La inmobiliaria Urbas solicita el concurso voluntario de acreedores
La cotización de la empresa lleva suspendida desde finales de abril por no haber presentado sus cuentas auditadas


A pesar de los récords de compraventa de vivienda y precios en máximos, no a todas las empresas del sector de la construcción les va bien. El grupo inmobiliario Urbas se ha visto obligado a solicitar el concurso de acreedores tras no haber logrado sellar a tiempo el pacto de reestructuración de deuda en el que llevaba trabajando desde el mes de mayo. En concreto, según ha confirmado la compañía a través de una comunicación oficial remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Urbas presentó la petición de concurso el pasado 5 de septiembre en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid.
Esta empresa, cuya fundación se remonta al año 1944, lleva suspendida en Bolsa desde finales del pasado mes de abril a instancias de la CNMV. El motivo de la suspensión de cotización fue que la compañía no logró presentar a tiempo las cuentas auditadas del ejercicio 2024 “por causas ajenas a su voluntad”. Según consta en los informes de resultados sin auditar disponibles en el supervisor de los mercados, ese año, el grupo tuvo unas pérdidas de 137,14 millones de euros que, en anteriores comunicados, Urbas achacó al proceso de reorganización de sus empresas de construcción.
Urbas se dedica a la promoción de viviendas y a la gestión de suelo y alquileres bajo marcas como AdHome, CHR o Jaureguizar. También en su actividad se enmarca la construcción (Joca, Ecisa, Murias, Urrutia, y Urbas construcción), a la energía renovable (Sainsol, Urbas Energy) y a la gestión de residencias de mayores (Fortia).
Arrastrando dificultades desde hace años, según las cuentas sin auditar y la información de su página web, esta compañía con 17 millones de metros cuadrados de suelo en propiedad y 66 promociones en marcha, tenía a 31 de diciembre de 2024 un total de 676 empleados, 85 menos que en la misma fecha de 2023. En España, contaba con 344 trabajadores frente a los 386 de 2023.
En este contexto, y tras una caída de los ingresos del 29,9% el pasado ejercicio, en mayo Urbas entró en negociaciones con sus acreedores para intentar mejorar su situación financiera. En julio, la compañía tenía formalizado un plan de reestructuración sin quitas de deuda que contó con el apoyo de 53 acreedores que representaban un 25,7% del total del pasivo afectado y el 76,8% de la deuda nominal. No obstante, según explica Urbas en la CNMV, la negativa de un acreedor clave con el que mantiene una disputa legal, Roundshield Partners, impidió sacar adelante el acuerdo.
Según la ley concursal, una vez activadas las negociaciones para reestructurar la deuda con los acreedores, una compañía tiene tres meses para sellar un pacto. De no conseguirlo, transcurrido ese tiempo, dispone de un mes para solicitar el concurso de acreedores, tal y como ahora ha hecho Urbas apurando todo lo que ha podido los plazos.
“La presentación del concurso voluntario responde exclusivamente a una obligación legal derivada del vencimiento de los plazos. Mantenemos plena confianza en el plan de viabilidad formalizado, ya que consideramos que es la mejor solución para garantizar el equilibrio y la protección de todas las partes”, ha trasladado la empresa.
En las cuentas no auditadas consolidadas, el balance del grupo mostraba una deuda financiera de 136,6 millones de euros, unas deudas con acreedores comerciales de 145,42 millones y unos deberes entre dinero a abonar a administraciones públicas e impuestos que ascendían a 56,3 millones.
Un concurso de acreedores todavía reversible
Pese a la solicitud de concurso que ha trascendido este lunes, Urbas informa de que su situación todavía es revertible.
Además del plan de reestructuración de deuda al que el grupo fía su supervivencia, la compañía informa de que ha tenido conocimiento de que uno de sus acreedores formalizó el 4 de septiembre otro plan de reestructuración alternativo que sigue el mismo plan de viabilidad.
“En caso de prosperar alguno de los planes de reestructuración anteriormente referidos, la compañía desistiría de la solicitud de concurso, presentada de manera preventiva”, asegura Urbas a la CNMV.
De esta forma, la firma de infraestructuras y promoción inmobiliaria defiende continuar “con determinación” su proceso de reestructuración financiera, con el objetivo de garantizar la viabilidad de la compañía y salvaguardar los intereses de trabajadores, acreedores y accionistas, así como clientes y proveedores.
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