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En colaboración conLa Ley

Enlaces ocultos, la nueva treta de los falsificadores

También conocidos como ‘hidden links’, están en el punto de mira de las marcas y la policía por utilizar los grupos privados para colocar productos falsos

Hidden links Ocultos falsificaciones Gráfico
Belén Trincado Aznar

Los métodos para adquirir falsificaciones a través de internet cada vez son más sofisticados. De un tiempo a esta parte, está extendiéndose un fenómeno que preocupa a marcas y compañías de autenticidad: el de los hidden links. Se trata de enlaces ocultos que los vendedores de productos ilegales utilizan para ponerlos en el mercado a través de redes sociales o aplicaciones de mensajería como Facebook o Telegram. Estas páginas contienen un enlace web directo a un producto aleatorio de plataformas de comercio electrónico o marketplaces como AliExpress, DHGate, Taobao o Amazon.

El modus operandi es el siguiente: en los grupos privados de las redes sociales o plataformas de mensajería, que suelen requerir de contraseña para acceder, los delincuentes muestran imágenes de los productos falsos, junto con el precio y un link. Cuando los compradores hacen clic en el enlace, este los conduce al marketplace, donde aparece un producto diferente, sin referencias a la marca perjudicada en la descripción, para que procedan a la compra. Así, tratan de burlar la detección de las falsificaciones por las plataformas de comercio electrónico y la persecución legal por parte de los propietarios de los derechos de propiedad intelectual e industrial. Por ejemplo, en un grupo de Telegram muestran un bolso falso de Louis Vuitton, pero en AliExpress aparece la imagen de un traje de caballero, sin referencias a la maison francesa. Lo mismo sucede con una pulsera falsa de Cartier.

“Los vendedores que utilizan este método son inteligentes en cuanto a su enfoque, ya que el proceso enreda una red de enlaces y páginas asociadas”, explica Ilaria Gironi, directora regional de OpSec Security, una de las grandes empresas globales de autenticidad e integridad de marca. Recientemente, han trabajado en la persecución de enlaces ocultos para la firma de lujo Valentino. “Detectar estos canales en grupos protegidos con contraseña de Telegram, Yupoo o Facebook puede ser un desafío”, debido a que “los vendedores también crean enlaces que caducan después de un corto periodo de tiempo, aunque luego generan nuevos enlaces a AliExpress, lo que significa que los mismos productos se publican constantemente”.

El fenómeno de los hidden links también preocupa a la Policía Nacional. Son “bastante difíciles de detectar”, coincide José Luis Gómez, inspector jefe de la sección de delitos contra la propiedad intelectual e industrial, “salvo que realices un ciberpatrullaje por la red y foros especializados”.

Según los datos preliminares de un informe que OpSec Security avanza a CincoDías, “los grupos de redes sociales en cuestión suelen atraer a unos 50.000 usuarios”. Es más, en TikTok o YouTube hay influencers, procedentes del marketing de afiliación, que promueven los enlaces ocultos entre sus seguidores. “Hay grupos organizados que hacen esto como trabajo”, advierte la directora regional de la compañía

No obstante, como explica Gironi, la inteligencia artificial y la tecnología existente posibilitan el monitoreo constante de las redes sociales y los motores de búsqueda para rastrear “palabras clave asociadas a enlaces ocultos”. Esto permite detectar “una gran cantidad de casos a diario”. De hecho, “podemos saber quién está detrás. Lo difícil es eliminar la información de los grupos privados de Telegram”.

Y es que, como apunta Raquel Herrero, teniente de la Guardia Civil del grupo de delitos económicos de la Unidad Técnica de Policía Judicial, “Telegram ofrece a los usuarios la privacidad y seguridad a través de su cifrado de extremo a extremo y chats secretos”. “El anonimato y la seguridad permiten que se emplee de forma ilegal por personas o grupos con finalidades delictivas”. Aunque al cierre de este reportaje la plataforma de mensajería no había respondido a este periódico, la teniente aclara que “si existe una investigación que involucre alguno de esos chats, o en casos de terrorismo, la aplicación colabora con las autoridades”. Cualquier contenido sospechoso de ilegalidad también puede ser denunciado por los usuarios al soporte de Telegram.

Normalmente, las fuerzas de seguridad requieren tanto la retirada del contenido como la identidad de los usuarios y administradores de las páginas. En muchas ocasiones, solo es posible con una orden judicial internacional. En el caso de grupos cerrados, acuden, si es necesario, “a la figura del agente encubierto informático”, indica Gómez. Se trata de un policía que actúa mediante una identidad supuesta en las comunicaciones mantenidas en redes sociales o plataformas de mensajería para esclarecer los delitos.

“Es común que recibamos reportes de abogados o de entidades de representación, como Andema (la Asociación para la Defensa de la Marca), donde nos indican que han detectado algún sitio web fraudulento que se está lucrando de su marca. Una vez recibido el aviso, las unidades de investigación de la Guardia Civil llevan a cabo las gestiones necesarias para descubrir a la persona detrás de estos links y tratar de parar su actividad”, añade la teniente Herrero. De hecho, la Guardia Civil, como parte de las agencias policiales que integran Europol, participa en numerosas operaciones contra los productos ilegales, como la operación Fake Star, contra la falsificación de ropa deportiva; ; la In our sites, de falsificación y venta a través de redes sociales, o Aphrodite, de cosméticos. La Policía Nacional también ha peinado este verano las costas españolas a través de la operación Pilae, contra las falsificaciones de equipaciones deportivas vinculadas a la Eurocopa 2024 y a los Juegos Olímpicos de París.

Persecución

Aunque el fenómeno de los enlaces ocultos es “relativamente reciente”, constituye “una de las cosas que más preocupan a los responsables de propiedad industrial de las marcas”, subraya Gerard Guiu, director general de Andema. “Muchos de estos canales están gestionados por redes organizadas muy activas que publican docenas de anuncios nuevos de manera automatizada a diario. Detrás de todo esto hay una auténtica red de falsificaciones provenientes de China que usan a intermediarios locales, los cuales cobran en función del número de ventas que consiguen”.

Los responsables de estas maniobras se enfrentan a cuantiosas multas y a penas de hasta cuatro años de cárcel. Como explica Emilia Seijo, abogada de propiedad industrial del área de litigios de Pons IP, el Código Penal castiga a través del delito de piratería a quien “distribuya, comunique públicamente o de cualquier otro modo explote económicamente” productos en los que se reproduce una marca sin autorización de su titular. Además, pueden acumular más ilícitos. Por ejemplo, enumera Fernando Rodríguez, socio de Baylos, delitos fiscales por la evasión de impuestos “si los vendedores no declaran los ingresos obtenidos”, delitos por blanqueo de capitales “cuando las ganancias se utilizan para financiar otras actividades ilícitas” o los de participación en organización criminal.

En lo que respecta a los influencers, como creadores de contenidos “deben conocer las circunstancias y el origen de los productos que publicitan”, subraya Seijo. Por lo tanto, pueden ser cooperadores necesarios del ilícito cuando promocionan conscientemente estos hidden links. Adicionalmente, agrega Rodríguez, se les pueden exigir daños y perjuicios, además de enfrentarse a la pérdida de su “herramienta de trabajo”, perfiles y seguidores.

No obstante, el peso de la ley recae principalmente tanto en los fabricantes como en los vendedores de los productos falsificados, comenta Rodríguez. Los consumidores que compran falsificaciones a través de los enlaces ocultos no cometen delito, salvo que, conociendo su origen ilícito, por ejemplo, los revendan. Y, en lo que atañe a las plataformas de comercio electrónico, tampoco son responsables de los productos falsificados que en ellas se venden, excepto que, tras una denuncia, hagan oídos sordos y no los eliminen, puntualiza Seijo.

Echar el lazo a los delincuentes es una misión complicada tanto por la dificultad de localizarlos como por lo factible que para ellos es eliminar las pruebas y volver a la carga. “Fácilmente pueden volver a colocar el producto en la red mediante otros enlaces o en diferentes plataformas”, asegura la abogada de Pons IP. A esto se unen las dificultades de litigar en distintas jurisdicciones internacionales. Para que el fallo condenatorio no se quede en papel mojado, insisten los juristas, es muy importante la colaboración de las autoridades locales donde se llevan a cabo las falsificaciones.

No en vano, de acuerdo con la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo), solo en los sectores de la confección, cosmética y juguetes, España pierde al año de media 1.511 millones de euros (el 4,3% de sus ventas) y 15.000 puestos de trabajo. Pero no solo eso, ya que “las falsificaciones de estos productos inciden directamente en la seguridad y la salud de los consumidores”, remarca el director general de Andema. Y es que nos encontramos ante “un problema añadido del que los ciudadanos tienen que ser muy conscientes”.

La actuación de los 'marketplaces'

AliExpress. Uno de los marketplaces a los que es frecuente que se dirijan los vendedores de falsificaciones a través de enlaces ocultos es AliExpress, la plataforma de ventas online propiedad del Grupo Alibaba, que opera principalmente en Asia oriental, sobre todo en China, y con gran afluencia de usuarios en España. Desde la compañía aseguran a CincoDias que destinan “recursos sustanciales a la lucha contra los productos falsificados, incluidas las ventas ocultas”, apoyándose para ello “en la tecnología, la sensibilización del público y la colaboración” con su red de socios y “fuerzas y cuerpos de seguridad”. Unos esfuerzos que quienes se dedican a rastrear las falsificaciones que circulan por internet para las marcas consideran “insuficientes” dado el volumen de productos falsos que detectan en la plataforma. Desde la Policía Nacional señalan que, aunque la relación con AliExpress es buena, la normativa asiática “puede llegar a dificultar la retirada de contenidos”.

Amazon. Desde 2020, la unidad de delitos de falsificación de Amazon se ha puesto las pilas para perseguir a quienes intentan utilizar su plataforma para vender, a sabiendas, artículos de lujo falsificados. Solo en 2022, bloquearon más de 800 mil cuentas sospechosas antes de que pusieran mercancía a la venta, según datos del marketplace. El gigante del comercio online ha presentado varias demandas conjuntas con las marcas para eliminar la venta de falsificaciones, no sólo en la tienda de Amazon, sino en toda la cadena de suministro. Estas acciones, subrayan desde la compañía a CincoDias, también ponen en peligro la confianza de los clientes. En septiembre de 2023, Amazon presentó un par de demandas en el Tribunal Federal de Distrito Oeste de Washington (EE UU) contra un grupo de personas y corporaciones, algunas chinas, que usaron las redes sociales para facilitar a sus seguidores enlaces a su tienda que escondían productos falsificados de marcas de lujo como Prada, Chanel, Valentino o Dior. "Sabían exactamente lo que estaban haciendo cuando intentaron evadir los sistemas de protección de marcas de Amazon”, señaló el director de la unidad, Kebharu Smith.

 

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