Cellnex y las renovables concentran el castigo del mercado por el exceso de deuda
Sufren descensos en Bolsa de más del 15% en las cinco últimas semanas
Contar con unos balances saneados y una deuda reducida siempre ha sido un bien apreciado por los inversores, pero ahora que los tipos de interés rondan máximos de más de 20 años cobra un protagonismo especial. Como se viene observando en el último año y medio las cotizadas con una ratio de deuda sobre ebitda elevada encabezan el ranking de las firmas con peor desempeño. Desde que a finales de agosto las rentabil...
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Contar con unos balances saneados y una deuda reducida siempre ha sido un bien apreciado por los inversores, pero ahora que los tipos de interés rondan máximos de más de 20 años cobra un protagonismo especial. Como se viene observando en el último año y medio las cotizadas con una ratio de deuda sobre ebitda elevada encabezan el ranking de las firmas con peor desempeño. Desde que a finales de agosto las rentabilidades de la deuda acentuaran las subidas y las Bolsas pusieran rumbo a la corrección, las firmas más apalancadas han concentrado el castigo de los inversores.
Cellnex, que el martes firmó su peor sesión desde agosto de 2022 y sus acciones rondan mínimos de 12 meses, es el mejor ejemplo de esta tendencia. El crecimiento inorgánico puesto en marcha años atrás se ha traducido en una ratio de deuda sobre ebitda de 7,18 veces, de las más altas del selectivo. Aunque la compañía ha empezado a desprenderse de los negocios no estratégicos para reducir su deuda y recuperar el grado de inversión por parte de S&P, su apalancamiento (17.900 millones a cierre de junio) explica gran parte de la caída del 16,86% que experimenta en las últimas cinco semanas. Mientras algunas firmas de análisis como la agencia de valores Bestinver Securities consideran exagerada la corrección y creen que a los niveles actuales es una opción de compra atractiva, otros como Barclays se muestran más escépticos.
El departamento de análisis de la entidad británica rebaja su recomendación de sobreponderar a mantener y recorta el precio objetivo un 27%, hasta los 35 euros. No obstante, no todo está perdido. Conscientes del peligro que suponía el aumento del coste de financiación, la compañía ha llevado a cabo una gestión activa del pasivo. El grueso de la deuda está referenciada a tipo fijo y dispone de un vencimiento medio superior a los seis años.
Junto a Cellnex destaca el caso de Grifols. A cierre de junio, este indicador rondaba las 6,9 veces. Excluyendo los arrendamientos Grifols contaba con un pasivo de 9,421,5 millones. Conscientes del impacto que el Covid y el elevado endeudamiento tiene en la rentabilidad de la compañía, el laboratorio reorganizó su cúpula y anunció un ajuste de la plantilla. Aunque las medidas fueron aplaudidas por los inversores (en 20 sesiones llegó a subir un 23,4%), conforme ha ido subiendo la presión en el mercado de deuda, las caídas han tomado el relevo. Desde finales de agosto, Grifols cae un 8,22% y sus acciones se desfondan a mínimos de junio. A diferencia de episodios de volatilidad anteriores en los que Grifols hizo valer su perfil de cotizada defensiva y logró capear con más holgura las sacudidas, a día de hoy los inversores se muestran impasibles con el apalancamiento.
En la lista de cotizadas más penalizadas por el entorno de tipos y el aumento del coste de financiación se cuelan las firmas de energías renovables, compañías que para crecer se ven obligadas a seguir endeudándose y emitir capital. Con los tipos actuales aquellas empresas que quieran captar dinero para ampliar su negocio tienen que analizar mucho el mercado. Dentro de la Bolsa española, Solaria (cae un -0,98% desde finales de agosto), Iberdrola (-8,62%), Acciona Energía (-16,47%) son los mejores representantes de esta tendencia.
Al endeudamiento que estas empresas tienen que acometer para poner en marcha los proyectos se suma el hecho de que la rentabilidad por dividendo pierde brillo. En la era de los tipos cero los inversores más conservadores que querían lograr un extra de rentabilidad sin asumir mucho riesgo miraban con lupa los cupones que ofrecían estas compañías. Esta estrategia ha quedado eclipsada por el repunte de las rentabilidades de la deuda a corto plazo. Como quedó patente en la subasta de este martes, hoy en día es posible obtener más de un 3,8% en deuda a 12 y seis meses.
A las firmas de energías limpias se suman las utilities tradicionales como Enagás (-1,81%), Naturgy (-6,15%) y Redeia (-3,27%) que comparten la característica de elevada deuda y atractiva remuneración al accionista. Los menores recortes de las gasistas se explican por el tirón de los precios energéticos en las últimas semanas. El castigo que experimentan las renovables españolas se mantienen en línea con el comportamiento que registra el sector a escala mundial. El S&P Global Clean Energy, índice que integra a las 100 mayores empresas de energías renovables, cae más de un 20% en los dos últimos meses y pone rumbo a su peor año desde 2013.
Las socimis son un caso particular. Aunque se ven beneficiadas por la indexación de las rentas de sus inmuebles a la inflación, el elevado pasivo las penaliza. Con una ratio de deuda sobre ebitda a cierre de 2022 del 18,8 veces en el caso de Colonial y de 11,8 en el Merlin, ambas cotizadas retroceden un 8,65% y un 6,11% en las cinco últimas semanas. Los analistas de XTB señalan que a pesar de que mantienen una tasa de ocupación superior al 90%, la mayor parte de su deuda a tipo fijo y disponen de abundante liquidez para cubrir los vencimientos de sus próximos dos años, el mercado sigue percibiendo riesgo. Los tipos altos reducen el margen de beneficio en las nuevas operaciones y el temor a una desaceleración económica podría comprometer los ingresos.
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