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En colaboración conLa Ley

Torrente de llamadas a abogados por el impuesto a los ricos

Las grandes fortunas estudian con sus equipos legales si les conviene revisar sus planes de patrimonio

GETTY

Hace dos semanas, el Gobierno anunció su intención de que las grandes fortunas pasaran por caja con un nuevo impuesto para grandes patrimonios, bautizado como Impuesto de Solidaridad. Desde entonces los teléfonos de los abogados no han parado de sonar. Los asesores legales digieren un aluvión de dudas de clientes acaudalados, según confirman las fuentes jurídicas consultadas. La inquietud, comparten, se deja sentir especialmente en regiones como Madrid o Andalucía. ¿Les afectará el impuesto? ¿perderán bonificaciones? ¿sigue siendo España un destino atractivo para la inversión? Son algunas de las preguntas formuladas estos días.

"El anuncio ha suscitado, lógicamente, mucho interés y muchas dudas", confirma Luis Viñuales, socio de fiscal de Uría Menéndez. Uno de los asuntos que preocupan a las grandes fortunas es si la medida será compatible con el impuesto de patrimonio, ya que en España la doble imposición está prohibida.

Otra cuestión espinosa es si el nuevo régimen afectará a "las exenciones por empresas familiares"; o si "se mantendrá el límite conjunto de la suma del Impuesto de Patrimonio y del IRPF del 60% de la base de la tributación del IRPF", apunta el experto.

Desde 2011, las grandes riquezas de Madrid viven despreocupadas de impuestos que graven el patrimonio. Hace tan solo unos días, Andalucía tomó la decisión de seguir la estela madrileña y bonificar el tributo.

El anuncio del Gobierno cambia el panorama. Los millonarios de estas regiones temen ahora perder el tratamiento fiscal beneficioso. "Muchos clientes madrileños se están interesando nuevamente en verificar que su patrimonio empresarial cumplirá con los requisitos para acceder a los beneficios de la empresa familiar", confirma Guadalupe Díaz-Súnico, socia de Lener. La cuestión de la empresa familiar es una de las aristas legales que más preocupa a los ricos. Pero, por el momento, la escasa información compartida hace que muchas de sus preguntas aún no tengan respuesta. "Queda mucha letra grande y pequeña por definir en este sentido", señala.

A las inquietudes de los clientes nacionales se suma el nerviosismo fuera de nuestras fronteras. Aunque el impuesto es, por ahora, solo una idea anunciada, los clientes extranjeros ya se remueven en la silla y quieren saber si España sigue siendo un país amable con los grandes capitales, interrogantes que ya trasladan a los bufetes.

Las fuentes consultadas también palpan la inquietud entre los clientes no residentes con bienes en el país, como viviendas, fincas o participaciones en empresas. ¿Les afectará a ellos también el impuesto? Es una incógnita. En este sentido, Joaquín Cuesta, socio fiscalista de Cuatrecasas, confirma las dudas. "Llegan consultas acerca de qué elementos llevarían aparejada una hipotética atracción de tributación para personas no residentes, como inmuebles, inversiones, etc.".

Donaciones

Tantear fórmulas para minimizar el impacto del impuesto es otro asunto sobre la mesa de los bufetes. La ley abre algunas puertas, como la donación de la nuda propiedad manteniendo el usufructo vitalicio de un inmueble (se dona con la condición de que el donante pueda usar la vivienda hasta su muerte); o "la entrada de nuevas generaciones en empresas familiares", señala Javier Estella, socio director de Avantia, un estudio enfocado en asesorar clientes de gran capital.

La donación es "una estrategia posible para diversificar el patrimonio y no rebosar el corte de los tres millones", coincide Pedro Fernández, socio director de Kinship, otra boutique especializada en guiar a grandes patrimonios. Aunque, en su opinión, esta salida aún es percibida como una solución "radical" para un impuesto del que aún se conoce muy poco. "No hay que olvidar", añade José María Durán, socio del bufete DFW-RCD (donde también han recibido un aluvión de consultas por parte de altas rentas) "que las donaciones pueden suponer una tributación alta en los donantes".

Ante el nerviosismo generalizado, la recomendación es esperar. Durán recuerda que esto "solo es un anuncio, no hay una ley", ni si quiera "un Anteproyecto de Ley". En ello coincide Luis Viñuales, de Uría: "Hay que esperar a conocer más detalles para despejar dudas".

Impuesto de solidaridad

A quién afectará. Pasarán por caja los ricos con patrimonios netos superiores a tres millones de euros.

Qué se gravará. Para evitar la doble imposición, queda fuera del rango del impuesto lo tributado por las autonomías en concepto de Impuesto de Patrimonio

Qué tramos existen. Habrá tres franjas: para patrimonios entre tres y cinco millones de euros, se aplicará un tipo del 1,7%; entre 5 millones y 10 millones, un 2,1%; y para los que superen los 10 millones de euros de patrimonio, se prevé un tipo del 3,5%

Cuándo entrará en vigor. El Gobierno aplicará la medida en los ejercicios de 2023 y 2024, pero deja la puerta abierta que se convierta en un tributo permanente

Cuánto se recaudará. El impuesto afectará a 23.000 contribuyentes, el 0,1% del total. El impacto recaudatorio será de 1.500 millones de euros, según las estimaciones de Hacienda. Se espera un aumento en los ingresos de las arcas públicas de 3.144 millones de euros en 2023 y 2024.

 

Objetivo. Según apunta Hacienda, el objetivo de la medida es lograr "una mayor cohesión social" y "un reparto más justo de la crisis". En otras palabras, "que aporten más quienes más tienen".

 

Críticas. Entre los puntos flacos del impuesto, las fuentes jurídicas consultadas ponen en solfa el potencial confiscatorio del impuesto – esto es, que sea excesivo –, que invada competencias autonómicas – que sea difícil hacer diferenciar entre patrimonio y riqueza – o que sea un freno para la llegada de capitales extranjeros

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