Petroleras, sector volátil a merced del crudo y la amenaza de recesión
El índice sectorial europeo de la energía alcanza máximos del año 2014. La guerra en Israel y Gaza deja alzas semanales de más del 10%
El precio del petróleo se ha visto catapultado esta semana de forma violenta e inesperada. Se ha encarecido al filo de los 90 dólares el barril brent y se anota una subida semanal de casi el 6%, la mayor desde el pasado mes de abril. El ataque sorpresa de Hamás sobra Israel y el estallido de la guerra en la zona ha puesto en alerta al conjunto de países árabes, grandes productores de crudo. El conflicto, que ...
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El precio del petróleo se ha visto catapultado esta semana de forma violenta e inesperada. Se ha encarecido al filo de los 90 dólares el barril brent y se anota una subida semanal de casi el 6%, la mayor desde el pasado mes de abril. El ataque sorpresa de Hamás sobra Israel y el estallido de la guerra en la zona ha puesto en alerta al conjunto de países árabes, grandes productores de crudo. El conflicto, que amenaza con desequilibrar de forma radical y dramática Oriente Próximo, apunta directamente a provocar una menor exportación de petróleo por parte de Irán –con la posibilidad de nuevas sanciones de EE UU dada la conexión iraní con Hamás– y a prolongar durante 2024 el recorte de producción decidido por Arabia Saudí.
Junto a las compañías de defensa, las grandes beneficiadas en Bolsa de la escalada de tensión geopolítica son las compañías petroleras. Su cotización ya había remontado en septiembre en paralelo al alza del petróleo, después de que Rusia y Arabia Saudí anunciaran la extensión hasta final de año de su reducción en la extracción de crudo. El rally en Bolsa se frenó al inicio de este mes, después de que la cumbre de la OPEP no diera señales de la prolongación de esos recortes en 2024, pero se ha vuelto a disparar con la guerra en Israel y Gaza.
En esta semana, el sector petrolero y de energía se anota, con diferencia, la mayor alza de la Bolsa europea, superior al 6%. El índice europeo que engloba el sector ha superado de hecho los máximos de principios de año y marca niveles récord desde 2014. En solo una semana, la polaca Orlen, especializada en el procesamiento de crudo y en la producción de productos petroquímicos, se ha disparado casi el 14%. Equinor y Aker avanzan más del 11% y el 9% y Harbour y BP se revalorizan más del 8%. Repsol también se anota un alza en la semana del 4,1% y consolida el favor de los analistas, con un 70% de consejos de compra y un potencial alcista de más del 20%.
El encarecimiento del petróleo promete seguir engordando los beneficios de estas compañías, tradicionalmente generosas con el accionista. Así, la rentabilidad por dividendo de estas empresas rondan el 5% de Repsol, el 4% de BP o el 6% de la francesa Total Energies. Aun así, el sector afronta en los próximos días el examen ante el mercado con la publicación de sus cuentas trimestrales, que van a acusar el efecto del descenso del precio del petróleo en comparación con los niveles de un año atrás. Y continuarán acusando en sus cotizaciones la volatilidad que estos días sufre el precio del petróleo. “A corto plazo, el precio del petróleo puede seguir siendo elevado mientras los mercados evalúan el impacto en las cadenas de suministro de materias primas. Las presiones sobre los precios podrían repercutir en los precios del gasóleo y los fertilizantes”, señalan en la gestora T. Rowe Price
Según apuntan desde Bank of America, el consenso de mercado espera que el sector de la energía sea el que registre el mayor descenso en el beneficio por acción en Europa y el que más contribuya a un recorte del 15% en tasa interanual a nivel general. Para el S&P, se espera un retroceso del 35% interanual en los resultados del sector energético por los menores precios del crudo en el período, aunque para el conjunto de compañías del índice se prevea en esta campaña un incremento del 6,2% en el tercer trimestre.
Las compañías petroleras también afrontan el impacto en la demanda que pueda traer la desaceleración económica y la amenaza de recesión que planea sobre la zona euro y EE UU después de más de un año de aumento imparable del precio del dinero. Para Bank of America, la contribución de la energía a las perspectivas de beneficios de las compañías europeas en 2024 “seguirá siendo escasa ante la posibilidad de un descenso del precio del petróleo debido a la ralentización del crecimiento mundial”.
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