La (R)evolución financiera de los bancos ¿con ‘stablecoins’?

Varias entidades financieras han confirmado que emitirán sus propias monedas estables para 2025

Ilustración con monedas con los logos de Tether, bitcoin y ethereum.JUSTIN TALLIS (AFP)

Ninguna innovación ha captado la imaginación y el potencial de los mundos de la tecnología y las finanzas como las stablecoins. Estas monedas digitales, diseñadas para mantener un valor estable en relación con un activo de referencia subyacente (la mayoría de las veces una moneda fiduciaria como el dólar estadounidense), han surgido como un puente entre el sistema financiero tradicional y la tecnología blockchain.

Esta misma semana se publicaba la adquisición de Bridge, la startup tecnológica, por parte de Stripe, la infraestructura de pagos online, por un valor de 1.000 millones de dólares, convirtiéndose en la operación de adquisición más cara de la historia de los activos digitales. El movimiento por parte de la Fintech de San Francisco supone que pasará a integrar dentro de su tecnología la capacidad de realizar pagos transfronterizos fluidos con activos como USDT o USDC, basados en tecnología blockchain y por tanto, entra en la carrera directa por competir con grandes entidades financieras.

El origen de las stablecoins: la volatilidad del mercado de criptoactivos

Las stablecoins nacieron para resolver un problema que se dio sobre todo durante 2017: la volatilidad de los mercados de criptoactivos. Los precios de estas inversiones fluctuaban perfectamente un 30% de la noche a la mañana, lo que suponía un gran inconveniente para cualquiera que quisiera acceder al mismo. Entonces, una compañía llamada Tether tuvo la idea de crear un activo tokenizado referenciado al dólar. Usando la idea de la emisión inelástica, y del peg 1:1, asumió que un criptoactivo con esas características debería mantener un valor estable.

De esta forma, quienes tuvieran que moverse dentro de los mercados de criptoactivos en épocas de mucha volatilidad, podrían mover de forma rápida (en segundos) sus inversiones a Tether, y resguardarse de esas caídas drásticas de precio que vimos hace seis años. 10 años después, Tether ha demostrado que su caso de uso es un éxito y que sirve para mucho más que para protegerse del riesgo. Con una capitalización de mercado de 111.000 millones de dólares, es la stablecoin más utilizada del mundo.

Como resultado, la capitalización de mercado de las stablecoins respaldadas por dinero de curso legal ha aumentado desde su concepción hasta más de 164.000 millones de dólares en octubre de 2024. Su valor supera el del producto interior bruto de más de 100 países.

¿Stablecoins as a service?

Con la entrada en vigor del Reglamento 2023/1114, que regula los mercados de criptoactivos, varias entidades financieras han confirmado que emitirán sus propias stablecoins para 2025. La última de ellas, el BBVA. El hecho de que Stripe adquiera una compañía a ese precio, dedicada a la infraestructura de stablecoins, junto con las iniciativas de entidades financieras de crear las suyas propias, hace pensar que podemos estar vislumbrando la siguiente etapa de los mercados financieros: stablecoins as a service, o la commoditización de estos activos. ¿El motivo? Posiblemente tenga algo que ver el hecho de que las stablecoins hayan procesado un volumen de transacciones casi dos veces superior al de Visa, con volúmenes que superan en ocasiones los miles de millones de dólares en un solo mes.

El comportamiento del usuario parece estar cambiando: ya no usa solo dinero fiduciario, aunque sea en su formato electrónico. Las stablecoins como medio de cambio (solo serán medio de pago si están emitidas por una entidad con licencia para emitir dinero de curso legal) han adquirido una relevancia en el mercado lo suficientemente considerable como para que se hayan convertido en un producto en sí mismo. Si, como sucede con las fintech o las entidades bancarias más tradicionales, ya cuentas con los clientes y la autorización regulatoria, diversificar el modelo de negocio entrando a emitir una stablecoin parece perfilarse como la tendencia del 2025.

Obviamente, no debemos olvidar el modelo de negocio bancario: las stablecoins también generan ingresos invirtiendo sus reservas 1 a 1 en activos que devengan intereses, como letras del Tesoro y otros vehículos de inversión a corto plazo. Los intereses generados por estas inversiones constituyen una fuente de ingresos para el emisor de la moneda estable. Esta innovadora estrategia de inversión ha llevado a los emisores de stablecoins, en conjunto, a convertirse en uno de los mayores tenedores de bonos del Tesoro estadounidense, poseyendo más que países como Alemania, México y los Países Bajos.

Otros modelos de negocio que las stablecoins van a llevar al siguiente nivel son los mercados de divisas (FOREX), que es el mayor mercado del mundo, o el de remesas internacionales, que en 2023 tuvo un valor de 883.000 millones de dólares. La liquidez, la rapidez, y la reducción de costes que suponen las transferencias y transacciones con monedas estables, las convierten en soluciones perfectas a las ineficiencias actuales de mercados milmillonarios.

A la espera de la regulación

¿Qué ha sucedido en 2024 para que todas estas operaciones e iniciativas hayan sido confirmadas y puestas en mercado? La aprobación, publicación y entrada en vigor del Reglamento 2023/1114, de mercados de criptoactivos, ha establecido el marco jurídico esperado para que entidades de crédito y otras instituciones fuertemente reguladas, puedan por fin entrar, con todas las garantías, en los mercados de activos digitales.

Entre otros aspectos, MiCA regula las condiciones y requisitos de emisión de stablecoins, situando a las entidades de crédito, las de dinero electrónico y otras organizaciones, en un lugar privilegiado. Con exigencia en 2025, la regulación era el marco de seguridad que muchísimas compañías estaban esperando para comunicar al público sus proyectos relacionados con criptoactivos, donde sin duda, las stablecoins se han convertido en protagonistas.

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