No ir a la junta de Apple tiene precio: 1.000 dólares

Una plataforma permite a los accionistas de cotizadas de EE UU vender sus derechos de voto a cambio

Operadores en la Bolsa de Nueva York.BRENDAN MCDERMID (REUTERS)

La espectacular subida que registran en Bolsa los siete magníficos ha incluido a estos valores en la cartera de no pocos inversores minoristas, ávidos en subirse al carro del rally de los valores tecnológicos y su apuesta por la inteligencia artificial (IA). Según el bróker eToro, entre los principales valores en las carteras de sus inversores de todo el mundo se colaban a cierre de 2023 compañías como Tesla, Amazon...

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La espectacular subida que registran en Bolsa los siete magníficos ha incluido a estos valores en la cartera de no pocos inversores minoristas, ávidos en subirse al carro del rally de los valores tecnológicos y su apuesta por la inteligencia artificial (IA). Según el bróker eToro, entre los principales valores en las carteras de sus inversores de todo el mundo se colaban a cierre de 2023 compañías como Tesla, Amazon, Apple, Microsoft, Meta, Nvidia o Alphabet, lo que les habilita a votar sobre sus planes de recompra de acciones o pago de dividendos, entre otros puntos del orden del día, más allá de disfrutar de la revalorización de sus títulos.

Pero… ¿y si soy inversor pero no quiero, o se cómo, votar las propuestas que se analizan en la junta de accionistas? Una empresa californiana ha puesto en marcha un sistema que permite la compraventa de los derechos de voto de las cotizadas en Estados Unidos, tanto en el NYSE como en el Nasdaq. La firma, Shareholder Vote Exchange, facilita la operativa a los vendedores, que son retribuidos en función del número de derechos de voto que ofrecen y la empresa en cuestión. Así, y según su página web, un minoritario con 100 acciones de Tesla puede obtener hasta 1.118,55 dólares, importe baja a 937,2 dólares en el caso de los títulos de Apple o 739 dólares si son de Amazon. Importes todos ellos no garantizados por la plataforma, que cobra una comisión por cada compraventa.

Y, ¿quiénes están interesados en comprar los derechos de voto? El fundador de la plataforma, Preston Yadegar, explicaba recientemente a Bloomberg que entre los posibles compradores estaban los fondos activistas, entre los que emergen grandes figuras como Elliott, Third Point, Value Act, Harris Associates y Effissimo, que en cada una de sus inversiones buscan impulsar cambios en la estrategia de algunas empresas, o la propia dirección de la compañía. Pero también la misma cotizada, que en ocasiones liga bonus de su cúpula a alcanzar un determinado cuórum en la junta.

En ciertos valores, además de la compraventa de valores, la plataforma cuenta con un sistema de subastas que permiten al mejor postor quedarse con la totalidad de las acciones que se incluyen en cada proceso. Shareholder Vote Exchange especifica además que cualquier inversor de una cotiza estadounidense puede vender sus derechos de voto, pero solo pueden mostrar su intención de adquirirlos accionistas ya existentes de la empresa y están vetados los bajistas.

Entre las cotizadas que no están presentes en la plataforma está Berkshire Hathaway, cuya junta ha sido, y es, un lugar de peregrinación para la legión de inversores que acuden cada año a Omaha (Nebraska) para escuchar, cual líder espiritual, los consejos de inversión de Warren Buffett animados por un merchandising más propio de un concierto de estrella de rock que de un encuentro con el nonagenario inversor.

En España más de un tercio de los accionistas minoritarios no acudían a las juntas de accionistas ni delegaban su voto, según un estudio de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) publicado en 2020. Según la actual norma, puede acudir a ella cualquier accionista que tenga los títulos inscritos en su nombre con una antelación de al menos cinco días, según recuerda el supervisor, si bien en algunas cotizadas es preciso contar con un número mínimo de acciones para poder asistir. Una acreditación que otorga la denominada tarjeta de asistencia y que permite, si así se desea, votar a distancia o delegar su voto.

Históricamente, las cotizadas españolas animaban a sus accionistas con regalos como libros, relojes, bombones, guías de viaje, mochilas, gorras… un surtido de presentes que la crisis financiera barrió casi en su totalidad y que en la actualidad solo compañías como Iberdrola, que en 2023 regaló a los accionistas que se desplazaron hasta su junta una bolsa nevera de plástico reciclado. Más allá, un puñado de cotizadas españolas mantiene vigente la prima de asistencia, con el que se busca elevar la participación en sus asambleas a cambio de una paguilla. Iberdrola, Viscofan, Vidrala, Iberpapel y Ercros retribuyen la presencia de sus socios en sus juntas con entre 0,04 euros por acción en el caso de Vidrala y los 0,005 euros que paga por título la energética dirigida por Ignacio Sánchez Galán.

La operativa del préstamo de derechos de voto es similar a la del préstamo de acciones, presente en España, que facilita a los inversores a largo plazo obtener una rentabilidad extra a corto plazo por venderlas a terceros. Eso sí, se realiza dentro del propio bróker. Entre las firmas que permiten esta actividad está Self Bank, que ofrece hasta un 5% TAE e incluso la eliminación de la comisión de custodia para paquetes de más de 5.000 euros. También lo permite Bankinter, si bien apunta que la cuantía del abono dependerá “del tipo de interés al que coticen los valores tomados en préstamo y se devengará siempre a mes vencido”.

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