_
_
_
_

Al volante del futuro empresarial y tecnológico

Hiperbaric y Desmasa lanzan la 12ª edición del Hiperbaric Challenge para atraer a jóvenes al mundo de la tecnología y la empresa P Deben construir un coche de inercia con el que luego competirán

Descenso de uno de los coches por el circuito urbano de Burgos en el Hiperbaric Challenge 2023.
Descenso de uno de los coches por el circuito urbano de Burgos en el Hiperbaric Challenge 2023.
Rafael Durán

No es el gran circo de la Fórmula 1, ni pretende serlo, pero comparte con la categoría reina del automovilismo la pasión por la velocidad, la tecnología y la competición. Son las carreras de coches de inercia (conocidos también, según qué zona de España, como carrilanas, goitiberas o carretons), vehículos, normalmente de fabricación artesanal, impulsados únicamente por la fuerza de la gravedad para descender puertos de montaña u otras pendientes asfaltadas. Esta competición también atrae, como la Fórmula 1 –a otro nivel– a deportistas, empresas, ingenieros y patrocinadores.

Este deporte de inercia es el eje en el que se asienta el Hiperbaric Challenge, un desafío educativo dirigido a alumnos (de 13 a 17 años) de 3º y 4º de ESO, Bachillerato y ciclos formativos de Formación Profesional de grado básico, medio y superior de toda España con el que se quiere despertar el espíritu emprendedor y la curiosidad científica, animándoles a diseñar y construir un prototipo de coche de inercia, con el que luego competirán en una carrera contrarreloj.

Hiperbaric Challenge nace en 2013 como una iniciativa enmarcada dentro del programa de acciones de responsabilidad social corporativa de las empresas burgalesas Hiperbaric (especializada en equipos industriales de tecnologías de altas presiones) y Desmasa (que centra su actividad en el diseño, desarrollo, construcción, montaje, programación y puesta en marcha de maquinaria especial a medida). Ya está abierta la inscripción para la XII edición (curso 2024-2025), que concluye el 8 de noviembre, y la admisión de proyectos se extenderá hasta finales de enero de 2025, de los que saldrán un máximo de 20 equipos.

El desafío reta a los estudiantes a desarrollar su creatividad con el diseño, construcción y prototipado de un coche de inercia, conforme a los requerimientos que establece la Federación de Deportes de Inercia (FDI) para este tipo de vehículos. Estos, organizados en equipos de no más de 10 alumnos, deben elaborar un proyecto global y un plan de viabilidad en el que aborden cuestiones técnicas y tecnológicas, así como aspectos relacionados con el marketing y las gestiones económicas y de equipos. Cuentan para ello con la supervisión y orientación de un tutor y mentores.

Crear una empresa

El objetivo, destaca Andrés Hernando, presidente de Hiperbaric, “es atraer a los chavales hacia el mundo de la tecnología y de la empresa, de una manera lúdico-festiva. El desafío lo que pretende es que los chavales constituyan su propia empresa para hacer un vehículo, que es un poco la disculpa, porque es más sexi construir un coche”.

“Pero para construirlo hay que crear una empresa, en la cual tiene que haber, por supuesto, alguien técnico, pero tiene que haber alguien de las finanzas, del marketing, de la comunicación, de la responsabilidad social. Porque una de las cosas que pedimos es que hagan responsabilidad social, que demuestren lo que han hecho durante el proyecto para que la sociedad sea mejor”, explica Hernando. “Pretendemos que sea un proyecto multidisciplinar, como es una empresa, donde hace falta gente que sepa de tecnología, de comunicar, de gestionar personas, que sepa de todo”.

Hiperbaric proporciona a los tutores y alumnos las herramientas para poder desarrollar el proyecto, tanto a nivel formativo, con reuniones y mentorías, como logístico, con un kit básico consistente en la carrocería y la ruedas con neumáticos y llantas para cada uno de los equipos. “Nosotros proveemos las ruedas y la carrocería y los chavales tienen que hacer la estructura, las suspensiones, la dirección… “Lo de la carrocería es para que esto no parezca los coches de los Picapiedra, para que sean más serios”, apunta el presidente de Hiperbaric.

A final de curso, los estudiantes deberán presentar su proyecto ante un jurado de expertos y poner a prueba sus diseños en una competición real, puntuable para el Campeonato de España y avalada por la FDI. La carrera, una contrarreloj de trazado urbano, recorrerá la bajada del castillo hasta el centro de la ciudad de Burgos, y este año tendrá lugar el sábado, 14 de junio de 2025.

“En Hiperbaric queríamos dar visibilidad a los temas de talento, estamos muy preocupados por todos los temas de talento. Y tenemos claro que hay que empezar a trabajar el talento desde muy pequeños, desde el principio. Charlando con un colegio plantearon hacer algo para crear un equipo de alto rendimiento… y nosotros le dimos una vuelta y ampliamos mucho más el foco. Así, decidimos plantear un desafío para todos los colegios de España que quisieran crear equipos de alto rendimiento, como materia extracurricular, y trabajar en algún objetivo común. Y la verdad es que hemos tenido equipos de toda España y esperamos seguir teniéndolos”, expresa Hernando.

Un participante de la pasada edición del Hiperbaric Challenge por el circuito urbano de Burgos.
Un participante de la pasada edición del Hiperbaric Challenge por el circuito urbano de Burgos.

Proyecto multidisciplinar

El Hiperbaric Challenge es un proyecto multidisciplinar en el que los equipos participantes ponen a prueba sus conocimientos, tanto en las fases de diseño y construcción como en la de evaluación.

Diseño. Diseñar el coche de inercia pone a prueba los conocimientos de física aplicada y matemáticas, pero también la capacidad creativa y el pensamiento alternativo. El diseño debe respetar los requerimientos que establece la Federación de Deportes de Inercia pero, al mismo tiempo, exige diferenciarse de los competidores y de sus predecesores.

Construcción. En la fabricación del vehículos los equipos necesitarán ayuda no solo de su entorno académico, sino también del empresarial (financiación, taller, piezas, equipos de trabajo…) para poder construir su vehículo y la búsqueda de buenos mentores les descubrirá la importancia de las presentaciones y la motivación.

Evaluación. Dos son las pruebas que deben evaluar el coche. Por un lado, los equipos deben defender el proyecto ante un jurado de expertos que valorará la parte técnica, pero también los aspectos sociales, de marketing, de responsabilidad social y de gestión. Y por otro, y finalmente, la competición real, en trazado urbano, que viene a ser como un premio al trabajo realizado.


Sobre la firma

Rafael Durán
Lleva más de una década a cargo de los temas de sostenibilidad en la sección de Buen Gobierno, tarea que compagina con la edición de CincoDías. Aterrizó en el periódico en el año 2000 y pasó una temporada en la sección de Opinión. Antes, en El Siglo de Europa y El Nuevo Lunes. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Archivado En

_
_