: “Es muy importante, y lo he dicho varias veces, que mantengamos nuestra independencia en materia de política monetaria (...) pero, como parte de esa independencia, también tenemos la obligación de ser transparentes y responsables”.
La polémica renovación de la sede de Washington
En pleno debate sobre la independencia de la Fed, cualquier evidencia de mala gestión o fraude en la gestión del presupuesto de las obras, como han sugerido miembros de la Casa Blanca, podría ser un pretexto para intentar destituir al presidente de la Fed, Jerome Powell, cuya resistencia a recortar los tipos de interés este año ha enfadado al presidente. La semana pasada, Trump insinuó que podría buscar el cese de Powell utilizando como justificación el supuesto sobrecoste en la renovación de la sede de la Fed, aunque no lo concretó.
“Si bien desconozco el fundamento legal de las renovaciones masivas del edificio que se están llevando a cabo en la avenida Constitución, debería revisarse la decisión de emprender un proyecto de este tipo por parte de una institución que reporta pérdidas operativas de más de 100.000 millones de dólares anuales”, declaró Bessent este lunes en una publicación en X, antes conocida como Twitter.
En esta línea de presión contra el presidente de la Fed, la congresista republicana Anna Paulina Luna pidió formalmente al Departamento de Justicia que abra una investigación criminal contra Jerome Powell por haber cometido perjurio ante el Congreso por la renovación de la sede de la Fed. “Powell engañó a sabiendas [el 25 de junio] tanto al Congreso como a cargos del poder ejecutivo sobre la verdadera naturaleza de un proyecto financiado por los contribuyentes. Mentir bajo juramento es un delito grave, especialmente si se trata de alguien encargado de supervisar nuestro sistema monetario y la confianza pública”, dijo en la red social X.
En una carta dirigida a la fiscal general del Estado, Pam Bondi, Luna acusó a Powell de negar la existencia de un comedor VIP, mármoles nuevos, ascensores especiales, elementos acuáticos y un jardín en la azotea que sí aparecerían recogidos en la memoria final del proyecto remitida a la Comisión Nacional de Planificación de la Capital (NCPC).
Otros responsables de la administración Trump también han apuntado a un supuesto despilfarro que han provocado los sobrecostos. En una carta a Powell del 10 de julio, el director de la Oficina de Administración y Presupuesto, Russell Vought, describió el proyecto como una “renovación ostentosa” que incluía “jardines en las terrazas”, “comedores y ascensores VIP” y otras mejoras de lujo. El director de la Agencia Federal de Financiación de la Vivienda, Bill Pulte, crítico frecuente de Powell, expresó su confianza en que el Congreso abrirá una investigación.
Powell ha defendido la transparencia de las obras de renovación de la sede de la Fed. El presidente de la autoridad monetaria respondió a las afirmaciones de Vought en una carta del 17 de julio, explicando que, por ejemplo, los jardines son simplemente techos verdes y que el ascensor se está ampliando para transportar a personas con discapacidad. Powell recordó que los diseños se presentaron a la NCPC para su aprobación en 2020 y 2021 y apuntó a que este organismo incluso realizó cambios que eliminaban o reducían ciertos elementos y desmintió que se fuesen a instalar ascensores o comedores VIP. El proyecto siempre fue complejo, con un costo inicial estimado en 1.900 millones de dólares, que ha aumentado hasta los 2.500.