Los gestores recelan: “si hay intervencionismo, se deteriorará la rentabilidad de Telefónica”

Los inversores creen que las subidas de hoy son coyunturales y que la situación de la acción va a empeorar

Un gestor de fondos en su puesto de trabajo.Manuel Casamayon (CINCODIAS)

El anuncio de que el Estado va a tomar una participación del 10% en Telefónica, a través de la SEPI, no ha sentado bien a la mayoría de los gestores de fondos. A pesar de la subida de las acciones que se ha vivido hoy, a medio y largo plazo consideran que este movimiento no va beneficiar a la gestión de la compañía. Alfonso de Benito, director de inversiones de la firma Dunas Capital -que administra activos por valor de 2.800 millones de euros- resume así la operación: “es una mala noticia para los accionistas porque aumenta el riesgo de que en la gestión se primen intereses electoralistas que acaben deteriorando la rentabilidad”.

Respecto a la fuerte subida de la cotización durante la mañana, cuando ha llegado a incrementar su valor un 7,15%, los responsables de fondos de inversión entienden que se trata de un puro efecto front-runner. Así es como se denomina en la jerga cuando los brókers tratan de adelantarse al mercado y comprar acciones de una compañía en la que se va a producir una adquisición. Como la SEPI pasará entre dos y cuatro meses comprando en el mercado acciones de Telefónica, confían en que puedan venderle los títulos a un precio mayor al que han comprado.

Hernán Cortés es fundador y gestor del fondo Olea Netural, con 130 millones invertidos. A su juicio, que el Estado mantenga una participación en Telefónica “aumenta el riesgo de que la rentabilidad y la eficiencia de la compañía pasen a un segundo plano”. Tanto Cortés como otros gestores recuerdan que en otras compañías de telecomunicaciones europeas en las que hay una participación pública en el accionariado, las condiciones cuando ha habido despidos han sido más generosas que en otras empresas del gestor. Telefónica está negociando ahora un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectaría a cerca de 4.000 empleados. “Es inevitable pensar que las decisiones políticas pueden acabar pesando más que las puramente financieras”, subraya Alfonso de Gregorio, codirector de inversiones de Finaccess Value.

En cuanto a la justificación por parte del Gobierno de que se toma esta decisión por un sentido estratégico, desde el mercado también se cuestiona. Ignacio de Cantos, director de inversiones de Atl Capital -una firma que asesora patrimonio por más de 2.000 millones de euros- considera que con teniendo en su mano la posibilidad de utilizar el veto que le brinda el escudo anti-opas, para que los saudíes no aumenten más su participación, “sería un arma más que suficiente para preservar la teórica españolidad de Telefónica”.

Cambios en la gestión

Uno de los temas que sale a relucir en todas las conversaciones con gestores de fondos es el futuro del consejero delegado de Telefónica, José María Álvarez-Pallete. La inmensa mayoría cree que el Gobierno, una vez que acabe tomando el control del 10% de la compañía, acabará haciendo pinza con otros accionistas para quitarlo y buscar un ejecutivo más cercano. “Hay mucha incertidumbre sobre qué ocurrirá con el primer ejecutivo. Su último plan estratégico no ha despertado mucho entusiasmo en el mercado y el Ejecutivo puede tener la tentación de buscar su salida y poner a un directivo más cercano”, apunta Ignacio de Cantos.

También temen que un mayor intervencionismo estatal en la compañía, que relegue las decisiones financieras frente a otras consideraciones, puede acabar dañando la gobernanza de la compañía. “Puede que haya otros inversores institucionales que se replanteen su inversión en Telefónica si perciben que ha habido un deterioro en la composición de los órganos de gobierno”, argumenta Alfonso de Benito, de Dunas Capital.

Rafael Valera, consejero delegado de la firma Buy & Hold, que gestiona fondos por valor de más de 300 millones de euros, resume el sentir del sector: “aquí hay una operación que no tiene un sentido financiero, sino que tiene una finalidad de acaparación de poder”.

Frente a este escepticismo generalizado en los inversores de Bolsa, sí que hay una visión positiva por parte de los gestores de fondos de renta fija. “Evidentemente, que el Estado entre en el capital da mayor fuerza a la viabilidad futura de la una compañía y, por tanto, a que atienda sus compromisos con sus acreedores”, reflexiona David Ardura, director de inversiones de Finaccess Value y gestor de fondos de renta fija. Los bonos de la compañía se han revalorizado hoy levemente, pero llevan una subida en lo que va de año de entre 7% y el 8%, según la duración.

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