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El Gobierno ajusta el impuesto a la banca y eleva el pago del BBVA este año si triunfa la opa sobre el Sabadell

El Ejecutivo incrementa el coste en un 15% para el ejercicio en el que se ejecute una operación corporativa en el sector financiero

carlos torres bbva
El presidente del BBVA, Carlos Torres, da un discurso mientras preside la junta general extraordinaria de accionistas que la entidad bancaria ha celebrado este viernes en Bilbao y en la que se ha propuesto la ampliación de capital necesaria para llevar a cabo el canje de acciones con Banco Sabadell.Miguel Toña (EFE)
Álvaro Bayón

El Gobierno ha modificado ligeramente la letra pequeña del impuesto a la banca. De un lado, ha solucionado el problema técnico para evitar la doble tributación en el ejercicio de 2024 del anterior gravamen temporal y el nuevo tributo. Por el otro, ha introducido una salvaguarda para el caso de operaciones corporativas en el sector, como la opa hostil que ha lanzado el BBVA sobre el Banco Sabadell. Este ajuste supone que, de triunfar la oferta, en este ejercicio el BBVA tendría que pagar un 15% por esta tasa.

El Ejecutivo aprovechó el último Consejo de Ministros del año para introducir estas dos modificaciones en la tasa, que figuran en el Real Decreto Ley en el que prolonga las subvenciones al transporte o el escudo antiopas, entre otras medidas. El texto establece que “la cuota íntegra se incrementará en un 15% de su importe para los contribuyentes que resulten adquirentes en operaciones de modificación estructural en las que hayan intervenido entidades de crédito, establecimientos financieros de crédito o sucursales de entidades de crédito extranjeras”. Esto es, en el caso de que un banco compre a otro y esa operación suponga la extinción de la entidad adquirida, el comprador deberá pagar un 15% más.

Los expertos consultados apuntan a que esta modificación que afecta a las compras o fusiones entre bancos y el de la doble imposición están vinculados. Así, este recargo del 15% en la cuota del impuesto a la banca trata de evitar que el banco que compra no tribute por el negocio que adquiere en el año en el que se realiza la operación, mientras que se tramita contablemente la fusión entre ambas entidades. De otro modo, el BBVA no pagaría el impuesto sobre el negocio adquirido del Sabadell en el año que se ejecuta la operación. A partir del siguiente ejercicio, el banco comprador —como, en el caso actual, el BBVA— pagará el impuesto que le corresponda por la suma de sus ingresos y los de la entidad adquirida (el Sabadell, en este caso).

El Gobierno ha diseñado un esquema progresivo, de modo que las entidades que sumen más de 5.000 millones en margen de intereses y comisiones se les aplicará un tipo del 7%. El BBVA —el segundo mayor banco español por activos y el tercero por cuota de mercado nacional— tendrá que abonar este tipo más alto, de modo que pagará en el próximo ejercicio unos 370 millones, de acuerdo a un informe elaborado por BNP Paribas. De este modo, en el caso de que durante este 2025 la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) dé el visto bueno a la operación con condiciones no muy gravosas y los accionistas del Sabadell decidiesen mayoritariamente vender sus acciones al BBVA, el banco vasco tendría que pagar algo más de 420 millones de euros por esta tasa, unos 55 millones más.

El diseño del impuesto es más benévolo con el Sabadell en caso de que continúe en solitario. Por unos pocos cientos de millones —dado que la suma de margen de interés y comisiones percibidas en España se queda ligeramente por debajo de los 5.000 millones— a la entidad catalana se le aplicaría un tipo del 6%. El nuevo director financiero de la entidad, Sergio Palavecino, ha indicado, de hecho, que el banco tendrá que pagar unos 30 millones menos frente al anterior gravamen temporal, para un total de unos 170 millones.

Esta progresividad del tributo añade un escollo a la opa. Supone que el Sabadell, de seguir en solitario, pagaría un impuesto al 6%. Pero si se une al BBVA la factura fiscal se dispararía. El banco resultante tendría que pagar un 7% sobre el negocio adquirido. Además, se aplicaría ese recargo del 15% en el primer año de la operación, un incremento que va en línea de lo que considera el BBVA que crecerá su negocio si incorpora al Sabadell. El banco que pilota Carlos Torres calcula que la entidad catalana es el 16% de su tamaño, de este modo ha propuesto una ecuación de canje a razón de una acción del BBVA por cada 4,83 el Sabadell, que tras el pago de dividendos modificó a 5,02 y el pago alícuoto que realizó en noviembre. Así, los actuales accionistas del Sabadell serían dueños del 16% de la nueva entidad fusionada.

El temor del mercado es que toda esta letra pequeña del impuesto pueda poner el jaque los cálculos elaborados por el BBVA en mayo, cuando lanzó la opa. Sus previsiones pasan por que el beneficio por acción tras la operación se incremente un 3,5%, gracias a unas sinergias que cuantifica en 850 millones en tres años, de las cuales el banco espera aflorar el 25% ya el primer año de la transacción. De estos 850 millones, el banco calcula que 750 millones corresponderán con sinergias de costes. Y de ellos, 300 millones serán por ahorros de personal, lo que provocará el cierre de 300 oficinas de la red conjunta. Además, apunta a unos costes de la transacción de 1.450 millones.

2025, el año de la verdad para la opa

La resolución de la opa del BBVA sobre el Banco Sabadell llegará en la primera mitad del año. Está previsto que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) resuelva el expdiente durante el primer trimestre y que sea entonces cuando desvele las condiciones finales que impondrá al BBVA para dar el visto bueno a la transacción, tras haber decidido en noviembre someter la opa a su análisis más restrictivo, la conocida como segunda fase. Una vez que resuelva la CNMC, el Gobierno, que se ha mostrado totalmente contrario a la transacción, podrá ampliar estas condiciones. El BBVA ya ha indicado que si estos condicionantes son demasiado restructivos, de modo que afectan a la creación de valor de la opa, podrán retirarla. Una vez pasados estos hitos, será el turno de pronunciase de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), después de lo cual se abrirá un periodo de entre 15 y 70 días para que decidan los accionistas del banco catalán. En caso de que la transacción la avalen dueños del 50,01% del capital, entonces el BBVA iniciaría la fusión entre ambos bancos, que también deberá ser avalada por el Gobierno.


Sobre la firma

Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.
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