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Tribuna
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Diseños icónicos ‘made in Spain’

España con el sol, el turismo y el folclore, lo cierto es que ha sido (y es) la cuna de inventores y diseñadores ingeniosos que han transformado la vida cotidiana

futbolín

Aunque a menudo se dice que la apariencia no lo es todo, el diseño de un producto constituye un activo intangible que resulta clave para el éxito, el crecimiento y la consolidación de una empresa. El diseño es un activo estratégico para la competitividad y el desarrollo económico, motivo por el cual se protege legalmente como un derecho de propiedad industrial. Tras la reciente actualización de la legislación europea sobre diseño, rendimos homenaje a algunas de las creaciones españolas más emblemáticas, que han sabido unir estética, funcionalidad e innovación.

Es importante recordar que la protección del diseño cubre la apariencia visual y formal de un producto —su forma, líneas, colores o texturas—, esa esencia estética que lo convierte en único e irresistible y que le aporta un valor añadido frente a otros; mientras que los elementos funcionales o técnicos del producto se protegen a través de las patentes. Así, un mismo objeto puede beneficiarse de una doble protección legal.

Aunque internacionalmente se asocia a España con el sol, el turismo y el folclore, lo cierto es que ha sido (y es) la cuna de inventores y diseñadores ingeniosos que han transformado la vida cotidiana. A lo largo del último siglo, nuestro país ha dado lugar a creaciones que destacan por su originalidad, su impacto económico y cultural, tanto en el plano tecnológico, como en objetos de uso cotidiano o el mobiliario.

Por ello, en el marco del día internacional del Diseño, resaltaremos varios ejemplos, comenzando por uno de los más ilustradores que aparece en el siglo XIX, con el submarino del murciano Isaac Peral, uno de los primeros vehículos submarinos de propulsión totalmente eléctrica, que supuso un avance y una ventaja competitiva significativa para la Armada Española. También destaca el granadino Emilio Herrera Linares, con el diseñó de la escafandra estratonáutica (1935), uno de los antecesores del traje espacial cuyo desarrollo fue lamentablemente interrumpido por motivos coyunturales de la época.

Y si bien España cuenta con grandes referentes en el ámbito de la innovación, donde ha brillado con luz propia es en el diseño de objetos lúdicos y prácticos, vinculados al ocio, a la vida social y al disfrute cotidiano.

Pocos diseños españoles han llegado tan lejos como el Chupa Chups que Enric Bernat creó en la década de los 50. “Poner un palo a un caramelo” parecía una idea simple, pero transformó la forma de consumir dulces, elevando la experiencia y el disfrute. El impacto fue tal que, para los años 90, se habían vendido más de 20.000 millones de unidades en todo el mundo. Su impacto no es solo económico: fue el primer caramelo en llegar al espacio y su logotipo, diseñado por Salvador Dalí, se ha convertido en un icono del diseño expuesto en el MoMA de Nueva York. Actualmente, se comercializa en más de 150 países.

Otro ejemplo, (sin duda uno de mis favoritos) es el Futbolín. Rediseñado en la década de los 30 por Alejandro Finisterre, se diferenciaba del modelo internacional al incorporar jugadores con dos piernas, aportando mayor realismo y dinamismo al juego. Casi un siglo después, el futbolín sigue siendo un clásico de la vida social española, que ha transcendido generaciones y que mantiene a miles de adeptos en la Federación Española de Futbolín.

En la vertiente más práctica destaca la Fregona del ingeniero Manuel Jalón. Creada en la década de los 50, este producto transformó la limpieza doméstica y alivió el trabajo de las mujeres de la época. Aunque existían modelos similares en el extranjero, fue el diseño de Jalón el que se impuso en nuestro país, siendo comercializado en más de 30 países y vendiendo miles de unidades.

En el sector de la restauración, España ha dejado huella. André Ricard diseñó en los años 60 el Cenicero Copenhaguen, un objeto apilable, funcional y estético que elevó un producto común a categoría de icono que se sigue comercializando hoy. Años después, Jorge Pensi consolidó esta línea estético-funcional con su Silla Toledo, un clásico de las terrazas de nuestros bares, valorada por su diseño robusto y por su apilabilidad. Terminamos la sección de bares y gastronomía con la Aceitera Antigoteo de Rafael Marquina (1961) un diseño ingenioso para un producto muy nuestro que se ha convertido en un referente internacional.

Cerramos este repaso de diseños made in Spain con algunas piezas que han destacado por su estilo y belleza. Desde el provocador Sofá Labios, fruto de la colaboración entre Dalí y Edward James, hasta la icónica silla BKF Butterfly de Antonio Bonet o la eternamente imitada y reeditada Lámpara Cesta de Miguel Milá.

Todo un conjunto de productos que, además de su valor estético y funcional, subrayan el impacto del diseño en la economía y demuestran el talento de nuestros diseñadores para generar tendencias culturales y comerciales que perduran en el tiempo.

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