España pierde la batalla de la deuda: bancos y empresas registran en el extranjero sus emisiones de bonos

Pese a los esfuerzos de la CNMV, que afirma haber agilizado trámites y reducido los tiempos de admisión, las entidades colocadoras aún se decantan por Irlanda o Luxemburgo

Sede de la Comisión Nacional del Mercado de Valores en Madrid.EUROPA PRESS

Los bancos y grandes corporaciones se siguen resistiendo a registrar en España sus emisiones de renta fija, que continúan negociándose de forma mayoritaria en Dublín o Luxemburgo. Los esfuerzos de la CNMV por que los emisores españoles repatríen sus programas de deuda aún no han calado, a pesar de que el regulador español ha agilizado los trámites en los últimos años. La realidad es que, con las últimas cifras del primer trimestre, en España se registraron en la CNMV o se admitieron a negociación en AIAF o en el MARF un volumen de emisiones de renta fija de emisores españoles por importe de 12...

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Los bancos y grandes corporaciones se siguen resistiendo a registrar en España sus emisiones de renta fija, que continúan negociándose de forma mayoritaria en Dublín o Luxemburgo. Los esfuerzos de la CNMV por que los emisores españoles repatríen sus programas de deuda aún no han calado, a pesar de que el regulador español ha agilizado los trámites en los últimos años. La realidad es que, con las últimas cifras del primer trimestre, en España se registraron en la CNMV o se admitieron a negociación en AIAF o en el MARF un volumen de emisiones de renta fija de emisores españoles por importe de 12.941 millones de euros, frente a los 27.102 millones de euros realizadas en el exterior.

Los datos del primer trimestre, recogidos en el boletín trimestral de la CNMV, también muestran un importante retroceso en las emisiones de deuda a largo plazo registradas en España, que apenas superaron los 6.000 millones de euros de euros, menos de la tercera parte de lo registrado en el mismo período de 2023. Mientras tanto, las colocaciones de deuda de emisores españoles registradas en el exterior ascendieron el 20,3% interanual, con un aumento del 50,2% en las emisiones a largo plazo de bonos y obligaciones.

Las emisiones a más largo plazo son estratégicas en los planes de financiación de bancos y empresas y son las que de hecho se registran en mayor medida fuera de España. Así, los cuatro grandes bancos españoles -Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell- tienen sus programas de emisión de deuda senior y subordinada listados en Dublín. El mercado irlandés es también la plaza por la que optan compañías como Telefónica, Abertis, Cellnex, Acciona Energía, Werfen, ACS o Ferrovial en sus emisiones. Y Luxemburgo es el mercado elegido para lanzar sus emisiones de deuda por Naturgy, Iberdrola, Repsol, Amadeus , Redeia y Enagás. Ayer mismo, El Corte Inglés lanzó una emisión de 500 millones en Dublín.

Hasta el momento, únicamente Colonial o Aena han decidido repatriar sus emisiones a partir de las medidas de mejora adoptadas por la CNMV. Y Santander también ha optado por registrar en la CNMV un folleto de emisión de renta fija similar al que ya tiene registrado en Irlanda. ¿A qué se debe entonces la querencia del resto de emisores españoles de deuda por los mercados extranjeros? Fuentes financieras señalan que, pese a la agilización del proceso para emitir desde España, en Dublín o Luxemburgo los trámites son más sencillos y menores las exigencias. “En España hay menos experiencia, por lo que se hacen más preguntas y se piden más clarificaciones. Los emisores tienen total visibilidad sobre los tiempos de aprobación de la documentación en Dublín o Luxemburgo. Dado el volumen de programas registrados ahí la eficiencia y profesionalidad es muy alta y el idioma oficial es el inglés, lo que facilita el proceso para abogados y bancos”, señalan el área de mercados de capitales de una entidad que trabaja en España.

Desde CNMV replican de forma rotunda que “quien a estas alturas habla de plazos excesivos o mayores no conoce la situación real o tiene otros intereses, porque eso no responde a la realidad”. El regulador español defiende que se han ido agilizando los procesos de emisión de deuda en nuestro país, tanto en plazos como en costes, “hasta homologarlos con cualquiera de nuestros vecinos”. “No existe una diferencia objetiva en cuanto a complejidad, precio o plazos en la emisión de renta fija en España o en otro mercado”, añaden en la CNMV.

El regulador recuerda que la entrada en vigor de la nueva Ley del Mercado de Valores el pasado septiembre supuso un último cambio de calado, con la adopción de una normativa que recoge costes más reducidos y menores cargas administrativas para los emisores. Además, se eliminó la presentación de documentación alguna ante la CNMV en relación a los programas de pagarés con vencimientos inferiores a un año. Esa agilización de los trámites no termina de funcionar con las emisiones de largo plazo, que se siguen registrando en su mayoría en el extranjero, y tampoco ha supuesto hasta el momento un despegue para los pagarés. De hecho, el importe de las emisiones a corto plazo realizadas en España ascendió en el primer trimestre a 6.824 millones de euros, lo que supone un descenso interanual del 52,2%. Los cambios normativos sí han logrado en cambio que Endesa se haya traído su programa de pagarés al mercado español.

Desde un banco colocador habitual en las emisiones compañías españolas señalan que desde que se hace el primer envío del folleto de emisión para su revisión por las autoridades de Luxemburgo o Dublín, se puede tener el aprobado para la colocación en poco más de una semana. Desde la CNMV explican que los tiempos en el mercado español son similares: tres días desde la recepción de la solicitud para remitir los primeros comentarios; dos días para la remisión de comentarios a las modificaciones derivadas de esos primeros comentarios si los hubiera y tres días para la admisión de los valores desde que la información está completa. “En todo caso, dada la naturaleza habitual de las operaciones, la mayor parte de ellas no requiere comentarios, por lo que se realizan en su integridad en tres días o menos”, afirman en el regulador español. E insisten en que los motivos de la persistente tendencia a vender fuera su renta fija por parte de los emisores españoles habría que buscarlos “en las inercias de los asesores u otros”.

Avalancha de emisiones que cotizan fuera

La insistencia de los emisores españoles de registrar en Dublín o Luxemburgo sus programas de deuda ha privado al mercado español de acoger un ingente volumen de colocaciones de bonos en los últimos años. Bancos y corporaciones españolas han aprovechado entorno de mercado que favoreció el BCE para el endeudamiento antes de 2022 -con un coste de financiación en mínimos sin precedentes- para construir holgados colchones de liquidez al menor coste posible. Y la búsqueda de financiación en el mercado no cesó con la subida de tipos de interés para las grandes compañías, que han seguido emitiendo deuda para afrontar sin apuros sus programas de financiación y sus vencimientos de deuda.

Los últimos meses han sido especialmente intensos en emisiones de deuda por parte de emisores españoles y del conjunto de la zona euro. Ha sido el momento de asegurar financiación ante las numerosas incertidumbres que se presentan para la segunda mitad del año, incluso a pesar de que el BCE haya decidido una primera rebaja de los tipos de interés en este mes de junio. La autoridad monetaria europea evitó anticipar una senda concreta de posteriores rebajas, que quedan en el aire, mientras el mercado mantiene sus dudas sobre si la Fed llegará a recortar el precio del dinero este año. La inflación ha demostrado ser más persistente de lo esperado y el crecimiento ha resistido con más fuerza de lo previsto a una oleada de subidas de los tipos de interés con una intensidad sin precedentes. En este contexto, al que ahora se añade el riesgo político activado con la convocatoria electoral en Francia, muchos emisores han optado por lanzar emisiones de deuda antes del verano. Antes incluso de la reunión del BCE del pasado 6 de junio en que recortó los tipos.

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