El ciclo económico europeo explica el 90% del ciclo español

Si la economía experimenta un crecimiento, el gobierno se atribuirá el mérito. Si hay una recesión, serán acusados de ello

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, durante una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, en el Palacio de La Moncloa, a 6 de junio de 2023, en Madrid (España). El Consejo de Ministros ha aprobado la adenda al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para remitirla posteriormente a Bruselas y poder así movilizar más de 90.000 millones de euros adicionales que le corresponden a España de los fondos europeos 'Next Generation EU'.El Gobierno lleva meses manteniendo reuniones con los gobiernos autonómicos, los grupos parlamentarios y los agentes sociales para la elaboración de esta adenda, con la que se movilizarán 7.700 millones de euros adicionales en transferencias y 84.000 millones de euros en préstamos, a los que se unirán los casi 2.600 millones de euros del nuevo mecanismo REpowerEU. 06 JUNIO 2023;BRUSELAS;PLAN DE RECUPERACIÓN;GOBIERNO;CONSEJO DE MINISTROS Eduardo Parra / Europa Press 06/06/2023Eduardo Parra (Europa Press)

Se acercan las elecciones y, como siempre, la economía se convierte en parte fundamental de las estrategias para ganar votos. Aquellos que buscan mantener el gobierno destacarán su buen desempeño económico buscando las cifras que así lo demuestren. Mientras, aquellos que desean reemplazarlos señalarán los defectos de su gestión, escarbando en busca de vetas de malos números.

Es un clásico señalar a quienes tienen la responsabilidad de gobernar, para bien o para mal, de todo cuánto sucede en su economía, en particular de los ciclos económicos. Si la economía experimenta un crecimiento, el gobierno se atribuirá el mérito. Si hay una recesión, deberán prepararse para ser acusados de ello. Esta dinámica siempre ha existido y siempre existirá.

Belén Trincado Aznar

Sin embargo, en general y en esto España no es una excepción, hay que señalar un detalle importante: nuestro ciclo económico depende en un 90% de las condiciones económicas en nuestros vecinos y un 10% de factores propios.

En otras palabras, nuestra economía, en el corto plazo, refleja en gran medida los movimientos que experimentan aquellas de nuestro entorno y por ello poco mérito o demérito podemos achacar a quienes son responsables de ella.

Para ilustrar esta afirmación, realicé un pequeño ejercicio que arrojó resultados interesantes. Utilizando una técnica estándar, extraje lo que podría llamarse el ciclo común europeo de un grupo de economías, incluyendo todas las de la UE y algunas más. A partir de las series de crecimiento interanual del PIB de cada economía desde el año 2000, se pudo identificar un componente común que gobierna el ciclo de cada una de ellas y el de todos en su conjunto salvo raras excepciones.

Para que lo entendamos, esta técnica es como extraer la carga genética compartida que hace que 30 personas sean quienes son, hombres y mujeres. Una vez que se ha identificado lo que tienen en común, el resto es idiosincrásico, es decir, lo que cada uno aporta de manera individual a esa base común y que los diferencia.

En la tabla adjunta a este texto se muestra el porcentaje del ciclo económico que, desde el año 2000 hasta el primer trimestre de 2023, se explica mediante este componente común.

Así, se puede observar que el ciclo económico español a lo largo de todo este tiempo se explica en casi un 90% por el ciclo europeo, mientras que el resto se debe a cuestiones propias del país. Recuerden esto cuando digan que tal o cual administración hizo mucho para lo que fuera. A corto plazo la relevancia de lo que se hace es relativamente pequeña.

Una vez extraído este factor común el ejercicio natural es calcular qué parte del ciclo español es “importado”. Esto lo hago en la figura adjunta. En esta se desglosa qué parte del ciclo se explica por el factor común y qué parte es propia desde 2015. Se puede apreciar que la mayor parte del ciclo es europeo, y solo en algunos trimestres una pequeña parte se explica por factores internos. Por lo tanto, la primera conclusión es que nuestro ciclo económico está estrechamente ligado al europeo. Si Europa va mal, nosotros iremos mal; si Europa va bien, nosotros iremos bien.

Dicho esto, al aprovechar el gráfico presentado en esta columna, se pueden observar otras cuestiones interesantes. Durante los peores trimestres de la pandemia, la economía española experimentó una caída más pronunciada de lo esperado según el ciclo europeo. Tanto en el segundo trimestre de 2020 como en los siguientes hasta finales de 2021 nuestro crecimiento fue inferior a lo esperado por el componente común europeo.

Ya se ha escrito mucho sobre esto, y en esta misma columna he dedicado texto a ello: políticas de contención del virus más duras y prolongadas, composición del PIB con especial relevancia de actividades de contacto social, eventos singulares como Filomena… Sin embargo, a partir de 2022 ocurre todo lo contrario.

En el último año y medio, nuestra economía ha crecido más de lo que le hubiese correspondido según el ciclo europeo. Gracias a este último año, la economía española ha logrado recuperar parte, aunque no todo, de lo perdido en los trimestres anteriores. Las razones detrás de este mejor desempeño también se han mencionado en esta columna, que van desde las políticas implementadas hasta nuestra posición favorable frente a un shock energético basado en el gas, pasando por la recuperación del sector turístico.

¿Significa esto que da igual lo que hagas, que lo mejor es dejarte llevar y abdicar de hacer política económica? Absolutamente no. Por ejemplo, la gestión de la pandemia y su recuperación nos indica que, en ocasiones, sobre todo en momentos convulsos, la política importa.

Pero a largo plazo la política que implemente es mucho más relevante. La política afecta, particularmente, a factores que trasladan principalmente su influencia en el medio y largo plazo. Así, la política económica afecta mucho más a dónde estaremos en 2030 que en 31 de diciembre de 2023, salvo situaciones extraordinarias como las vividas recientemente.

Por eso me concentro en explicarles a quienes detentan responsabilidad política que su labor es que, mientras deben tratar de contener o aprovechar las olas de los ciclos, deben diseñar cómo quieren que sea nuestra economía en el largo plazo. ¿El problema? El rédito político en el largo plazo no sirve, ni para bien, ni para mal, para ganar las elecciones y la inherente impaciencia de la política domina un debate de poco valor económico pero preciado en lo político. Habrá que convivir con ello.

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