Tres delanteros centros alemanes en el ocaso

Las caídas en Bolsa desde 2018 dejan a Basf, Bayer y Fresenius con un PER por debajo de nueve veces

La sede de Fresenius, en Bad Homburg, cerca de Frankfurt, Alemania.Ralph Orlowski (Reuters)

Hay veces que los mercados ponen a los valores en serias cuarentenas. Esto suele ser debido a periodos desérticos por los que las compañías transitan de forma irremediable por distintas causas. Bayer, Basf y Fresenius son un buen ejemplo de esta tendencia. En los últimos cinco años el comportamiento de estas cotizadas ha sido muy negativo con caídas del 47% para las dos químicas y un recorte del 63% para la empresa de sanidad. Estos descensos contrastan con la revalorización del 24,8% que registra el Dax, el índice del que forman parte.

Los tres delanteros fueron jugadores lustrosos, pero la digestión complicada de Monsanto y el cisne negro del glifosato para Bayer; la falta de visibilidad sobre el ciclo de márgenes en Basf; y la deuda y poco margen de los hospitales de Fresenius, han llevado a sus cotizaciones a precios donde es complicado que en términos relativos frente al Dax lo hagan peor. A los precios actuales las tres firmas tienen un común denominador: cotizan con un PER –número de veces que el beneficio después de impuestos de una compañía está contenido en el precio de una de sus acciones– por debajo de nueve veces tomando como referencia los beneficios esperados para 2024 por el consenso de mercado.

Belén Trincado Aznar

Cotizar con estos múltiplos tan bajos no garantiza nada, pero sí que es cierto que cada una de estas compañías está aplicando con seriedad las medidas necesarias para salir del desierto. A estos precios el mercado tarde o temprano decidirá en términos relativos si volver a alinear a estos tres jugadores mundiales.

Piensen qué sería el mundo sin la parte de agro de Bayer o qué sería de la economía si los complejos químicos de Basf cerrarán, o que valor intrínseco sigue teniendo Helios para Fresenius. Son todo reflexiones que un inversor se debe hacer para decidir sacarlos del banquillo o dejarlos calentándolo. El PER por sí solo no nos dice nada si no metemos elementos adicionales de valoración como el flujo de caja y la rentabilidad por dividendo. Los entrenadores a la vieja usanza suelen aplicar un método que no es mágico, pero ayuda: sacar del banquillo a jugadores con PER por debajo de 10 veces, que generen flujo de caja por encima del 8% y que paguen una rentabilidad por dividendo superior al 4%. No seré yo quien decida si estos tres alemanes jugarán o no, eso lo tiene que decidir el seleccionador alemán Hansi Flick. En cualquier caso, si hacen entrenamientos a puerta abierta iré a ver cómo van entrenando esto tres delanteros denostados por el mercado, con razón o sin ella, que en gran parte cumplen las métricas de los viejos seleccionadores alemanes.

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