El Ibex se desmarca de las subidas por el castigo a los bancos
El selectivo español cede un 0,6% en el inicio de la campaña de resultados
Los analistas no esperaban grandes cambios en la primera reunión de 2024 pero los inversores conservaban las esperanzas de que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, aportara más detalles para que las Bolsas lograran sacudirse las dudas que llevan imperando desde el inicio de año. El inicio de la campaña de resultados tampoco sirvió en el mercado español para retomar la senda alcista. El Ibex 35, que en niveles intradía llegó a caer más de un 1% y perder la barrera de los 9.900 puntos, concluyó la jornada con un recorte del 0,58%. Esta moderación que se explica en gran medida por la fortaleza mostrada por la economía de EE UU y los nuevos máximos que marcaba el S&P 500 al cierre de los mercados europeos.
El pobre comportamiento de la Bolsa española se debe a las caídas de la banca. Aunque Bankinter cerró 2023 con un beneficio récord, el aumento de los costes y unas cifras por debajo de las expectativas se han traducido en una caída en Bolsa del 6%, la mayor caída desde marzo. El castigo se extendió al resto de entidades. Sabadell cedió un 3,11%; Santander, un 2,64%; CaixaBank, un 2,46%; Unicaja, un 2,16% y BBVA, un 1,65%. Junto al sector financiero la idea de que los tipos permanecerán altos durante más tiempo volvió a pasar factura a las empresas más endeudadas como son las socimis o las renovables. Colonial bajó un 1,63% y Solaria, un 1,6%.
Aunque el rojo fue el color imperante en el mercado español un puñado de firmas escaparon a las ventas. IAG sumó un 1,5%; Cellnex, un 1,3% y Amadeus, 1,08%.
El Mib italiano, un índice muy bancarizado, se sumó a las caídas de la Bolsa española y bajó un 0,6%. La idea de que los tipos han tocado techo y que su próximos destino serán la bajadas son vistas como un freno a los resultados de las entidades. Más optimismo se respiró en el resto de Bolsas. El Dax alemán avanzó un 0,1%; el Cac francés, un 0,11%; el FTSE británico concluyó en tablas y el Euro Stoxx repuntó un 0,4%. Al otro lado del Atlántico el S&P 500 ponía rumbo a nuevos máximos después de conocerse que la economía de EE UU mantuvo la fortaleza en el cuarto trimestre y avanzó un 0,8%. “Una recesión todavía no está descartada y la Reserva Federal sigue teniendo a la economía en vilo. Pero a medida que pasan los días y mejoran los datos, parece que la Fed está logrando un aterrizaje suave con un daño mínimo para la economía. Llegados a este punto, puede tener sentido aumentar las posiciones cíclicas sensibles a los tipos y mantenerse ágil en caso de que los datos de empleo empeoren. El sector inmobiliario y manufacturero podría ser la historia de los próximos meses, aunque la composición de este rally no lo ha reflejado”, señala Callie Cox, analista de inversiones en EE UU de eToro.
La falta de concreción por parte del BCE tampoco ayudó para despejar las dudas los analistas. Si por algo se caracterizan las valoraciones de las firmas de análisis es por la falta de unanimidad. Mientras la mayoría sigue viendo junio como un mes clave para el recorte de las tasas, los más optimistas apuntan a abril. En BlackRock señalan que con un mercado laboral tenso y una productividad moderada, las presiones salariales podrían seguir siendo elevadas, lo que provocaría un nuevo repunte de la inflación en la zona euro una vez que los precios de la energía y los bienes hayan terminado de ajustarse. “Es probable que el BCE tenga que esperar al menos hasta las negociaciones salariales de primavera para confiar en que la inflación vuelva de forma duradera al 2%. Por eso creemos que el BCE no se apresurará a recortar los tipos”, remarcan. Peter Goves, responsable de análisis de deuda soberana de mercados desarrollados de MFS Investment Management, considera que la reunión de enero no aporta demasiados elementos para cambiar la opinión de que se avecinan recortes de los tipos de interés.
Más optimista se muestra Nadia Gharbi, economista para Europa en Pictet WM, que cree que ha aumentado la probabilidad de recorte de tipos antes del verano. “El catalizador final puede darse con el informe de precios de consumo armonizado (IPCA) que se publica el 1 de febrero. Una nueva sorpresa a la baja para la inflación subyacente daría lugar a revisiones significativas de las proyecciones del BCE y aumentaría más la probabilidad de un recorte de tipos en abril o junio”, remarca.
El impacto de la reunión del BCE en el mercado de deuda fue limitado. Aunque Lagarde reconoció que a partir de marzo empezaría a debatir la rebaja de tipos, junio sigue siendo la fecha con más adeptos para el primer recorte. La rentabilidad del bono español apenas bajó seis puntos básicos, hasta el 3,2%, mientras el alemán se situó en el 2,29%.
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