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En colaboración conLa Ley

Abogados ‘in house’ que vuelven al bufete

El techo salarial y un plan de carrera incierto incitan a los letrados a volver a los despachos

El camino profesional de los abogados suele seguir una ruta escrita: salir de la universidad y comenzar su carrera como júnior en un bufete; formarse a fuego lento entre expedientes, clientes y plazos para escalar hasta puestos sénior. Con el paso de los años, algunos optan por construir toda su trayectoria dentro de un despacho. Otros, por el contrario, deciden cambiar de aires y se incorporan a las grandes empresas como asesores legales internos –más conocidos como abogados in house– para continuar su vida laboral en la empresa. Sin embargo, está dinámica está variando. El mercado legal está observando cómo algunos abogados, tras pasar por esta experiencia, regresan a la abogacía de los negocios bajo el paraguas de una firma legal.

La mayoría de los letrados desarrollan una trayectoria híbrida que combina la abogacía tradicional y la corporativa. Según el I Estudio sobre la Abogacía de empresa publicado en abril por el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), el perfil medio de los abogados in house es el de un profesional de 47 años que lleva 11 como asesor interno en una compañía. Asimismo, siete de cada diez afirman que antes de incorporarse como in house en una entidad trabajaron previamente en un bufete.

Pero al sector de la asesoría interna le ha salido una piedra en el zapato. Los abogados in house están poniendo el foco en los despachos de abogados. La mayoría porque han descubierto que la abogacía corporativa no cumple con sus expectativas. Así lo afirma un grupo de cazatalentos del sector legal consultados por CincoDías. Se trata de un movimiento inusual, ya que lo más habitual es que los letrados vuelen desde una firma legal a una asesoría interna. “Sí, es una tendencia bastante evidente en los últimos años”, afirma Mila González, directora de Iuris­Talent en Madrid. Este cambio de aires se produce especialmente entre los perfiles sénior, “con un bagaje y una trayectoria que, en muchas ocasiones, es más clara y marcada en un bufete que en una empresa”, apunta Marta Sanz, headhunter especialista en la búsqueda de perfiles legales y fiscales de Wyser.

El destino de estos letrados es variado. Estos perfiles, según los expertos, pueden recalar tanto en un gran despacho como en una firma mediana o en una boutique especializada. Aunque, naturalmente, el abogado in house tratará de gestionar una posible vuelta a casa. Este fenómeno “suele darse en perfiles altamente aplicados a negocio, con un nivel de curiosidad y sentido comercial acusado, que pueden ver con buenos ojos cerrar su periplo profesional en una firma o despacho de su confianza”, señala Luis Díaz-Obregón, managing partner de Brain Hunters. En esencia, añade, el letrado buscará firmas “en las que ha dado sus primeros pasos profesionales o que conoce a la perfección”.

Las firmas van a la caza de los perfiles más competentes. Especialmente, “con una experiencia importante en alguna práctica jurídica o en algún sector determinado”, subraya Carlos Nieto, mánager de tax & legal de la consultora de recursos humanos en Wehunt. Eso sí, para que interese al candidato, la oferta debe ser jugosa y estar respaldada por un buen proyecto.

Techo salarial

Son varias las razones que explican el salto de empresa a bufete. Uno de ellos es la retribución que reciben los abogados in house. “El crecimiento salarial tiene un techo más claro”, indica Elisabet Rojano-Vendrell, representante española de la Asociación de Abogados Corporativos. La escala salarial que ofrecen los bufetes no tiene tope, en comparación con las empresas, y eso es lo que llama la atención de los abogados. “En un despacho, si traes negocio, el crecimiento es ilimitado, y la banda salarial es directamente proporcional al negocio que aportas”, asegura Carlos Nieto.

Como señala Eugenia Navarro, socia fundadora de LOIS y analista del sector legal, la retribución salarial en una empresa “puede ser mayor si no estás en posiciones top”. Trabajar para una firma de la abogacía de los negocios, explica la experta, abre la puerta a los mejores profesionales a convertirse en el core business (corazón del negocio) y subir peldaños en la escala jerárquica del bufete.

De hecho, los datos publicados en la XX edición del Análisis comparativo de las retribuciones en los despachos de abogados en España 2024, elaborado por Signium, grupo internacional de executive search, confirma que el salario subió un 4,15% de media en los directores; el de los asociados sénior, un 6,24%, y un 4,14% el de los júnior.

Carrera profesional

Otra de las cuestiones que seduce a los abogados para volver a ejercer en un bufete es la baja proyección profesional que ofrecen las asesorías internas. “En muchas compañías, especialmente fuera del sector financiero o de las grandes multinacionales, el departamento legal no siempre está concebido como un área estratégica de crecimiento interno”, sub­raya Marc Gericó, socio director global de Gericó Associates. Para el experto, este escenario “limita las oportunidades de promoción, visibilidad y liderazgo para los profesionales jurídicos”.

El plan de carrera es muy limitado y llegar a alcanzar un alto cargo se vuelve, en ocasiones, una misión imposible. “A nivel de movimientos, las empresas son mucho más estáticas que los despachos”, comenta Eugenia Navarro. “La carrera en una firma es de mayor evolución, el crecimiento está muy pautado, y eso no siempre es fácil para un abogado in house”, agrega la experta. ¿La razón? La escasa rotación en los órganos de gobierno. “Puestos como el de general counsel o el de los directores son posiciones muy consolidadas y que se ocupan durante muchos años, lo que hace muy difícil aspirar a este tipo de cargos”, asevera.

Además, en ocasiones, la salida de uno de los pesos pesados del departamento no implica que uno de sus predecesores vaya a ocupar su lugar. Se trata de una especie de techo de cristal. “En muchos casos la parte alta de la pirámide –general counsel, head of legal o secretario del consejo– está reservada a asesores de confianza del consejo o de la oficina del CEO”, dice Luis Díaz-Obregón. Estas situaciones, advierte, pueden generar frustración, “por lo lento y dilatado que puede ser acceder a esos puestos legales”.

Monotonía

La rutina de los departamentos legales también es una causa que impulsa la fuga de abogados in house. La razón es “el componente jurídico de su trabajo; considero que es el principal motivo por el que los abogados buscan volver a un despacho”, responde Marta Sanz. El día a día de los juristas de empresa a menudo no tiene el dinamismo que caracteriza a un despacho de abogados legal, lo que incita a los profesionales a plantearse su regreso. “En las asesorías internas se encuentran en ocasiones con más burocracia interna, mientras que en un despacho las operaciones son más variadas, de alta calidad jurídica, y el estudio de los asuntos es de mayor calado”, profundiza la headhunter.

La alta especialización que ofrecen los bufetes resulta muy atractiva para los abogados, sobre todo para aquellos que evitan encasillarse en un único ámbito legal. “Mientras que en la empresa uno tiende a especializarse en un área concreta del negocio, en el despacho se enfrentan a múltiples sectores, clientes y jurisdicciones, lo que mantiene un alto estímulo profesional”, observa Marc Gericó. Mila González, coincide: algunos entornos corporativos pueden resultar más estáticos, con un alcance de temas limitado al negocio específico de la empresa, lo que puede llevar a que el letrado “sienta que su crecimiento profesional se estanca, lo que le motiva a mirar nuevamente hacia los bufetes”.

Otro factor importante es que “la visibilidad de los abogados internos es menor”, opina Rojano-Vendrell. Los abogados in house “deben alinear siempre su criterio con los objetivos del negocio, lo que reduce independencia, y los profesionales echan de menos ese debate jurídico constante que se vive en un bufete”, argumenta. Por contra, indica Marc Gericó, los bufetes permiten “desarrollar una marca personal y posicionarse como experto de referencia en una materia concreta, algo que no siempre es posible desde un rol in house más discreto”.

Algunos de los últimos movimientos

Laura Ochoa Alonso. La firma internacional Clyde & Co anunció el pasado mes de mayo el regreso de Laura Ochoa Alonso, procedente del equipo legal de Axa XL para Iberia, como senior legal counsel en el área de litigación y seguros. La abogada ha vuelto a su casa diez años después para incorporarse como socia internacional de la compañía en su oficina de Madrid. Licenciada en Derecho y en Administración de Empresas por la Universidad Autónoma de Madrid, cuenta con más de diez años de experiencia en litigación nacional e internacional, especialmente en reclamaciones por responsabilidad civil y seguros de daños y construcción, daños personales y responsabilidad patronal.

María Juliana Muci. El despacho de abogados global Baker McKenzie anunció en enero la incorporación de María Juliana Muci como counsel del área de comercio internacional en su oficina de Madrid. La experta ha ocupado puestos de responsabilidad en multinacionales como FedEx y Spotify. Además, compagina sus labores del despacho con la de asesora legal en la empresa Mushi Lab. Durante su etapa en Spotify como global counsel, regulatory compliance & disputes, Muci gestionó litigios internacionales (excluyendo EE UU) y brindó asesoramiento clave en operaciones significativas, como la salida de la empresa del mercado ruso y el acuerdo de patrocinio con el FC Barcelona. En FedEx, colideró la asesoría jurídica para España y Portugal, abordando temas regulatorios y de cumplimiento normativo, así como litigios y reclamaciones.

Diego García Diego. Ontier hizo público el pasado mes de septiembre el fichaje de Diego García Diego como director del área de sports & entertainment. El abogado, antes de su aterrizaje en la firma, dirigía la asesoría legal del Real Club Deportivo de La Coruña. Especializado en el ámbito legal, estrategias de negocio y el desarrollo de las áreas de sostenibilidad en las organizaciones de las que ha formado parte, cuenta con amplio bagaje en el sector. La trayectoria de García en el mundo del deporte se inició en LaLiga, en el área audiovisual, como director de partidos. Posteriormente se incorporó como director de fundación, RSC y sostenibilidad en el Getafe CF, cargo que volvió a ocupar en el CF Fuenlabrada.

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