Talgo rebaja su rentabilidad y mantiene en el aire el dividendo en plenos contactos con Sidenor

El fabricante gana 6,7 millones al cierre del tercer trimestre. El ministro de Transportes, Óscar Puente, no descarta que la SEPI participe en una operación rescate

El logotipo de Talgo sobre una de las naves de la fábrica de trenes de Las Matas (Madrid).J.P. Gandul (EFE)

El fabricante de trenes Talgo gana dinero a 30 de septiembre: 6,7 millones de euros, resultado que sufre el impacto de gastos financieros “que siguen siendo elevados”. La compañía continúa sin definir el reparto de dividendos con cargo al presente ejercicio, en el que ha estado sujeta a una opa de capital húngaro, que fue vetada en agosto por el Gobierno por motivos de preservación de la seguridad nacional. En estos momentos es el grupo industrial vasco Sidenor el que explora la adquisición parcial o total del capital. En Euskadi se trata de conformar un consorcio de empresas, con la siderúrgica al frente, que pueda asumir el control en sustitución de la instrumental Pegaso, en la que reúnen sus participaciones el fondo Trilantic y las familias Abelló y Oriol.

Con una cotización que ha cerrado este martes en 3,44 euros, con la pérdida de un 1,15%, el precio actual de la acción está lejos de los 5 euros que puso sobre la mesa el consorcio Ganz-Mavag. La última hora sobre una posible nueva oferta la ha ofrecido hace unas horas el ministro de Transportes, Óscar Puente, al reiterar que el Gobierno apoya el proyecto de Sidenor y podría participar en él a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), entre otras opciones. A estas alturas del ejercicio, los accionistas habían recibido el año pasado 12 millones de euros entre el dividendo flexible y el programa de recompra.

Los ingresos de Talgo mejoran un 5,8% respecto a los nueve primeros meses de 2023, marcando ahora 497,8 millones de euros. Pese a este salto de más de 27 millones, el resultado bruto de explotación se resiente, al igual que el margen. La empresa declara un ebitda de 57,7 millones, un 7,8% menor, lo que arroja un margen de ebitda del 11,6%. Este último compara con el 13,3% de un año atrás, pero está “en línea con los objetivos de cierre de año”, se explica en la presentación enviada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Las ventas se ven impulsadas por la actividad de fabricación, complementada por los proyectos de mantenimiento. Talgo tiene contratos por ejecutar por un valor de 3.987 millones, después de subir a la cartera nuevo trabajo por 228 millones en el periodo (la cifra es de 508 millones a 31 de octubre). El volumen de pedidos sobre los ingresos (book to bill) es de 0,7 veces, con objetivo de avanzar hasta un múltiplo de uno a final de año. El riesgo adosado a la ejecución de los pedidos ha disminuido al incluirse cláusulas de indexación sobre más del 90% de la cartera.

El “buen momentum comercial” del que habla Talgo esta tarde coincide con problemas de capacidad de producción que no han sido explicitados en el documento expuesto ante la CNMV. El grupo, eso sí, ha ajustado “ligeramente” su previsión de ingresos para el ejercicio “para reflejar los ciclos de fabricación”. Pese a ello, la dirección espera mantener niveles elevados de actividad a final de año y que la bajada de tipos impulse el resultado neto. En el documento hecho público ante el mercado se habla de oportunidades comerciales a la vista por 10.500 millones.

La necesidad de fondos para sacar adelante la operativa también va a hacer crecer la deuda financiera neta, que debería situarse hasta en cinco veces el ebitda a 31 de diciembre, desde la anterior previsión de 3,5 veces. La estimación de Talgo es que ese múltiplo descienda al referido 3,5 a lo largo de 2025.

Sobre los encargos en marcha, el grupo industrial ha entregado casi con dos años de retraso 23 de los 30 trenes de alta velocidad Avril adquiridos por Renfe entre 2016 y 2017. La operadora germana DB y la danesa DSB son las principales contribuyentes a los ingresos de Talgo en lo que va de año. A ello se suma el inicio en octubre de la producción del material rodante encargado por la egipcia ENR en 2022.

La española asegura contar con “alta visibilidad comercial a futuro, con numerosas oportunidades alineadas con la estrategia de avanzar hacia el proceso de descarbonización del transporte mundial, contribuyendo con la tecnología de trenes más eficiente energéticamente y con mejor accesibilidad de pasajeros”.


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