EL ICAM presenta la Guía de Buenas Prácticas para el Uso de la Inteligencia Artificial en la Abogacía
La IA no es una moda, sino una realidad que acompaña ya al cotidiano de los despachos en sus procesos internos
En una acto al que han acudido varias decenas de abogados y expertos en inteligencia artificial, el decano del Ilustre Colegio dela Abogacía de Madrid (ICAM) Eugenio Ribón ha presentado la Guía de Buenas Prácticas para el Uso de la Inteligencia Artificial en la Abogacía, una herramienta elaborada por la institución para facilitar a profesionales y despachos el uso de esta tecnología en la intención, dijo en su intervención, de que sirva “ para que la transformación digital no debilite el Derecho, sino que lo refuerce”.
“La abogacía no debe limitarse a adaptarse al cambio: debe liderarlo sin comprometer los principios esenciales de la abogacía: la confidencialidad, el juicio profesional y la defensa de los derechos fundamentales”, subrayó Eugenio Ribón antes de dar paso una meda redonda moderada por la diputada de la Junta de Gobierno Mabel Klimt -coordinadora a su vez de la Guía- en la que intervinieron Santiago Mediano, presidente de la Sección de Robótica, IA y Realidad Aumentada del ICAM; Sara Molina, copresidenta de la Sección de Innovación y Teresa Pereyra de la Sección TIC.
En sus intervenciones, los ponentes incidieron en que la IA no es una moda sino una realidad que acompaña ya al cotidiano de los despachos en sus procesos internos, y que supone, en palabras de Sara Molina, “la cuarta revolución industrial”. Para Santiago Mediano “es soft law que ya forma parte de la nueva realidad del derecho”. Por su parte, Teresa Pereyra advirtió de la necesidad de “hacer un uso responsable de la herramienta que” recalcó, “en ningún caso puede sustituir a la intervención personal del abogado”.
La publicación incide en la necesidad de realizar evaluaciones de riesgo, asegurar la trazabilidad de los procesos, garantizar la protección de datos y la confidencialidad, y documentar el uso de estas herramientas para poder justificarlo ante clientes o tribunales. Además, advierte de la importancia de preservar los derechos fundamentales y prevenir sesgos o discriminaciones algorítmicas mediante revisiones periódicas y diversidad en los equipos que supervisan o desarrollan las herramientas.
La publicación del ICAM propone a los despachos adoptar protocolos internos de control, definir qué soluciones tecnológicas pueden emplearse, con qué objetivos y bajo qué condiciones, y designar responsables de supervisión que garanticen la revisión humana de toda decisión relevante. También aconseja auditorías periódicas y procesos de actualización continua para evaluar la fiabilidad técnica y jurídica de los sistemas, en línea con las exigencias del Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (AI Act).