El pesimismo de los gestores sube a máximos del año
La apuesta por las tecnológicas y la posición bajista en banca son las principales posiciones
Las turbulencias financieras, las señales de desaceleración y, en las últimas sesiones, la falta de entendimiento entre republicanos y demócratas para elevar el techo de deuda en EE UU y evitar que la primera economía del mundo se vea abocada a un impago están pasando factura al ánimo de los inversores. Esto, que en las Bolsas se está traduciendo en movimientos reducidos, está extendiendo el pesimismo en el mercado.
La encuesta de gestores de Bank of America pone de manifiesto que el ánimo de los inversores se deterioró a su nivel más bajo del año. El 65% de los participantes prevé ahora una economía más débil, frente al 63% de abril. El pesimismo escala en mayo a máximos anuales, un periodo en el que muchos optaron por el efectivo y las acciones tecnológicas, a medida que aumentan la preocupación por una inminente recesión y la contracción del crédito.
La confianza de los inversores ha caído 30 puntos básicos desde febrero, antes de la caída de Silicon Valley Bank o el rescate in extremis de Credit Suisse. No obstante, parece que no todo está perdido. La mayoría de los inversores (dos tercios) sigue confiando en la posibilidad de que se logre un aterrizaje suave de la economía y ve limitado el descenso de los beneficios. Los gestores encuestados esperan que los beneficios mundiales se contraigan solo un 0,8% en los próximos 12 meses.
La temporada de resultados del primer trimestre es un buen ejemplo de esta corriente. Las sorpresas positivas tanto en beneficio por acción como en ingresos de las cotizadas estadounidenses han mejorado los niveles de las campañas anteriores y se sitúan por encima de la media histórica. El consenso del mercado espera que esto permita limitar la caída del beneficio por acción al 1,67%, frente al descenso del 5,59% que se esperaba en las primeras semanas de la campaña.
La resistencia que están mostrando las compañías en sus resultados no parece ser suficiente. Durante el mes de mayo los gestores siguieron aumentando sus niveles de liquidez hasta el 5,6%. La encuesta, en la que participan 289 gestores, refleja cómo el sector inmobiliario sigue siendo la fuente más probable de un evento crediticio.
La moderación del tono por parte de los bancos centrales y la expectativa de que los tipos de interés en EE UU hayan tocado techo en la primera mitad del año vuelven a hacer brillar a las tecnológicas. La corrección histórica que experimentaron en 2022 y los temores de recesión ha provocado una rotación de las carteras desde las materias primas y los servicios públicos hacia los valores tecnológicos, elevando las asignaciones al nivel más alto desde diciembre de 2021. Es decir, antes de que los bancos centrales se embarcaran en la lucha contra la inflación. Si se computan los dos últimos meses, la entrada de dinero de las tecnológicas registra el mayor incremento desde la crisis financiera.
Después de la apuesta por las grandes tecnológicas, la estrategia más seguida por los gestores ha sido la apertura de posiciones bajistas sobre los bancos estadounidenses y el dólar, en un periodo que ha estado marcado por el rescate de First Republic a manos de JP Morgan.
Junto a las dudas que sigue generando la banca regional estadounidense, la política monetaria es otra de las grandes preocupaciones de los mercados. Después de que en la pasada reunión el Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC por sus siglas en inglés) dejara la puerta abierta a una pausa en la subida de tipos, el 61% de los encuestados considera que el banco central de EE UU ha finalizado el ciclo de subida de tipos. En los últimos 14 meses la Fed ha incrementado los tipos en 525 puntos básicos, el nivel más acelerado desde principios de 1980.
Menos unanimidad existe en lo referente al recorte de los tipos. El 43% de los participantes espera que la institución que preside Jerome Powell ejecute la primera rebaja de las tasas en el primer trimestre de 2024, frente un 24% que espera que llegue a finales de este año. El 14% restante lo retrasa a la segunda mitad del próximo ejercicio.
Aunque en las últimas sesiones el techo de deuda está introduciendo inestabilidad, el 71% de los gestores confía en que republicanos y demócratas alcancen un acuerdo antes del 1 de junio, ligeramente por debajo del 80% que lo esperaba en abril. Por mucho ruido que esto introduzca en los mercados, la contracción del crédito y la recesión mundial son los principales riesgos, seguidos de una inflación elevada que obligue a los bancos centrales a ser más restrictivos.
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