La vitamina C de Orange

Aunque la teleco no es una de las favoritas del mercado, es una compañía con unos fundamentales sólidos y buena rentabilidad por dividendo

Estand de Orange en el Mobile World Congress 2023 en Barcelona.David Zorraquino (Europa Press)

Comprar acciones de una compañía de telecomunicación no está muy de moda entre la comunidad inversora. De hecho el sector de las telecos europeas se ha revalorizado en la última década, incluyendo dividendos, un 2,8%, frente al 8,24% del índice general, el Stoxx 600. Si uno mira solo los gráficos, se puede llevar a engaño y ese puede ser el caso de la teleco incombente, ...

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Comprar acciones de una compañía de telecomunicación no está muy de moda entre la comunidad inversora. De hecho el sector de las telecos europeas se ha revalorizado en la última década, incluyendo dividendos, un 2,8%, frente al 8,24% del índice general, el Stoxx 600. Si uno mira solo los gráficos, se puede llevar a engaño y ese puede ser el caso de la teleco incombente, Orange, donde a primera vista solo se ven dos grandes rectángulos de trading en los últimos diez años. Uno en el rango entre los 13 y los 15,5 euros para luego bajar un nuevo escalón a otro rectángulo de trading entre los nueve y los 12 euros, que es en el que estamos metidos ahora.

Cuando se miran los retornos incluyendo dividendos, este gráfico no cuenta que en los últimos diez años Orange ha subido un 9,11% anualizado frente al 8,24% del Stoxx 600, gracias a que la compañía reparte unos buenos dividendos todos los años.

En la búsqueda de valores distintos a los que forman parte de la burbuja tecnológica que está montada creo que este tipo de valor “gris”, que pasa de puntillas y que bate a los índices, cuadra muy bien amén de pasar unos filtros maravillosos de valoración sostenible con el cumplimiento de cotizar por debajo de PER 12 (el número de veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción), generar una rentabilidad de flujos libre de caja superior al 10% y ofrecer una rentabilidad por dividendo superior al 5%.

Y Orange todas estas métricas las cumple y con holgura. Mirando a cinco años vista creo que los retornos de mercado se situarán en niveles muy bajos y más vale tener valores sólidos en relación al dividendo y que además tengan potencial de sacar algo de valor oculto. Por ejemplo, la posible mejora de la eficiencia en costes, ventajas a largo plazo por efecto jubilaciones y no incorporaciones nuevas, potencial consolidación y sinergias en varios países, crecimiento de las operaciones en África, sólido balance que le permite afrontar nuevos retos y no tener que haber monetizado la red que sigue en su poder lo que es un activo único, y un pico de capex (inversiones de capital) que hace que el flujo libre de caja se consolide.

Todas ellas son razones suficientes para pensar que Orange puede saltar algún día al rectángulo superior. Es obvio que hay aspectos negativos, como el bajo crecimiento, la competencia en precios, algunos tropezones estratégicos como su entrada en la banca y la delicada situación de Francia, pero creo que es complicado que esto pueda ensombrecer los números actuales. Con una capitalización bursátil de 27.627 millones de euros, Orange genera un ebitda normalizado en la zona de 14.500 millones de euros (sin ajustar por leasings, y ajustado de 13.000 millones) y puede generar un flujo de caja libre de 3.200 millones que le permite pagar un dividendo sustancial de 0,7 euros por acción. Esto eleva su rentabilidad por dividendo al 6,7%. Salir de los rectángulos suele ser una tarea larga, pero con esta solidez de fundamentales al menos tiene sentido pensar que en el largo plazo el salto al piso de arriba se produzca.

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