Deloitte Legal lanza un nuevo servicio para las asesorías jurídicas de empresa
Los departamentos legales se enfrentan a múltiples frentes tanto normativos como tecnológicos El director jurídico de operaciones es una nueva figura emergente en las compañías
Los departamentos jurídicos de las empresas tienen por delante importantes retos tecnológicos. Entre otras cosas, se ven obligados a adaptarse a nuevas y diversas tecnologías, desde sistemas de seguimiento de los flujos de trabajo y los plazos, a herramientas de gestión del riesgo global. Por este motivo, uno de los objetivos del equipo de Legal Management Consulting de Deloitte es ayudarles a establecer una hoja de ruta que aproveche las herramientas tecnológicas innovadoras en el ámbito jurídico y contribuir a mejorar la calidad y la coherencia de los resultados de los departamentos jurídicos, así como a mejorar una gestión eficaz de su carga de trabajo.
Además, en muchas grandes empresas, está surgiendo una nueva figura: el director jurídico de operaciones. La actuación de este nuevo puesto directivo se centra en las necesidades operativas de un departamento jurídico y, a menudo, el director jurídico de operaciones tiene la responsabilidad de guiar su transformación.
En este sentido, el nuevo servicio que ofrece Deloitte Legal pretende ayudar a estos responsables y a sus equipos a prepararse y a afrontar las necesidades de negocio estratégicas a largo plazo mediante la transformación de los modelos operativos de sus servicios jurídicos, incorporando eficiencias y proporcionando un valor sostenible para sus empresas.
Según señala Luis Fernando Guerra, socio director de Deloitte Legal en España, "las compañías necesitan que sus equipos jurídicos sigan el ritmo de las necesidades comerciales de la empresa y asuman más responsabilidades con menos recursos. La crecientes complejidades y demandas internas de las empresas están generando una carga de trabajo insostenible para sus departamentos jurídicos".
A lo que añade que, "en estos momentos, en que las empresas se enfrentan a un escrutinio normativo y a unas cargas de trabajo cada vez mayores, además de a importantes avances tecnológicos que requieren de agilidad, los departamentos jurídicos están replanteando sus modelos operativos con el fin de obtener mayores eficiencias e incrementar el valor que ofrecen".