De armarse de paciencia a llevar un objeto de apego: consejos para viajar con niños en Navidad
El 70% de los menores consultados propone crear zonas específicas en los aviones para familias
Cuando llegan los periodos vacacionales, uno de los temas recurrentes es la cada vez mayor presencia en el mercado de hoteles o alojamientos solo para adultos. Por no hablar de aquellas personas a las que se les pasa por la cabeza que existieran aviones o vagones de tren a los que solo se pudiera acceder a partir de cierta edad. Pero, ¿qué piensan los niños de compartir espacio con sus mayores? Una encuesta encargada por Booking ha querido conocer su opinión y para ello ha preguntado a 5.000 niños en Europa, 1.000 de ellos españoles, de entre 6 y 11 años.
Uno de los resultados del estudio es que el 70% de los consultados en España propone crear zonas específicas en los aviones para familias y que así todos los viajeros estén a gusto. Es el porcentaje más alto de todos los países en los que se ha preguntado (Francia, Italia, Alemania y Reino Unido).
Se les ha preguntado a los niños también sobre qué es lo que más les gusta de viajar en avión. La mitad de los menores españoles aseguran que es estar en el cielo y poder ver las nubes de cerca, seguido de mirar por la ventana y experimentar la altura. Lo tercero que más les apasiona es observar las ciudades desde arriba, mientras que lo cuarto es el momento de despegar y despegar, ya que les recuerda a una montaña rusa.
Para que los viajes esta Navidad, así como en vacaciones posteriores, sean cómodos tanto para niños como para adultos, la psicóloga Patricia Rodríguez ofrece una serie de consejos que se han recogido en el informe de la plataforma digital de viajes. Para que la experiencia sea más placentera es importante la preparación previa. Darles detalles de lo que van a ver y vivir hará que crezca en ellos la expectación, y es beneficioso hacerles entender que puede haber momentos en los que les tocará hacer cola. A la hora de hacer las maletas conviene dedicar un tiempo a seleccionar sus juegos, pegatinas, libros o manualidades favoritas con las que se puedan entretener durante el trayecto. Y no olvidar un objeto de apego, que puede ser desde un trapo a sus galletas favoritas, para hacer más fácil que se sientan como en casa en un entorno que no les es familiar.
Una vez en la estación o el aeropuerto, los padres deberían tomar una actitud activa y optar por actividades que ayuden a los niños a focalizar su atención en experiencias agradables y placenteras, como puede ser hacer puzles o inventar juegos que los divierta. La psicóloga recomienda que los padres mantengan “una mentalidad positiva” y centren su atención en atenderlos desde la calma, mostrando comprensión por su conducta, dejando a un lado los nervios y las regañinas. “Te ayudará no centrarte en aquello que puedan pensar el resto de los pasajeros”, añade Rodríguez.
Para que el viaje sea más cómodo, es preferible optar por chándal o ropa deportiva y zapatos fáciles de quitar, ya que es probable que suban los pies al sillón. Como a los adultos, los cambios de presión quizá les genere sensaciones extrañas en los odios, para lo que se puede consultar con el pediatra sobre posibles soluciones dependiendo de la edad.
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