Riu y Barceló avivan la batalla para controlar el boyante mercado hotelero en México
Han abierto cada una de ellas un nuevo hotel con nueve días de diferencia. Riu tiene 23 activos, solo cuatro menos que en toda España, y Barceló cuenta con 22 en el país, donde ha invertido 1.200 millones de euros


México se ha convertido en un destino prioritario para las hoteleras españolas. Pese a ser considerado un enclave inseguro, el país norteamericano se ha consolidado desde la pandemia como la sexta nación más visitada del mundo, con 45 millones de turistas extranjeros en 2024, superando a otras potencias como Reino Unido, Alemania o Japón, según el último ránking elaborado por ONU Turismo. Su cercanía a EE UU y Canadá lo ha convertido en el destino vacacional favorito para ambos mercados emisores, a lo que se ha unido un mercado local boyante y una clase media creciente en un país con 128 millones de habitantes.
Y en ese contexto, dos hoteleras baleares (Riu y Barceló) han cogido ventaja frente al resto de cadenas españolas para ganar terreno en un mercado con una presencia masiva de los gigantes estadounidenses, como Marriott (302 hoteles), Hilton (118) o Hyatt (100). Riu aterrizó en México en 1997 y veintiocho años después inauguró el pasado 9 de diciembre su vigesimotercer inmueble en México (solo cuatro menos que los 27 que tiene en España). Se trata del hotel Riu Ventura, el sexto en Cancún, con 705 habitaciones. Desde la compañía hotelera apuntan a tres datos que revelan la importancia de México en su estrategia global: es el quinto país en el que más factura, en el que más empleados tiene (12.631) y es el tercer mercado emisor de viajeros a los 97 inmuebles de la compañía en todo el mundo, por detrás de EE UU y Reino Unido, pero por delante de Alemania y Canadá.
Tras la inauguración del Riu Ventura espera estrenar la reforma del Riu Jalisco (Riviera Nayarit), del Riu Palace Península (Cancún) y del Riu Palace México (Playa del Carmen). En 2026 también prevé avanzar en la construcción de un nuevo activo de la marca Riu Palace en Costa Mujeres, ampliando así su oferta a un total de cuatro hoteles en este destino y de veinticuatro en todo México.
Barceló empezó a operar en México en 1985, con lo que este año cumple 40 años de actividad, lo que le convierte en la hotelera española más longeva. En ese período ha invertido 1.200 millones de euros en la compra de activos. El último desembolso lo cerró el pasado lunes 1 de diciembre, con la adquisición de dos hoteles en Ciudad de México y Monterrey por 85 millones de dólares (73 millones de euros), con lo que suma una cartera de 22 hoteles, de los que 18 son vacacionales y cuatro son urbanos.
La asignatura pendiente de la hotelera balear de la familia Barceló es volver a tener presencia en Los Cabos, una pequeña lengua de tierra en la Península de Baja California (México). “Ahora nos falta encontrar un buen hotel en Los Cabos”, reconoció en un reciente comunicado. Este enclave se ha convertido en una prioridad para las hoteleras españolas por las interesantes tarifas medias que se cobran (en torno a los 500 euros por día) y por el alto poder adquisitivo de sus turistas (el 87% de los turistas que visitan ese destino son millonarios de Estados Unidos, fundamentalmente de California y Texas, aficionados a la pesca deportiva y al golf). Riu y Meliá cuentan con activos, mientras que Iberostar y Palladium trabajan para entrar en la zona. La cadena de la familia Fluxá, que ya tiene once hoteles en México, dispone de una reserva de suelo de cinco millones de metros cuadrados en Los Cabos, mientras que Palladium se hizo hace un año con un terreno en la zona del Pacífico para la posterior construcción de un hotel.
En el despliegue hotelero español en México, Iberostar, Meliá y Minor ocupan un segundo escalón frente a Riu y Barceló. La última incorporación de la hotelera de la familia Fluxá ha sido un hotel de cinco estrellas en Cancún, cercano a Puerto Morelos, ampliando su cartera a 4.400 habitaciones y a 5.800 trabajadores. “Iberostar reafirma así su apuesta por México como país clave en su estrategia de expansión selectiva en destinos en los que ya opera, mientras sigue valorando activamente nuevas oportunidades de crecimiento en el país en ubicaciones frente al mar”, recalca la compañía en un comunicado.
Por su parte, la hotelera de la familia Escarrer cuenta con ocho hoteles operativos, que suman 2.800 habitaciones, y cinco proyectos en construcción o firmados que sumarán otras 800 habitaciones adicionales. El activo más valioso de Meliá en México es el Paradisus Cancún, situado en la Playa del Carmen (México), que abrió sus puertas en 2012 con 678 habitaciones y que cerró el pasado verano para someterse a una profunda reforma de 50 millones de dólares (43 millones de euros), que se prolongará durante un año. Este activo es el más rentable de los 368 que tenía operativos en todo el mundo a 30 de septiembre de 2025, ya que aporta 85 millones de euros a la cifra de negocio (un 4,2% del total) y 22 millones al ebitda (un 4,1% del total).
Minor, la antigua NH, también considera estratégico el crecimiento en México. “Se ha consolidado como un mercado prioritario dentro de la estrategia global del grupo, gracias a su conectividad, riqueza cultural y a una demanda creciente de experiencias de hospitalidad de alto nivel”, recalcan desde la hotelera, que cuenta en la actualidad con 18 hoteles y 879 empleados en México. En los dos próximos años, la compañía estrenará dos nuevas marcas en el país norteamericano. Por un lado está a punto de abrir el primer NH Guadalajara Studios, dirigido a viajeros de negocio, tanto para estancias cortas o largas. Cuenta con 152 lofts y también prepara para principios de 2027 la entrada de la marca Tivoli, con 70 branded residences de lujo en Mérida.
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