El presidente de Sidenor y el Gobierno vasco estudian la compra del 29,9% de Talgo

El interés de José Antonio Jainaga y de su equipo directivo por la participación del fondo Trilantic da aire al fabricante de trenes en Bolsa

José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor.

La solución al problema de capacidad industrial de Talgo, y también para desatascar el plan de salida del núcleo duro de accionistas, parece estar en manos de otro de los emblemas de la industria española, Sidenor. O más bien de José Antonio Jainaga, presidente del productor de aceros especiales y asimismo presidente de turno de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege), quien está evaluando su posible aterrizaje en el capital del fabricante ferroviario con un paquete, en principio compartido por el Gobierno vasco, que rondaría el 29,9%. Con ello se abriría la ansiada puerta de salida al fondo estadounidense Trilantic, presente en Talgo desde 2006.

Jainaga se ha planteado la operación a través de la sociedad Mirai, en la que participan asimismo un grupo de directivos de Sidenor. Este colectivo fue el que adquirió en 2016 la propia siderúrgica a la corporación brasileña Gerdau por 155 millones, una operación de management buy out inédita en España en el sector del acero. La trayectoria de Mirai (futuro en japonés) es independiente de la de Sidenor. Participa en varias empresas, todas del sector industrial o con servicios anexos a las fábricas. Su última adquisición ha sido la de Alcoelectro, una compañía de Madrid que fabrica equipamiento electrónico y tiene 26 trabajadores.

El Gobierno vasco está dispuesto a implicarse con el futuro de Talgo, al considerarla una empresa estratégica para la economía de Euskadi. A través del fondo público Finkatuz, el Ejecutivo de Vitoria ya participa, con un 3%, en otra empresa del sector ferroviario, CAF, donde cuenta con una representante en el consejo de administración. Pero desde CAF ya han dejado claro que Talgo no entra en sus planes de futuro. Si el tándem Jainaga-Gobierno vasco entra finalmente en el accionariado de Talgo, lo haría con ese 29,9% para eludir la obligatoriedad de lanzar una opa por el 100% si se rebasa el 30% del capital.

El análisis de la inversión por parte de Jainaga está impulsando la cotización de Talgo un 4,8% pasadas las 14:30 horas. El valor había bajado de 4,3 euros al entorno de los 3,3 euros por título y vuelve a atacar ahora los 3,5 euros. Al actual precio de mercado, el 29,9% de Talgo cuesta 128 millones de euros, cifra que dista mucho de los 185 millones en que lo había tasado la frustrada opa, a cinco euros por acción, del consorcio húngaro Ganz Mavag.

Una vez que a finales de agosto la ofensiva húngara fue vetada por el Gobierno, por motivos de preservación de la seguridad nacional, el consejo de Talgo no ha llegado a considerar la segunda opción sobre la mesa que suponía una integración industrial propuesta desde la República Checa por Skoda Group. Ante el acuciante problema de capacidad de planta y el deseo de Trilantic y las familias Oriol y Abelló de abandonar la compañía (las tres forman parte de la instrumental Pegaso con el 40,03% del capital de Talgo), está tomando forma una solución en la que Jainaga sería acompañado por el Gobierno vasco, la SEPI y, probablemente, CriteriaCaixa. Esta última se mantiene desde antes del verano como potencial inversor de perfil financiero en Talgo siempre que sea una firma industrial la que lidere una operación de toma de control.

Días atrás fue el lehendakari Imanol Pradales quien afirmó públicamente que, si se encontraba un socio industrial, su Gobierno podría acompañar en la reestructuración del capital de Talgo. El Ejecutivo vasco cuenta con el citado fondo Finkatuz, con presencia también en ITP o Kaiku, además de estar en CAF, para realizar este tipo de operaciones empresariales. La Diputación de Álava también se ha involucrado en la búsqueda de inversores asentados en Euskadi.

Fuentes de Sidenor han señalado que Jainaga “tiene siempre en su radar analizar operaciones con objetivo de permanencia y especialmente en el sector industrial”. Las mismas fuentes, que ni confirman ni desmienten el interés por Talgo, valoran la experiencia del empresario, “pero es demasiado pronto para hablar de nada más. Seguiremos trabajando con la discreción que siempre nos caracteriza”, han subrayado.

Intereses en Euskadi

Talgo opera desde dos plantas de producción y varios centros de mantenimiento en España. La mayor de sus fábricas se encuentra en suelo vasco, en Rivabellosa (Álava), con 700 empleados, mientras que la instalación de Las Matas (Madrid) tiene 500 trabajadores. La abultada cartera de contratos en manos del fabricante de trenes, valorada en más de 4.000 millones de euros, coincide con ambos centros al límite de su capacidad, lo que ha puesto a la empresa en dificultad para cumplir sus compromisos de entrega.

Las instituciones vascas han reclamado prudencia este mediodía ante el interés de Jainaga. La portavoz del Gobierno vasco, María Ubarretxena, ha aseverado en rueda de prensa que se defenderá a la industria local y el empleo, pero añade que el futuro de Talgo “no es una cuestión sobre la que se va a especular”, ha recogido Europa Press en el encuentro con los medios posterior al consejo de Gobierno. Ubarretxena ha insistido en que se están manteniendo “conversaciones discretas” para apoyar a la compañía y que tiene que haber “un socio industrial con un plan industrial sólido y de futuro” para que el Gobierno vasco se abra a “analizar y acompañar, en su caso”.

También ha pedido cautela el diputado general de Álava, Ramiro González, “ya que el éxito de estas operaciones radica en la discreción con la que se lleven adelante”. En rueda de prensa ha subrayado la importancia que se consiga cerrar un acuerdo “para fortalecer la capacidad inversora y productiva de Talgo”. Sobre la capacidad de inversión pública, el diputado ha anticipado que la Diputación y el Gobierno Vasco “acompañarán al inversor a través de los fondos adecuados”.

La que ha sido desde hace años candidata a liderar una integración entre fabricantes de trenes en España, la vasca CAF, se mantiene al margen, al menos de momento, de una operación de compra de Talgo. Así lo dio a entender la semana pasada el director de estrategia de CAF, Aitor Galarza, en una jornada organizada por Renta 4 en la Bolsa de Bilbao. El plan de su compañía a 2026 prioriza un aumento de la presencia industrial en Europa central y en Estados Unidos para estar cerca de sus clientes en Alemania, Dinamarca y países nórdicos, a los que ahora atiende desde sus fábricas en España y Francia.


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