El Tesoro español seduce a los inversores y coloca deuda a largo plazo con fuerte demanda
Capta 6.785 millones en títulos a tres, 10 y 15 años a tipos más altos


Las mejores perspectivas que se ciernen sobre Europa y la rebaja de tipos del BCE están permitiendo que la renta fija resista mejor el golpe. Superados los momentos de mayor tensión generados por el aumento del gasto en Alemania, la pérdida de confianza de los inversores en el mercado estadounidense está acelerando la rotación del dinero hacia activos de la zona euro. El apetito por el euro y la deuda de la región está ayudando a los tesoros nacionales a seguir ejecutando sus programas de financiación. Dos días después de que el organismo que dirige Paula Conthe captara 5.380 millones en letras a seis y 12 meses hoy ha sido el turno de la deuda a medio y largo plazo. El Tesoro público ha vendido 6.785,2 millones en títulos a tres, 10 años y 15 años a tipos ligeramente más alto.
Mientras las dudas sobre el gasto fiscal y la inestabilidad política en EE UU y el Reino Unido han recordado a los inversores que los bonos a largo plazo pueden convertirse en un dolor de cabeza, la demanda de los inversores por el papel español se mantiene fuerte. Las órdenes de compra para las cuatro referencias adjudicadas este jueves han alcanzado los 12.700 millones. Es decir, prácticamente han duplicado la oferta.
En bonos a tres años, se han vendido 2.159,1 millones de euros con una rentabilidad del 2,165%, por encima del 2,124% de la puja anterior y un cupón del 2,4%. En obligaciones con una vida residual de 9 años y 10 meses, el Tesoro ha captado 2.132,9 millones con una rentabilidad del 3,167%, superior al 2,912% previo. Mientras que en los títulos a 15 años se han colocado 1.758,38 millones con un cupón del 3,5% y una rentabilidad del 3,676%.
Junto a las referencias tradicionales, el Tesoro ha aprovechado la ocasión para captar 735,4 millones en deuda ligada a la inflación con vencimiento en 2035 y un interés marginal del 3,167%, por encima del 1,235% anterior.
La confianza de los inversores en la economía española no solo se refleja en las operaciones en el mercado primario, sino que tiene su continuidad en el secundario. En un contexto en el que los desequilibrios fiscales que acumulan las grandes economías han llevado a muchos inversores a desprenderse de bonos, y en especial de los de plazos más largos, la rentabilidad de la deuda española a diez años se mantiene estable en el 3,2% con su prima de riesgo en el entorno de los 60 puntos básicos. Los países de la periferia europea, que en la década pasada a punto estuvieron de hacer caer el proyecto europeo, son a día de hoy los que más gustan. Esto se refleja muy en las primas de riesgo. El diferencial entre la deuda alemana, activo seguro por antonomasia, y la italiana ronda los 85 puntos básicos. Más llamativo es aún el comportamiento de la prima de riesgo griega, por debajo de los 70 puntos básicos.
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