La hora de invertir en bonos a más plazo para aspirar a ganancias de hasta el 10%

Las bajadas de tipos de interés de 2024 revalorizarán las emisiones de renta fija con mayor duración

maybeiii (Getty Images)

Los grandes bancos centrales van a empezar a bajar sus tipos de intervención en 2024. Sí o sí. Ninguna firma de inversión duda de que el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) van a abaratar el precio del dinero el año que ahora comienza. El único debate es el cuándo y por cuánto. Las economías a ambos lados del Atlántico empiezan a mostrar señales de fatiga (especialmente en Europa) y no va a quedar más r...

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Los grandes bancos centrales van a empezar a bajar sus tipos de intervención en 2024. Sí o sí. Ninguna firma de inversión duda de que el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) van a abaratar el precio del dinero el año que ahora comienza. El único debate es el cuándo y por cuánto. Las economías a ambos lados del Atlántico empiezan a mostrar señales de fatiga (especialmente en Europa) y no va a quedar más remedio que promover unas política monetarias menos restrictivas. De hecho, una decena de bancos centrales de otras economías del mundo, principalmente emergentes, ya han iniciado este camino. La principal consecuencia para los inversores en bonos es que la deuda soberana se va a revalorizar con este movimiento. Cuanto más lejana sea la fecha de vencimiento, mayor será la subida.

Hacía muchos años que no había un consenso tan claro entre las diferentes casas de análisis sobre el activo estrella de cara al siguiente ejercicio: la renta fija. Para unas lo ideal es todavía mantener un poco la apuesta por bonos con duraciones cortas; otras defienden que se puede ya ir a plazos más largos; la mayoría apuesta por la deuda corporativa de alta calidad... pero todas ven un gran potencial en la renta fija, que permitirá en muchos casos recuperar los niveles perdidos en 2022.

Jim Leaviss, director de inversiones en renta fija pública de la gestora británica M&G Investments lo tiene claro: “creemos que 2024 podría ofrecer oportunidades para los inversores en deuda soberana y duración, ya que los tipos de interés parecen haber tocado techo y las valoraciones son atractivas”.

En Europa, muchos bonos soberanos están pagando ya cupones de cerca del 4% y en Estados Unidos se supera el 5%. Ese ingreso, llamado el carry en la jerga, está casi garantizado (salvo impago del emisor, algo improbable en deuda soberana de la máxima calidad). Pero es que, además, si los tipos bajan al menos 100 puntos básicos, como estiman las firmas de análisis, esos bonos pueden tener revalorizaciones de entre el 8% y el 10%, en función de la duración. El riesgo latente es que la inflación esté menos controlada de lo que se piensa y hubiera nuevas subidas de tipos, algo que hoy por hoy parece remoto.

Yoram Lustig, responsable de soluciones multiactivo de T. Rowe Price, recuerda que “los bancos centrales tienen una credibilidad que defender y no pueden correr el riesgo de declarar ganada la batalla contra la inflación y recortar los tipos de interés demasiado pronto”.

Las gestoras de fondos, especialmente las de los bancos, están haciendo su agosto con la venta de fondos de renta fija. En 2022 y 2023 se vendieron muchísimos fondos de renta fija a vencimiento, en los que la firma compra una cartera de bonos y espera a que lleguen a término. Benjamin Melman, director de inversiones de Edmond de Rothschild AM, explica que “en 2024 se va a seguir vendiendo muchísimo este tipo de producto, porque es el momento ideal, ya que las posibilidades de depreciación de la renta fija son muy bajas”.

Otros de los fondos que mejor han funcionado en 2023 son los monetarios. Los bancos los han convertido en la alternativa a unos depósitos por los que no querían pagar altas retribuciones. Pero el año que viene la situación cambiará.

Luis Artero, director de JP Banca Privada en España, destaca que hoy uno de los grandes dilemas que deben afrontar sus clientes es la disminución de su exposición a efectivo. “Durante este año han acumulado muchas posiciones en fondos monetarios y de renta fija a muy corto plazo, porque realmente pagaban unos retornos muy atractivos y era muy cómo dejar el dinero ahí, pero ahora deben ser conscientes de que hay un coste de oportunidad, porque habrá mejores retornos en otros activos”.

Más allá de la deuda soberana, las firmas de análisis debaten sobre la conveniencia de invertir también en emisiones de empresas. Desde Santander consideran que es un activo muy atractivo, pero recomiendan a sus clientes aumentar la exposición a emisiones de bonos de empresas de alta calidad crediticia. Juan de Dios Sánchez Roselly, director de inversiones de Santander Private Banking, recuerda que “si la economía se desacelera, sin recesión, y va habiendo una bajada de tipos de interés, la inversión en deuda empresarial de buena calidad ofrece un binomino de rentabilidad-riesgo muy atractiva”.

El otro activo de renta fija que va a entrar en muchas carteras es la deuda soberana de países emergentes. Varios bancos centrales de Latinoamérica y de Asia ya han comenzado a bajar tipos de interés. Además, las cuentas públicas de muchas de estas economías están saneadas, lo que las ha protegido del impacto del alza de tipos en EE UU. Matt Morgan, responsable de renta fija en Jupiter AM, considera que “será uno de los activos estrella este año” y coincide con él Claudia Calich, gestora del fondo de bonos emergentes de M&G, quien cree que el panorama será especialmente propicio “si se confirma el debilitamiento del dólar”. Eso sí, todos los expertos coinciden en apostar por las emisiones en dólares.

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