La carrera de las empresas para acumular bitcoin: ¿Estrategia financiera o especulación?
El potencial alcista de la criptomoneda tras la victoria de Donald Trump, la necesidad de protegerse de la inflación y la diversificación han empujado a las firmas a ampliar sus reservas en activos digitales
Un bombero sujeta una manguera de agua en el intento de extinguir un incendio. Parecería una imagen cualquiera si no fuera que su traje lleva un parche en forma de B amarilla y dos rayas: es el símbolo del bitcoin y lo que el bombero busca apagar son las llamas del rally que la criptomoneda ha vivido en las últimas semanas. Michael Saylor, CEO de Microstrategy, la empresa que ha apostado todo al bitcoin, ha tuiteado esta foto con un comentario: “Solo otro día más de trabajo”. Si bien es cierto que el fervor especulativo tras la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos se ha ido disipando en estos días, la corrección del bitcoin ha sido moderada y cotiza en los 96.000 dólares. En las últimas horas, de hecho, parece haber recuperado el tono alcista y busca, una vez más, alcanzar las seis cifras.
Las promesas del republicano a la industria cripto siguen resonando en el sector y las señales que está enviando la nueva administración son positivas. De hecho, en la industria creen que el impulso no ha acabado, y que la regulación laxa y el ambiente favorable ampliarán la adopción y consolidarán al mercado, dando validez al bitcoin y aumentando su valor. Ante estas subidas, las empresas no quieren quedarse atrás, y se han apuntado a una carrera para acumular bitcoin con propósitos diferentes: protegerse contra la inflación y de la devaluación de las monedas tradicionales, diversificar los activos en sus reservas, aprovechar el potencial de apreciación de la criptodivisa, según Eduard Rosicart, profesor de OBS Business School y CEO Kaitaku Digital. En algunos casos, también se trata de pura especulación.
La mayoría son compañías tecnológicas y han anunciado sus adquisiciones unas semanas después de la victoria de Trump, cuando la moneda ya se aproximaba a los 100.000 dólares. Es el caso de la canadiense Jiva Technologies, una firma de comercio electrónico de productos plant based, que anunció recientemente la aprobación de la compra de hasta un millón de dólares en bitcoin como parte de la estrategia de gestión de tesorería de la compañía. “Conforme sigue ganando tracción como una clase de activo ampliamente aceptada y confiable, vemos una oportunidad única para fortalecer nuestra tesorería con una inversión resiliente e innovadora”, dijo Lorne Rapkin, CEO de la firma en un comunicado. “La escasez inherente y la oferta finita de bitcoin lo posicionan como un resguardo moderno contra la inflación y un refugio seguro en tiempos de incertidumbre económica”, añadió.
La plataforma de vídeos en línea Rumble también aprobó asignar una parte de las reservas de efectivo excedentes a la compra de bitcoin, hasta 20 millones de billetes verdes. Más allá de protegerse de la inflación, el presidente y director ejecutivo, Chris Pavlovski, reveló que la compañía busca entrar en el ecosistema: “Estamos entusiasmados por fortalecer nuestros vínculos con las criptomonedas y reforzar nuestros esfuerzos para convertirnos en la plataforma líder de servicios de video y nube para la comunidad de criptomonedas”.
Genius Group, una empresa de edtech basada en Singapur, ha acumulado en dos semanas 10 millones de dólares en esta criptomoneda. Además, unos días después de la victoria de Trump anunció su nueva estrategia de tesorería, denominada “Bitcoin-first”, en la que se compromete a mantener el 90% o más de sus reservas en este activo. Este lema lo comparte con la japonesa Metaplanet, que ha dado un vuelco a su tesorería empezando a incluir esta criptomoneda, ante la elevada deuda gubernamental, las tasas de interés negativas y la debilidad del yen. “Bitcoin primero, solo bitcoin”, se lee en un comunicado de la firma, que pretende recaudar hasta 62 millones de dólares estadounidenses a través de nuevos derechos de suscripción de acciones.
El hecho de que las empresas hayan potenciado o adoptado esta estrategia tras los comicios estadounidenses no es baladí. La vuelta del magnate es sinónimo de regulación laxa, impuestos bajos, y apoyo a la minería, según las promesas que hizo durante la campaña electoral. Mensajes que calaron profundamente en la industria, que se espera un impulso del precio de los criptoactivos. Por ello, las compañías que ya estaban acumulando bitcoin, han potenciado sus compras.
La minera Mara Holdings, que a principios de mes divulgó unos resultados por debajo de las expectativas de los analistas con una pérdida neta de 124.800 millones de dólares en el tercer trimestre, ya ha acumulado 34,794 bitcoin, valorados en 3.300 millones. “Dándole un buen uso a los ingresos de las notas convertibles”, tuiteó el CEO de la firma, Fred Thiel, un firme defensor del proyecto de una reserva de esta criptomoneda en EE UU. La compañía ha anunciado sus planes para una oferta privada de 700 millones de dólares en notas convertibles senior con vencimiento en 2030 para financiar sus compras.
No obstante, en algunos casos las compañías acumulan esta criptomoneda por pura especulación. MicroStrategy es el ejemplo emblemático. Desde hace cuatro años, esta empresa de software, fundada en 1989, ha apostado todo al bitcoin. El 10 de agosto de 2020, su fundador y actual presidente, Michael Saylor, firme defensor de las criptos, empezó a comprar este activo, en teoría para cubrirse de la inflación. Pero en poco tiempo, convirtió la compañía en un acumulador de bitcoin: vende deuda para poder comprar este activo digital. Ninguna empresa es dueña de tantos como ella: con unos 18.000 millones de dólares en bitcoin en su balance, anunció recientemente su intención de multiplicar la cifra vendiendo hasta 42.000 millones de dólares en acciones y deuda.
Ana Elliot, profesora del máster en blockchain e inversión en activos digitales del IEB, explica que esta empresa busca posicionarse como vehículo indirecto para gestores de carteras que desean exposición al activo de forma regulada y sencilla, como una especie de “fondo bitcoin”. “Esto va más allá de una estrategia tradicional de tesorería, que normalmente busca estabilidad y liquidez en activos más seguros”, confirma David Tercero-Lucas, profesor de Economía en la Universidad Pontificia de Comillas - ICADE.
Manuel Villegas, analista de activos digitales del banco suizo Julius Baer, explica que con sus planes de compra, MicroStrategy y Mara Holdings, tendrían cierta influencia en los precios de la criptomoneda. “La tasa de inflación anual del blockchain de bitcoin es del 1,1%, lo que equivale a poco más de 210.000 tokens. A los precios actuales, esto representa alrededor de 20.000 millones de dólares. Si los precios se mantienen estables y todo lo demás sigue igual, adquirirían cada bitcoin emitido en los próximos dos años”, detalla.
Efecto en el bitcoin y riesgos
Los expertos consultados coinciden en que la vuelta de Trump a la Casa Blanca impulsará la carrera de las empresas, especialmente las más cercanas al sector financiero o tecnológico, a acumular bitcoin como parte de su estrategia de inversión o posicionamiento de marca. Esto tendría un efecto alcista en los precios, por una mayor consolidación del activo y por reducir la oferta disponible de una criptomoneda con disponibilidad limitada. Rosicart, de OBS, añade también una disminución de la volatilidad, por la entrada de más actores institucionales que podría estabilizar el mercado.
No obstante, esta estrategia no está exenta de riesgos. Según este mismo experto la volatilidad del mercado sigue siendo un riesgo, especialmente ante las tensiones geopolíticas actuales. La regulación también juega un papel importante, ya que cualquier cambio va a afectar al valor y a la liquidez del bitcoin, impactando a las empresas que lo poseen. “Finalmente, están los riesgos tecnológicos y los relacionados con la seguridad, y es que la custodia y protección de estos activos digitales requieren medidas avanzadas para prevenir pérdidas en ciberataques”, detalla.
Elliot resalta también el riesgo reputacional al que se enfrentarían estas empresas en caso de pérdidas, incluso temporales. Sumado a esto, David Tercero-Lucas cree que los inversores podrían dejar de valorar su empresa por lo que hace y produce, y la valoren en función del precio del bitcoin: “MicroStrategy parece ir en esta dirección”.