BME lanza un servicio de abuso de mercado para criptos

SICAM, que ya se aplica en los mercados tradicionales, ha sido adaptado para vigilar la actividad sospechosa en la inversión en activos digitales ante la inminente entrada en vigor de MiCA

Interior de la Bolsa de Madrid.Altea Tejido (EFE)

Los mercados financieros están contando los días para la entrada en vigor de MiCA, la primera normativa europea que regula el ecosistema de los criptoactivos. La industria está haciendo los deberes para cumplir con los requisitos previstos y que serán aplicables a partir del próximo 30 de diciembre (aunque, en el caso español, las empresas tienen tiempo hasta diciembre de 2025 para adaptarse a la regulación). Entre las diferentes medidas previstas, la normativa también obliga a las entidades a adoptar y cumplir con una política de prevención y prohibición de abuso de mercado. En este sentido, BME y el Grupo Six han adaptado su servicio de vigilancia de abuso de mercado (SICAM) a la actividad con criptomonedas, destinado a proveedores de activos digitales y entidades financieras que negocien criptomonedas.

La entrada en vigor de la nueva normativa europea representa un antes y un después para la industria, que hasta ahora ha estado desregulada. Con ella, bancos y brókeres podrán ofrecer criptoactivos a sus clientes bajo el paraguas de un marco regulatorio conjunto en toda la Unión Europea. Por otro lado, los inversores estarán sujetos a las garantías que ofrece la normativa que contribuye a mejorar su confianza en el sector. No obstante, para cumplir con ella, las entidades también deben supervisar posibles malas prácticas y casos de abuso de mercado de forma similar a cómo ocurre actualmente en los mercados de renta variable. De hecho, la ley del mercado de valores obliga a todas aquellas entidades que tienen servicios de inversión a comunicar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) cualquier operación sospechosa.

Ahora, los mismos requisitos valen para el mundo cripto, donde en la mayoría de los casos no se aplicaba ningún tipo de vigilancia por falta de un marco regulatorio que los obligara y de proveedores de estos servicios, según explican fuentes de mercado. Berta Ares, es directora de BME Financial information SIX, resume que MiCA requiere a las entidades que establezcan las actividades a vigilar en los procesos de negociación de sus clientes y que adopten un sistema que monitorice y vigile la actividad inversora. “El servicio SICAM se basa en big data, y cruza los datos de quiénes son los clientes, con listados de usuarios con alarmas y notificaciones, y toda la información de mercado para saber cuándo se ha producido cierta actividad, las cantidades negociadas, las ordenes y demás”, detalla. De forma continua, en cada plataforma este sistema vigila la negociación y cuando detecta alguna sospecha de malas prácticas que no coincide con los criterios establecidos por las entidades, se activa una alarma.

Cuando esto ocurra, las entidades analizan el caso y la información recopilada. “La herramienta en si ofrece mucha información. Antes el usuario tenía que leerla toda, analizarla, sacar una serie de conclusiones y crear un reporte regulatorio. Pero ahora, hemos incluido la inteligencia artificial generativa con la cual podemos automatizar el proceso, aunque siempre con prudencia, para que haga el análisis y el reporting si las entidades lo desean”, explica. Si se confirmara un caso de abuso de mercado, las empresas deberán finalmente reportarlo al regulador.

Los casos regulados son variados: negociación con información privilegiada, casos de front running, es decir cuando alguien compra (o vende) ciertos días antes de que la mesa de operaciones propietaria de una empresa compre (o venda), operaciones de personas iniciadas o insiders, es decir, clientes que han sido identificados como miembros del consejo o principales accionistas y que aún así están operando con esa acción, entre otros.

Pese a las ventajas y a la automatización de este proceso a través de la IA, desde BME explican que en los casos más complejos, las mismas entidades tienen que intervenir, especialmente los departamentos de cumplimiento normativo, encargados de estos asuntos. “Automatizamos casi el 80% de lo que tiene que hacer el usuario, con lo cual para los casos repetitivos tiene muchísimo sentido. E incluso en los más complejos, la IA siempre ofrece información relevante”, destaca Ares.

El servicio SICAM para criptos es internacional y ya está activo en Suiza, un país muy avanzado en el ecosistema de los activos digitales y muy favorables a la industria. No obstante, desde BME aseguran que también tienen clientes en Luxemburgo, y “mucho mercado en España”. “Este año muchas entidades van a entrar a negociar en cripto porque hay una regulación clara al respecto”. Los principales competidores de BME en ofertar este servicio son principalmente empresas tecnológicas, ya que requiere la implementación de una tecnología muy avanzada para gestionar la ingente cantidad de datos. Fuentes de la empresa confirman que están en contacto con entidades tradicionales que van a entrar en el mercado cripto, así como con empresas de la industria de activos digitales.

No obstante, España es un país de pequeñas y medianas empresas. Y, en el mundo de los criptoactivos, donde dominan las startups y las firmas más pequeñas, fuentes del mercado señalan que no todas las compañías podrán sobrevivir a los costes y a la complejidad burocrática que requiere MiCA. En el caso de la vigilancia de abuso de mercados, de hecho, incluso hay empresas pequeñas que lo siguen haciendo de forma manual, con todas las dificultades que conlleva. “No tiene ningún sentido que cada entidad se monte su propio kit de servicios para cumplimiento, porque son muy complicados tecnológicamente y que manejan mucha información”, advierte. Por ello, desde BME incluyen diferentes tipos de paquetes adaptados al tamaño y a las exigencias de cada empresa que lo requiera.



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