El tirón del turismo salvará del paro a 54.000 empleados de la hostelería en temporada baja

El alargamiento del verano elevará un 4% la contratación y la generalización del contrato fijo discontinuo reducirá a mínimos la temporalidad

Una camarera trabaja en un bar de Toledo.Ismael Herrero (EFE)

El tirón del turismo, que va a acabar este año con un nuevo récord de viajeros extranjeros (entre 90 y 95 millones de viajeros internacionales, según las primeras estimaciones oficiales) y de gasto (en torno a 128.000 millones de euros) está teniendo un efecto balsámico en el empleo ligado a la hostelería (alojamiento y restauración), que toco techó en agosto de 2024 con 2,9 millones de trabajadores (2,4 millones fueron asalariados y 509.000 autónomos), en pleno apogeo de la temporada alta.

Tradicionalmente, las cifras de afiliación en ambas actividades empezaban a caer desde septiembre hasta enero con el consiguiente cierre de establecimientos y solo empezaban a revitalizarse en febrero cuando empezaba a recuperarse la llegada de viajeros extranjeros. El ciclo virtuoso de dos años de récord turísticos ha dejado en papel mojado las estadísticas, acortando las temporadas bajas a cinco meses (de septiembre a enero) y provocando un crecimiento del empleo en ese período en el que tradicionalmente se destruían puestos de trabajo.

Así se puede comprobar en la última temporada baja, que transcurrió de septiembre de 2023 a enero de 2024, en el que el número de afiliados en la hostelería durante ese período sumó 7,1 millones frente a los 6,7 millones registrados doce meses antes, lo que representó un crecimiento del 5,8%. La media de afiliados mensuales creció desde los 1,341 millones hasta los 1,419 millones, con un alza de 79.000 empleados. Las previsiones para este año son optimistas, aunque el avance se ha moderado. En septiembre de 2024, último dato disponible, el número de afiliados en la hostelería ha crecido un 3,8% anual. Si ese ritmo se mantiene en los siguientes cuatro meses, algo plausible en función de las previsiones empresariales, la creación de empleo llegaría a los 54.000 puestos de trabajo.

1,33 millones de contratos fijos discontinuos

Además del tirón del turismo, la otra gran clave que explica esa mejora es la reforma laboral de 2022, que mejoró las condiciones de los contratos fijos discontinuos para reducir la elevada temporalidad del sector, disparando el uso de ese tipo de contratación. Este contrato es indefinido y habilita al trabajador para entrar a formar parte de la plantilla de la empresa. Al contrario que una gran mayoría de sus compañeros, el contratado fijo discontinuo no trabajará durante todo el año, sino que lo hará de forma irregular, en función de las necesidades de la empresa, que le indemnizará cada vez que prescinda de él y que estará obligada a recuperarle cuando se retome la actividad.

Camarero en la playa de la Barceloneta en la capital catalana.David Zorrakino (EUROPA PRESS) (Europa Press)

Si en la temporada baja iniciada en septiembre de 2021 se acumularon 673.242 contratos fijos discontinuos (la media mensual fue de 134.648), doce meses después, una vez entrada en vigor la reforma, la cifra se duplicó hasta los 1,27 millones de contratos (con una media mensual de 254.632), y en la temporada baja iniciada en septiembre de 2023 se alcanzó un nuevo techo hasta los 1,33 millones (267.140 afiliados mensuales de media). El pico máximo se produjo en septiembre de 2023, con 390.000 fijos discontinuos de alta, un 25% del total de asalariados y el doble que en septiembre de 2021, antes del cambio normativo.

Emilio Gallego, secretario general de la patronal Hostelería de España, confirma que la temporada alta empieza cada año antes y acaba más tarde y apunta al contrato fijo discontinuo como la principal clave para explicar ese cambio de tendencia en el empleo. “Es el único elemento de flexibilidad que tenemos. Con la reforma laboral se cualificó para potenciar la figura de la flexiseguridad, aportando flexibilidad a las empresas y seguridad al empleado para saber que se incorporará de nuevo posteriormente y que en el periodo de inactividad puede hacer otros trabajos o recualificarse”.

En su opinión hay otros factores que también están incidiendo en ese acortamiento de la temporada baja, como el crecimiento de la población pensionista. “En doce años hemos pasado de 6 a 11 millones de pensionistas, que están disponibles para viajar en otoño e invierno, con un alto poder adquisitivo en muchos casos y que no compiten con el resto de ciudadanos para veranear en julio y agosto”

El caso extremo de Baleares: el 72% de los asalariados de la hostelería son fijos discontinuos

Baleares ha sido el gran destino turístico pionero en la utilización del contrato fijo discontinuo, incluso antes de la última reforma laboral, como consecuencia de su acusada estacionalidad, que llevaba a toda la hostelería a cerrar sus puertas desde septiembre a febrero. En 2021, cuando todavía no se había mejorado esa modalidad de contrato, hubo una media de 31.052 afiliados, lo que suponía un 46,6% del total de altas en el régimen general. Con la última reforma laboral, esa cifra se disparó hasta los 64.667 afiliados en 2022 (un 69,3% del total) y repuntó hasta los 70.793 afiliados en 2023 (un 70,2% del total). Entre enero y septiembre de 2024, esa cifra ha tocado techo hasta los 84.997 afiliados (un 72% del total).
Desde la Federación Hotelera de Mallorca destacan que en paralelo a ese crecimiento del contrato indefinido se ha producido un ajuste sin precedentes de la contratación temporal. En 2021 había contratadas 15.371 personas con esa modalidad (un 23% de total), doce meses después bajó a 4.410 (un 4,7%) y en 2023 se desplomó hasta los 1.954 (un 1,9%). Entre enero y septiembre de 2024 hubo 2.130 fijos discontinuos en la hostelería de Baleares (un 1,8%).


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