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Energía

El Brent registra su mayor caída en más de dos años tras la renuncia de Israel a atacar la industria petrolera iraní

La respuesta a los ataques del 1 de octubre reduce el miedo a una escalada: Teherán sugiere una respuesta contenida y Washington da el visto bueno a la represalia de Tel Aviv

Evolución del Brent en lo que va de año
CINCO DÍAS

El petróleo arranca la semana con fuertes caídas. El barril de Brent, crudo de referencia en el Viejo Continente, ha perdido un 6,09% de su valor ante el alivio del mercado por un ataque israelí sobre Irán de una relativamente menor magnitud de la temida. El bombardeo, llevado a cabo en la madrugada del sábado en represalia por el ataque con misiles del pasado 1 de octubre, no apuntó, como temía el mercado, a la industria petrolera del régimen de Teherán. Israel había prometido responder a aquella ofensiva, que supuso el lanzamiento de dos centenares de misiles balísticos, pero que no causó víctimas directas. La aparente contención de una respuesta que se daba por hecha, y el hecho de que siguiera los parámetros planteados por Estados Unidos, ha tranquilizado a los inversores.

El Brent corrige, así, hasta cotizar por debajo de los 72 dólares, y su caída del 6,09% es la más abultada desde el 1 de agosto de 2022, jornada en la que el barril venía de estar por encima de los 100 dólares. Aquel día, unos datos de producción industrial más débiles de lo esperado en China comenzaron a dar muestras de la debilidad económica en el gigante asiático. Por su parte, el West Texas, petróleo de referencia en Estados Unidos, ha descendido este lunes más del 6%, hasta 67,3 dólares también en su peor sesión en más de dos años.

Tras el bombardeo, el secretario de Defensa de EE UU, Lloyd Austin, reiteró en un breve comunicado su apoyo a la “seguridad y el derecho de autodefensa” de Israel, tras haber mantenido una conversación con su homólogo Yoav Gallant. Washington considera que el ataque ha sido “proporcional” y enfocado “solamente en objetivos militares”, lo que debería evitar una escalada y un contrataque iraní. Asimismo, el régimen de Teherán sugirió ayer domingo una respuesta también comedida al no expresar amenazas directas: “La forma de hacer comprender al régimen sionista el poder y la determinación de la nación iraní depende de nuestros funcionarios, que tomarán las medidas que mejor sirvan a este país”.

El respiro del mercado llega después de que el ataque iraní del 1 de octubre provocara las jornadas más alcistas del año, con un alza de más del 8% en tres días. El ataque agudizó el temor del mercado a una escalada bélica, que podría poner en jaque el tránsito petrolero por el Estrecho de Ormuz (que cruzan uno de cada cuatro barriles de petróleo que se consumen en el mundo). A ello se sumó el riesgo de que Tel Aviv apuntara directamente a las refinerías o terminales petroleras de Irán, uno de los mayores productores del mundo. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, admitió que Israel estaba planteando este tipo de ataques y que EE UU estaba al tanto: “Estamos debatiendo sobre eso”.

El ataque evitó golpear la industria petrolíferas, las instalaciones nucleares y las infraestructuras civiles, de acuerdo con la petición de la administración Biden. “No es probable que la reciente acción militar de Israel contra Irán dé lugar a una escalada inminente de las tensiones geopolíticas que pueda afectar al suministro de petróleo, por lo que esperamos una prima de riesgo más baja a corto plazo”, indican los analistas de Citi que, de hecho, han recortado cuatro dólares su estimación para el precio del petróleo a fin de año: de 74 a 70 dólares, en línea con la caída del mercado. El banco de inversión, además, calcula un 70% de probabilidad de que se cumpla este escenario central, habiendo recortado a la mitad (del 10% al 20%) la probabilidad estimada de una escalada militar que se llevara el barril a 120 dólares. Da una opción entre cinco, finalmente, a que baje a los 60 dólares. “Las previsiones de nuestro escenario bajista siguen sin cambios, pero en las últimas dos semanas estábamos muy preocupados por una potencial escalada en las tensiones geopolíticas que impactara en la oferta de petróleo o que llevara a los mercados a poner en precio este eventual impacto”, explican.

Estas fuerzas bajistas son, principalmente, la debilidad económica china que amenaza con recortar la demanda de petróleo, pues se trata del mayor importador mundial de crudo. “La respuesta más selectiva de Israel deja la puerta abierta a una desescalada. Aunque todavía no está claro si Irán tomará represalias, ni cómo lo hará, el Gobierno ha restado importancia a los daños causados por la respuesta de Israel, y el líder supremo iraní ha dicho que no se debe «exagerar ni restar importancia» al ataque, “añaden desde ING. “Evidentemente, si se produjera una desescalada, los fundamentos volverían a dictar la dirección de los precios. Y con un mercado excedentario en 2025, esto significaría que es probable que los precios del petróleo sigan bajo presión”. El mercado cuenta con que la OPEP+ (los países del tradicional cártel petrolero más Rusia) empiece a reactivar gradualmente la producción de petróleo en diciembre. El grupo de productores se reúne el 1 de diciembre para fijar la política de producción para 2025, una cita ante la que el mercado estará particularmente atento.

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