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En colaboración conLa Ley
Despachos de abogados
Tribuna
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¿Cómo serán los despachos y abogados del futuro?

La digitalización está en el corazón de la transformación de los bufetes, que deben fidelizar el mejor talento

Inteligencia artificial
Agencia Getty

Los despachos están en continua redefinición de cómo han de operar y qué valor es el que tienen que aportar a sus clientes para colmar sus expectativas, forzadas por los disruptivos avances tecnológicos, la globalización y la cada vez más compleja práctica empresarial.

¿Cómo afecta la tecnología y la globalización? La virtualización de las comunicaciones ha tenido un impacto significativo en la forma en que se prestan los servicios profesionales. La posibilidad de realizar reuniones de forma remota ha ampliado las fronteras geográficas y permitido a los profesionales asesorar a clientes de cualquier punto del globo.

La digitalización está en el corazón de la transformación de los despachos; la adopción de tecnologías como la inteligencia artificial (IA) está cambiando la forma en que el abogado aborda los problemas y ofrece soluciones (herramientas como Harvey ya forman parte del día a día).

La tecnología, al mismo tiempo, está erigiendo a la ciberseguridad en una preocupación creciente para todas las empresas, lo que está requiriendo asesoramiento en gestión de riesgos y respuesta a incidentes para proteger tanto sus propios activos como los de sus clientes. La globalización ha llevado a una mayor colaboración e integración internacional de los despachos, ya que las empresas necesitan socios que entiendan las complejidades de operar a través de fronteras culturales y regulatorias.

Esta evolución imparable, que corre pareja de una más profusa y compleja regulación, abre nuevos campos de asesoramiento que genera nuevas oportunidades. La sostenibilidad, la responsabilidad corporativa y la gobernanza son temas que han ganado atención y continuarán haciéndolo, ya que se vislumbran como importantísimos vectores de crecimiento de las empresas.

Las empresas buscan asesoramiento no solo para cumplir con las regulaciones sino también para mejorar su reputación y fortalecer la resiliencia.

¿En qué deberán formarse los abogados del futuro? El enfoque tradicional de centrarse únicamente en las habilidades técnicas de los profesionales que conforman los Despachos ya no es suficiente. Además de una necesaria alta formación tecnológica, reconocer y atender a los aspectos humanos y fomentar el desarrollo de los soft skills se tornará cada vez más fundamental.

Soy un firme convencido de que si bien, con una inteligencia autoconsciente, las máquinas ofrecerán soluciones técnicas mucho más certeras, sin embargo, no podrán suplir aspectos claves en el asesoramiento que van más allá de una mera solución académica, como son la cercanía y la confianza, por lo que trabajar la empatía, la inteligencia emocional y la comunicación efectiva será clave para todo profesional.

Los despachos tendrán que poner especial foco en velar que la capacitación de sus profesionales esté imbuida de altas dosis de humanidad, inteligencia emocional, compromiso y empatía, pues están destinados a ser los verdaderos consiglieres de los clientes que asesoran.

¿Cuál seguirá siendo el elemento diferenciador de los despachos? Además de adaptarse a los cambios tecnológicos que afectan a su sector, los despachos se enfrentan al reto de atraer y mantener el mejor talento dentro de sus organizaciones. La competencia por los profesionales más cualificados y con las habilidades más demandadas es cada vez mayor, y las firmas tienen que ofrecer condiciones atractivas y oportunidades de desarrollo para retenerlos.

Los despachos tienen que ser capaces de ofrecer a sus profesionales un entorno de trabajo estimulante y flexible, donde puedan desarrollar sus capacidades, aprender de otros expertos, participar en proyectos innovadores y tener un impacto positivo en la sociedad, al tiempo que fomentar una cultura de colaboración, transparencia y feedback, donde los profesionales se sientan valorados, reconocidos, apoyados y con una clara, objetiva y alcanzable carrera profesional definida.

La gestión del talento será clave para el éxito de los despachos, ya que de ella depende la calidad y la diferenciación de los servicios que prestan a sus clientes.


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