El Sabadell eleva a 11.500 millones la factura de una segunda opa y alerta del agravio entre accionistas
Avanza “tensiones y riesgos” en la cotización de BBVA en el caso de afrontar un aumento de capital significativo para hacer frente a los costes de la nueva oferta

El as en la manga que se guarda el BBVA para sacar adelante la opa sobre el Sabadell no saldrá gratis. El pasado 4 de septiembre, en vísperas de la presentación del folleto actualizado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el banco vasco anunciaba que el regulador estadounidense (SEC, por sus siglas en inglés) le había autorizado a rebajar al 30% el umbral de éxito de la propuesta. Un movimiento que, de ser ejecutado por la entidad que preside Carlos Torres, le permitiría abrazar el resultado de la opa aunque no consiga el respaldo de la mitad más uno del capital de la entidad vallesana. Desde el punto de vista del Sabadell, este movimiento supondría inestabilidad para la acción de BBVA, un posible agravio entre accionistas y, sobre todo, una factura que podría alcanzar los 11.500 millones. Un aviso para los accionistas que secunden la opa.
La incertidumbre se produce en tanto el BBVA, en el caso de tomar ese camino alternativo, estaría obligado en el plazo de un mes a lanzar una segunda opa sobre el Sabadell, con contraprestación en efectivo. “La segunda opa podría tener que dirigirse a un máximo del 70% del capital social actual de Banco Sabadell, lo que a valor de mercado actual representa, aproximadamente, 11.500 millones de euros”, recuerda Sabadell en el documento publicado este viernes en el que rechaza la oferta. El importe, según sostiene la firma opada, podría impactar en la solvencia de la opante, así como generar “tensiones y riesgos” en su cotización, “en caso de verse obligado previsiblemente a acometer un aumento de capital significativo”.
Aunque el presidente de BBVA ha afirmado en numerosas ocasiones que su intención es mantenerse fiel al límite de aceptación del 50%, y que no habrá una segunda opa, también ha transmitido cierta ambigüedad en sus declaraciones. “En caso de producirse, será al mismo precio que la primera”, llegó a decir en una entrevista con Onda Cero esta misma semana. La propia salvaguarda, puesta negro sobre blanco ante la SEC, alienta el beneficio de la duda. “BBVA debería precisar con toda claridad cómo y cuándo se determinará el precio de esa segunda opa obligatoria en efectivo, ofrecer estimaciones suficientes sobre los eventuales impactos que dicha opa podría tener en su capital y cómo tiene previsto afrontarlos”, subraya el Sabadell en su análisis.
El presidente del banco, Josep Oliu, y su consejero delegado, César González-Bueno, se refirieron a esta posibilidad en la rueda de prensa celebrada tras la remisión del informe al supervisor, insistiendo en que BBVA debería aclarar si esta segunda opa puede forzar a la entidad a ampliar capital y que esto provoque caídas en Bolsa para los accionistas del Sabadell que decidan aceptar la primera oferta. Pero fueron más allá y alentaron el temor a un posible agravio entre accionistas. No en vano, aunque González-Bueno admitió que es imposible conocer ahora mismo el precio equitativo que correspondería a esa segunda opa, sí deslizó que este podría ser mayor. “Es muy complicado ir a la primera oferta pensando que a lo mejor hay una segunda oferta que va a ser mayor y que va a ser en efectivo. Y esa segunda oferta no estaría disponible para los accionistas del Sabadell que hubiesen acudido a la primera”, deslizó.
La CNMV, en todo caso, no es un agente pasivo en el proceso. Como recordaba esta semana el organismo, “el precio equitativo en una eventual segunda opa lo fijará el supervisor, y de acuerdo con la normativa vigente se fijará en el momento oportuno, por lo que en este momento es imposible aventurar o especular cual será”.
El informe incide en el problema de la asimetría de información, entre unos accionistas que acudirían a una primera opa con condiciones tasadas y reconocidas en un folleto ante la CNMV, frente a quienes se enfrentan a un futurible, a una mera hipótesis. “El accionista de Banco Sabadell que hubiese aceptado la oferta ya sería accionista de BBVA. Por tanto, estaría asumiendo el riesgo de que el banco en el que participa formule a continuación una segunda oferta pública de adquisición obligatoria en efectivo sobre el capital restante de Banco Sabadell”. Ahí las incertidumbres son múltiples. Por ejemplo, se desconoce si dicho aumento excluiría el derecho de suscripción preferente, lo que sería dilutivo para los nuevos accionistas de BBVA
Los plazos también juegan en la toma de decisión. Como recuerda el Sabadell, el BBVA se ha reservado la opción de renunciar a la condición de aceptación incluso después de que finalice el plazo. Ya no habría vuelta atrás para los accionistas del banco vallesano, “Las eventuales aceptaciones cursadas por los accionistas de Banco Sabadell serán ya irrevocables, por lo que estos [los accionistas] no podrán revisar su decisión de aceptar la oferta a raíz de la determinación que pueda tomar BBVA tras conocer el nivel de aceptación”.